Odio y amor
El
ir al trabajo, y presentarme un día más a la PSC era un “fastidio”, me
encantaba lo que hacía, pero, el pelear a cada momento, los insultos, los
“golpes”, los gritos, todo de él me enfadaba.
Si un día al presentarme en el estudio no era llamado idiota,
tarado o niña por él, sería como el fin de nuestra existencia, pero asi
disfruto de cada momento que compartimos, de cada roce que sin querer hace
entre nosotros y de cada beso en la mejilla que a diario da para molestar, o de
aquellas veces que me hacía sonrojar cuando sentía sus manos en mis caderas
para apartarme de su camino.
¿Yo lo odiaba?... No, no lo hacía, al contrario, lo amaba, mi
corazón latía cada vez que me miraba burlón al entrar por aquella puerta, fingía
mi odio hacia el todos los días, sabía que mentía a todos al fingir aquello,
pero como yo era tratado, asi lo trataría, solo por no quedar como estúpido al
revelar mis verdaderos sentimientos.
Sakamoto Takashi.
………………………………………
- ¿Hasta cuándo?... –
preguntaba.
- ¿Hasta cuándo qué? – respondió,
no ponía atención.
- No seas idiota Saga… ¿Hasta cuando le dirás?
- ¿Decirle a quién? – sabía
perfectamente a que se refería su amigo.
- A Tora, dile lo que
sientes - ordeno.
- Yo no siento nada, Nao… ¿o acaso el decirle “te odio” es un sentimiento?
Siempre era lo mismo, Nao
insistía y Saga con la misma respuesta, el baterista no era idiota, para él era
fácil darse cuenta que a su compañero bajista le gustaba Tora.
- ¿Sabes qué?... ¡Olvídalo!
–
Nao se enfurecía ante
aquel comportamiento de negación… hasta cuando aceptaría todo aquello Saga? Estaban
a punto de llegar a la sala, el baterista abría la puerta mientras que Saga
solo se limitaba a suspirar con cansancio.
La puerta se abrió dándoles
paso a los dos amigos.
- Buenos días! – hablo
sonriente el baterista.
- Buenos días… - le
siguió el bajista con un semblante cansado.
- HOLA!... – gritaron al
mismo tiempo Shou y Hiroto, y al escucharse comenzaron a reír.
- Buenos días Nao-kun… - sonrió,
aquella sonrisa que derretía al bajista – Buenos días linda - y una vez más,
aquel encanto se perdía.
No contesto nada, hoy no tenía
intenciones de pelear, y mucho menos a llegar con la misma discusión de
siempre.
- ¿No me saludaras muñeca?
– Tora se había acercado al bajista, dando uno de los mismos besos en sus
mejillas para molestarle.
- ¡Que te jodan Amano!
–le empujo, no quería ningún contacto, ningún roce, no quería perder la
cordura.
- Ya empezaron tan
temprano… - hablo Shou con cierto tono de fastidio.
- No es novedad… - dijo
el primero en guitarra. – les parece si comenzamos?... –
Saga miro a Tora,
regalándole una mirada asesina, Tora solo se limitaba a sonreírle, le encantaba
molestarlo, pero más que molestarlo, era algo más, solo quería podía llamar su
atención, poder darle ese beso siempre en la mejilla, poder abrazarlo aunque
Saga pensara que se trataba de un simple juego. Llamaron a la puerta justo
antes de que comenzaran con sus actividades, la puerta se abrió después de un
“Pase” por parte de Nao, aquel chico conocido por toda la compañía daba paso
hacia la sala.
- Etto… Hola están muy
ocupados?...
- No claro que no, pasa!
– dijo el baterista.
- Gracias… Takashi solo venía
a decirte que la reservación fue hecha para las 4 de la tarde… saldrás a esa
hora?
- Claro Uru, salgo un
poco antes.
Tora fruncía el ceño,
porque había venido a decirle eso a Saga!, tenían una cita?, o acaso Uruha tenía
algo planeado?, miro con reproche al castaño guitarrista de GazettE, si Saga iba
con él, y este tenía algo entre manos, podían llegar a ser algo más. Tora tenia desventaja
ante aquel guitarrista, Uruha era guapo, sus facciones delicadas y esas piernas
volverían loco a cualquiera, mas sin en cambio él era distinto, ante el Uruha
era hermoso.
