[Capitulo 04] DREAMS

20:48 *Mony-san* 0 Comments

Los días pasaban, y el pelinegro iba por lo menos tres veces a la semana no contando los domingos, que al ser su día de descanso, le gustaba estar por lo menos desde la tarde noche hasta que la calle se iluminara únicamente por las luces artificiales. Claro que estaba ahí por ver al castaño, y vaya que este inmediatamente salía a recibirle al saber la hora exacta en la que llegaría. Pero había días en que él tenía que estar solo comiendo o cenando después de salir del trabajo, pues el castaño tenía trabajo en su propio restaurant, justamente como hoy.

— ¿Quiere que le demos algo más de tomar? — El pelinegro negó despacio.

— ¿No está aquí verdad?

El mesero había negado rápidamente con tristeza pues el castaño había hecho esto ya por dos semanas seguidas. Aoi pensaba que tal vez su carácter, su cara, su ropa y presencia ya habían hostigado al castaño. Pensaba que tal vez hasta esa personalidad cerrada y tonta que no podía eliminar de si, había provocado que el otro ya no quisiera verle más. Tomo su cartera y sacando unos cuantos billetes los extendió a las manos del trabajado. Y aun con voz cabizbaja dijo:

— Puedes quedarte con el cambio, espero verte pronto.

El mesero nervioso quiso detenerle pero el otro no le escucho para nada, salió del establecimiento y camino despacio por la acera. El trabajador suspiro diciendo “estoy muerto, claro que lo estoy”, sintiendo como su piel se erizaba cuando la puerta se abría casi al minuto.

El castaño entraba mientras su respiración se entrecortaba haciendo señas, preguntando donde estaba el pelinegro. El mesero simplemente dijo un “lo siento” mostrando el dinero que había recibido y Uruha, justo como el otro lo había supuesto dijo “estas muerto” antes de salir rápidamente.

Aoi camino lentamente mientras el aire fresco provocaba revolotear sus cabellos. Seguía pensando que era lo que había hecho mal, si había sido tan torpe o si sus platicas eran demasiado aburridas. Para él era tan normal que la gente lo dejara inmediatamente o que le hicieran a un lado cuando se estuvieran divirtiendo, pero esta vez realmente le dolía.

— ¡Yuu…! — Aoi giro inmediatamente al escuchar aquella voz — Y-Yo, lo siento… — Uruha había parado justo frente al otro cuando se detuvo, su respiración estaba tan acelerada, tomaba aire para tranquilizarse — Yo… ¿Porque no me esperaste? — Aoi seguía sin habla — Le dije a Tomo, el mesero, que regresaría hoy, les dije que te dijeran que me encontraba fuera de la ciudad, pero tu salías antes de que lo explicaran… —

— ¿No estabas aburrido de mí? — fue lo único que pudo decir antes de sentirse tan avergonzado al darse cuanta lo que había dicho.

— ¿Qué? ¡No!

— Yo… ah, diablos.

— Yo, no pude decirte que saldría, fue tan repentinamente. — Hablaba demasiado rápido — Yo presentía que esto iba a pasar — hizo ademanes con las manos — Yo, no se sabía a donde avisarte porque nunca pedí el número de tu teléfono, sé que estoy siendo engreído pensando que tu vendrías cada día y me esperarías, pero ¡Ah! No sé qué estoy diciendo —

— Lo anotare por ti — Aoi suspiro tranquilamente extendiendo su mano, Uruha le miraba con extrañeza — Cuando no puedas llegar, únicamente márcame. —

Uruha sonrió espléndidamente mientras daba a Aoi su celular, este marco al suyo para poder guardarlo en ambos. Tal vez Aoi era demasiado inocente en creer todo aquello y no es que el castaño le estuviese mintiendo, solo era algo cómico el hecho de que le dieran demasiadas explicaciones y que tan rápidamente cediera a creerlas. Uruha propuso a que ambos caminaran un rato mientras seguía explicando a qué lugar había tenido que ir con suma rapidez. Aoi simplemente seguía su paso escuchando con atención todo aquello.

— Estaban remodelando, y quisiera mostrarte como quedo todo ¿Irías mañana conmigo? — Uruha pregunto con cautela desviando un poco la mirada — Si tienes trabajo puede ser o… —

— Encantado

— ¿T-Te llamo?

Aoi asintió despacio con una sonrisa mientras el castaño regresaba con la mano alzada despidiéndose. Realmente estaba sorprendido de sí mismo. Realmente estaba tan encantado de haber podido tener esa oportunidad de conocer esa parte del otro. Incluso estaba tan maravillado por las ropas tan casuales con las que Uruha había aparecido, le miraba tan guapo, aun tan perfecto.

Regreso a casa no sin antes mandar un pequeño mensaje.
“Mañana, podríamos hablar de algo importante”



[Capitulo 03] // [Capitulo 05]


Gracias por siempre leerme...

0 comentarios: