Vampire Love ~Capitulo 15~ [Final]

19:11 *Mony-san* 1 Comments

CAPITULO 15
“El final es realmente el comienzo… ”
[Final]

Reita había salido casi disparado dentro de la gran casa que anteriormente compartía con su amigo castaño. Tora estaba detrás de él, cuidando el cuerpo de Saga que el rubio mantenía cargado de forma nupcial, desconfiando más aun solo de ver ese pequeño acto.

Shou los seguía a paso lento, él a comparación de Tora, confiaba totalmente. Llegaron a la casa y Reita con una patada mando a volar la mesa de centro, acostó a Saga sobre la alfombra, se subió a su cuerpo y arranco la camisa que le impedía el paso para ver la herida. Reita a comparación de los otros dos, al haber sido asi como era –vampiro- sabía que había una solución, una que los otros dos a su corta edad y desinterés ni siquiera se imaginaban existía.

- ¡¿Que haces?! – grito, si algo odiaba era que alguien mas tocara de esa forma a Saga, de la forma como Reita lo hacia.

- Quieres que se levanto, ¿no? – Dijo en rubio - Asi que ¡No interfieras!

Porque decir que Shou no sintió un coraje inmenso al ver como Reita despojaba de la camisa a Saga, de ver como sus dos dedos tocaban parte de su pecho y vientre. Quiso en ese momento gritar, decirle al rubio que dejara de tocarle, pero todo aquello desapareció en cuestión de segundos. Aquella sonrisa de Reita le había hecho sentirse mas relajado, aquellos ojos color carmín del rubio le dijeron que todo estaría bien, que solo lo hacia por ayudar.

Reita sabia que Saga aun estaba vivo, era tan igual a como cuando herían a Uruha y este recurría rápidamente a él para que le ayudara a ponerse de pie, siempre buscando un punto vital donde pudiera alimentar a su amigo castaño. Siempre batallando con Uruha por no tenía pulso alguno, pero esta vez era más diferente, mucho más distinto. Saga al haber sido convertido hace tan poco tiempo aun mantenía eso distinto que los vampiros perdían con el paso del tiempo.

- Creo que aquí esta bien… - hablo para si mismo el rubio.

- ¿Que harás? – ignorado.

Reita había dejado sus colmillos al descubierto, mordiendo tan solo unos centímetros a lado de donde estaba la herida sin succionar o saborear la sangre. Tora estuvo a punto de lanzarse ¡Lo sabia! Sabia que Reita solo aprovecharía las circunstancias para alimentarse de la sangre de su castaño, para zacear el hambre que tenia, para terminar de arrebatarle lo poco que tenia aun de Saga.

- ¡SUELTALO MALDITO! – grito, tratando de zafarse del agarre de Shou. - ¡SUELTALO O TE MATO! –

- Tranquilo, ¡Tranquilízate Tora! – Pero no hacia caso, Tora simplemente en una de estas circunstancia no podía ser controlado - ¡Si no te tranquilizas, seré yo quien te mate! –

Tora paro en seco, aquel gruñido de Shou había sido algo que jamás imagino, esa faceta furiosa de su amigo y compañero nunca la había visto desde aquella ultima vez donde precisamente se había comportado de la misma manera.

- No vez lo que esta haciendo? No te das cuenta que solo te esta ayudando? – Tora bajo la mirada – No puedes seguir asi, si dice que puede haber una solución debes de creer en él, no puedes seguir tan desconfiado, yo sé que Reita no es igual a Uruha, y si yo lo digo deberías de confiar por lo menos en mi –

- Pero es que no soporto que siga dándome ilusiones, ¡No quiero que me diga después que no se puede hacer nada!

- ¡Escúchame bien! Te lo dije aquella vez, no? Te dije que estarían juntos pasara lo que pasara ¡Nunca me equivoco! ¡Mis premoniciones siempre son asertivas!

Y si, exactamente como Shou lo decía era verdad. Cada que veía algo o cada que sentía algo era como una señal, siempre indagando por ver el futuro de los demás, siempre tratando de ayudar cuando algo