- Entonces nos vemos en
un rato… vi que no traías coche asi que te esperare en el estacionamiento.
- Gracias, es que mi
coche está descompuesto y Nao me trajo… entonces nos vemos en un rato.
Uruha salió por aquella
puerta, levantaba su mano en forma de despedida hacia todos los presentes, Tora
no podía negar que comenzaba a odia al guitarrista, por esto mismo no dejaría
que su cometido se realizara.
- Es muy poca cosa para
ti, ¿no lo crees? – Comenzó a hablar Tora.
- ¿Eh?...
- ¡Uruha!... ¡Uruha!... ¿no
crees que te verás mal con él?
Saga frunció el ceño,
porque Tora decía todo eso, si quería joderle lo había logrado, Uruha era su
amigo, amigo de años, lo quiera mucho, Tora no sabía nada.
- ¿Lo conoces?... sino es asi no hables.
- ¡Ensayemos!... - Tora lo
miro colérico, porque diablos defendía a Uruha?... no diría nada, solo quería
seguir con el ensayo y salir rápido.
…………………………………………………………………
Habían pasado las horas,
eran exactamente 3:40 de la tarde, Nao les había dado salida, no sin antes dar
su sermón
-Tora, Saga, si siguen
con lo mismo se quedaran más horas… ¡ESCUCHARON!... – como negarse a la “amable”
petición de Nao, ambos asintieron. – Muy bien, pueden irse…
Saga ya tenía guardadas sus
cosas, tomaba su chaqueta, Tora había salido primero, no se había despedido de
nadie, estaba enfurecido, nadie entendía la razón.
- Hasta mañana. –
Se despidió antes de
salir de la sala, había comenzado a caminar por los pasillos, estaba pensativo,
aquel comportamiento de Tora no le había gustado, si Saga algo odiaba era que
de alguna manera, hablaran mal de sus amigos.
Llego al estacionamiento
y a lo lejos vio a Uruha recargado en su coche, esperándole como lo había
prometido, pero tal fue su sorpresa que solo a cinco coches después, se encontraba
Tora con la misma posición que el castaño Gazetto, recargado pero mirando al
suelo muy pensativo.
- Uru… pensé que te irías.
– se acercó al guitarrista despeinando su cabello, Tora lo miraba con furia, lo
podía notar.
- Te prometí que esperaría…
- sonrió – hoy es un día especial y lo sabes… y que mejor que compartirlo
contigo.–
Tora escuchaba cada una
de las palabras de aquellos dos: hoy es
un día especial y lo sabes… y que mejor que compartirlo contigo. Aquellas palabras lo enojaron más, apretó sus
puños, no aguanto más y camino a paso rápido hacia ellos.
- ¡Ven conmigo!...- dijo
al bajista una vez llego con ellos, lo jalaba del brazo hacia su carro.
- ¿Sa-Saga?! – Uruha no se
movió, algo en el guitarrista le daba miedo, tal vez esa rabia que desbordaba.
- ¡Suéltame animal, ¡Me
lastimas! - Saga forcejeaba sin obtener nada, Tora era mucho más fuerte que él.
No había contestado nada,
había dejado atónito al guitarrista castaño, arrojo a Saga haciéndolo chocar en
el cofre de su carro, abrió la puerta del copiloto y lo arrojo dentro, cerro rápidamente
y subió el también. Puso en marcha, Saga no dejaba de reclamar, porque Tora había
hecho esto?
- ¡Detente!... – pedía – a
donde me llevas!
El silencio de Tora no le
gustaba nada, lo conocía muy bien, y podía notar el completo enojo que más que
enojo era furia…
…………………………………
El guitarrista se había
quedado atónito ante aquello, se había comenzado a preocupar por Saga, Tora se veía muy enojado, y pensaba que
tal vez le aria algo malo.
- Uru, ¿amor estas bien? -
pregunto bastante preocupado al llegar y ver a su novio cabizbajo.
- Sí, estoy bien, es solo
que Tora se ha llevado a Saga… - comento triste – estaba enojado, lo jalo muy
feo… ¿crees que se haya enojado porque estaba conmigo, Aoi?...
- Es lo más seguro, ¿recuerdas lo que dijo Kai? – el otro asintió – Tal vez sintió celos de ti…
- Imposible… - rio
divertido – todos saben que salgo contigo.
- No todos… Tora-san es
uno de ellos…
Los dos se quedaron
pensativos un rato, habían invitado a Saga a su primer aniversario, siempre
ellos tres la pasaban muy bien, siempre compartían sus días de felicidad junto
a Saga, realmente eran buenos amigos.
…………………………………………
Llevaba jalando de la
misma manera a Saga, entrando a aquellos lujosos departamentos, su
departamento se encontraba en el décimo piso, asi que subieron al
elevador.
- ¡¿Qué te pasa?!... porque me has traído – Saga se había logrado zafar
dentro del elevador – hiciste que dejara a Uruha solo!
- ¡Uruha no es nada tuyo!
- ¡Estás loco! Eso no
tiene nada que ver… teníamos planes, era algo importante!!
¿Importante?, ¿era más
importante Uruha que el?, sus celos eran bestiales, había girado y mantenía su
mirada en la de Saga, se acercaba lentamente provocando retroceder a este, una
vez Saga topo con la pared del elevador, Tora lo tomo por el mentón.
- Eres mío y de nadie más. - hablo sobre sus labios, Saga se había tensado.
- D-Deja de jugar
conmigo… - los colores en su cara se hacían notorios.
- … - no contesto nada,
junto sus labios a los del bajista, este último se quedó estático, con los ojos
muy abiertos, no podía creer lo que estaba sucediendo, sentía los labios de
Tora moverse sobre los suyos, masajeándolos con ternura.
Tora comenzaba a sentir
como los labios de Saga comenzaban a corresponderle, acaricio sus caderas
colocando su cuerpo muy pegado al suyo, Saga sintió un escalofrió recorrer su
cuerpo, aquel beso de Tora era justo como lo había pensado delicioso.
El elevador se abrió,
provocando que Tora rompiera el beso al instante, volvió a tomar a Saga de la
mano jalándolo, llegando a la puerta saco sus llaves y abrió, Tomo una vez más
a Saga por las caderas entrando al departamento rápidamente, cerro, empujando a
Saga hacia la puerta, provocándole un gemido de dolor.
- No soy tan bien
parecido como la Barbie de Uruha… - susurro en su oído – pero lo que puedo
asegurar que lo que yo siento, él no lo iguala.
Saga se quedó
sorprendido, otra cosa más como esa y podría llegar a morir feliz, sentía como
los latidos de su corazón aumentaban, como los dedos de Tora comenzaban a
acariciar su mejilla.
- ¡N-No juegues!... – rio
nervioso, estaba sonrojado.
- ¡Eres mío, de nadie más! ¡de nadie!–
Tora apegaba la espalda
de Saga en la puerta, lo comenzaba a besar con desespero, recorría el cuerpo
del bajista con sus manos, bajaba desde su pecho hasta sus piernas, apretaba
sus nalgas haciéndolo gemir, aprovechando para introducir su lengua, probando
aquella cavidad, saboreando ese sabor que había deseado desde hace ya mucho
tiempo.
Saga se abrazó al cuello
de Tora, ya no podía detenerse, había esperado tanto por todo esto, comenzaba a
hacer el beso más pasional, Tora lo tomaba por los glúteos, levantando una de
sus piernas, masajeándola.
- Te dejare bien en claro cuánto
es lo que me perteneces… - dijo después de cortar el beso, sin separar sus
labios – cuanto es lo que te amo, cuanto es lo mucho que puedo llegar a ser
mejor que “ese”…
- Tora…
Saga una vez más sentía
como su corazón se detenía al escuchar él te amo en aquella frase, una lagrima
de alegría resbalo por su mejilla, haciendo preocupar al pelinegro.
– ¿Takashi?... yo, yo
perdóname… te estoy obligando… - Tora estuvo a punto de dejar libre a Saga pero
este lo impidió, lo beso con todo el amor que le profesaba en esos momentos,
Tora correspondió al instante abrazándolo con fuerza.
Tora giro aun besando al
bajista, daban pasos cortos y algo tontos, caminaban hacia la habitación del
guitarrista, hoy le demostraría cuanto es que lo quería.
Llegaron a la habitación
y Tora comenzó a acostar a Saga delicadamente sobre la cama, se posicionaba
sobre él, ahora besando su cuello, dejando notorias marcas rojas que tal vez ni
con maquillaje se cubrirían.
- Quédate conmigo esta
tarde linda… - susurro provocando un puchero en el otro.
- Deja de decirme linda y
lo pensare Gatito… - Ambos rieron, ni en un momento como estos dejaban de molestarse –
Dime… - dudo por un momento - ¿Estabas… celoso… de Uruha? – pregunto desviando
su mirada.
- ¿Y que si lo estaba?...
– respondió al instante. – ¿y que si me encelo con solo verte platicar con otros?
– Comenzaba a expresarse - Te quiero Takashi, dame una oportunidad de demos… -
fue interrumpido.
- La tienes Amano… - con
todo aquello, como dudarlo, como decirle no.
En ese momento Tora lo
beso con desenfreno, pasión, deseo, todo lo que pudiera sentir en ese instante,
recorrió con su mano cada parte del cuerpo del bajista, desabrochando
lentamente la camisa mientras ambos se miraban, sin dejar de hacer su trabajo. Recorrieron la piel del
otro, sus temperaturas comenzaban a elevarse, Tora besaba cada parte de su
pecho, lamia y mordía sus pezones hasta dejarlos duros, Saga solo se limitaba a
suspirar, a jadear rápidamente.
- Shinji…
Tora había desabrochado
el pantalón de Saga, metiendo su mano para acariciar su ya despierto miembro. Bajo
su pantalón de una vez, dejándolo en bóxer, lamia sobre la tela, besaba aquella
zona, mientras sus manos recorrían su pecho, Saga se retorcía, mordía sus
labios para evitar gemir, Tora bajo su
bóxer lentamente, dejando aquella virilidad al descubierto.
- Te are disfrutarlo… -
susurro haciendo chocar su respiración sobre la punta de su sexo.
- ¡Ahh!... No hagas eso…
- ¿Porque?... – lo tomo
entre sus manos – ¿No te gusta?... – comenzó a masturbarlo despacio, tortuosamente.
– Parare si me lo pides…
- S-Shinji…. Nhhh… -
- Eres una belleza. - Sonrió,
Saga estaba completamente rojo, gimiendo su nombre, era maravilloso, ahora Saga
le pertenecía, era de él y de nadie más.
Tora masturbaba ahora con
fuerza, de improvisto comenzó a lamerlo, completamente toda la extensión, para
después terminar metiéndolo por completo a su boca, provocando ese vaivén
exquisito, sentí aquel liquido pre-seminal en su boca, lo saboreaba, pero se detuvo.
- No… no pares…
- Todo con calma…
Tora se había levantado
un poco, comenzando a retirar su estorboso pantalón y bóxer, ahora estaban a la
par, Saga no pudo ponerse más rojo, aquel cuerpo que comenzaba a subirse arriba
de él era verdaderamente sexy, los colores subieron aún más a su cara al sentí
como el duro sexo de Tora se restregaba con el suyo.
- Ahhh… Shi-nji… - Tora
se degustaba una vez más con el cuello del bajista, mientras que hacia un
vaivén con sus caderas, imitando envestidas, haciendo una deliciosa fricción en
ambos miembros – Ya… ya no… – No tardó en llegar al orgasmo.
- Mira como me ensuciaste…
- Tora se apuntaba “ahí” – límpialo! – ordeno sensual mientras lamia aquella extensión
proveniente de su pareja.
Saga giro posiciones,
dejando ahora a Tora bajo suyo, dejando rastros de besos por su pecho, llego al
sucio pene del otro, comenzó
lamiendo, besando la punta, probando su propio semen, succionando cada vez más
rápido mientras que con su mano libre pellizcaba uno de los pezones del
guitarrista.
- Ahhh… Saga, que bien…
lo haces… - Tora enredaba sus dedos en el cabello del otro marcando el ritmo,
dejando poco después su semilla en la boca del bajista, lo levanto torpemente,
besándolo una vez más, ahora compartían aquel sabor amargo.
- Ya no… ya no aguanto… -
suplicaba – hazlo ya! – mordió el labio del otro.
Tora ofreció sus dedos,
pero Saga se negaba, estaba desesperado, Tora lo había desesperado, lo quería
dentro lo antes posible.
- Tengo que prepararte…
- Solo hazlo ya… no me
dolerá…
Tora asintió desconfiado,
Saga se recostó abriendo sus piernas mientras que Tora se mordía el labio, era demasiada
la vista que tenía enfrente, relamiéndose los labios, provocando un ligero pero
notorio sonrojo en Saga. Se posiciono entre sus piernas, abriéndolas un poco más,
levantándolas al nivel de su cintura, tomo su miembro rozando la entrada del
otro, provocando que este se arqueara, introducía lentamente la punta sin dejar
de ver las reacciones de su bajista.
Saga sentía como aquella
virilidad entraba lentamente, sentía un ardor insoportable, que provoco unas
traviesas lagrimas escabullirse, sintiendo como poco después Tora entraba de
una solo envestida provocándole un fuerte gemido de dolor, no se movía, ninguno
de los dos, Tora limpiaba aquellas lagrimas mientras Saga se abrazaba a su
cintura con las piernas.
- Muévete Shinji… -
pidió, para después sentir las envestidas lentas.
- Takashi… eres tan
estrecho…
Las envestidas comenzaban
a ser más rápidas, provocando que la habitación se llenara de melodiosos
gemidos por ambos. Saga sentía como Tora llegaba hasta el fondo de su cuerpo,
haciéndolo llegar a un éxtasis maravilloso, cerraba sus ojos disfrutando de
todo lo que Tora le hacía, tratando de grabar cada caricia en su mente, en su
cuerpo.
Ese vaivén rudo provocaba
el sonido del choque entre sus cuerpos, Tora comenzaba a masturbarle provocando un placer extremo al
bajista, levantándolo con su mano libre para sentarlo sobre él.
- Shinji…. Ahhh… Shinji…
-
Saga comenzaba a mover
sus caderas de arriba-abajo, auto penetrándose solo, con la ayuda de las
caderas de Tora, se detenía por sus hombros y en ocasiones dejaba pequeños
besos en sus labios, Saga ya no aguantaría más, se movía más rápidamente,
llegaba una vez más al orgasmo, contrayendo su entrada, y asi provocar que Tora
terminara dentro suyo. Llenando en
todo el sentido de la palabra.
Ninguno hizo fuerza por
separase, seguían unidos, se besaban con calma, sin prisas, solo un beso tierno
y cariñoso. El pelinegro movía debes en cuando una vez más sus caderas,
provocando leves suspiros de Saga entre el beso.
- Te ahh, a… amo… como no
tienes idea… - decía Saga aun sintiendo al guitarrista en su interior.
Tora salió de él,
arrebatándole el ultimo gemido de la tarde, había sido maravilloso, tal y como
lo hubiese imaginado, o tal vez mejor que eso, recostó a Saga haciendo él lo
mismo a su lado, ambos se miraban con desbordante felicidad, Tora le robo otro
beso.
- ¿Te quedaras conmigo?...
– pregunto después de ese bello contacto.
- Hay condiciones... –
rio con superioridad.
- ¿Cuáles?...
- Ya no me llames nena,
ni linda… - comento en tono infantil.
- ¿Entonces?... quieres
que te diga; amor, cariño, ¿mi vida?...
- Solo no me digas Linda…
- ¡Entonces te diré
nena!... – sonrió.
- ¿Sabes?... – cambio su
tono de voz a uno serio, pero tierno a la vez - Puedes decirme como quieras,
solo no dejes de fastidiarme, no permitas que te deje de odiar, y mucho menos
que te deje de amar… - junto sus labios abrazándose a él.
- Nunca permitiré eso,
quiero que las cosas sigan como están, divertirme haciéndote enojar, haciéndote
sonrojar como siempre lo haces, haciendo estremecer tu cuerpo cada que te
toque, cada que te abrace… cada que te bese.
- Te amo idiota…
- Y yo a ti muñeca.
Por qué
el amor se puede dar de la manera menos pensada.
Porque
del odio al amor, solo hay un paso.
~Fin~
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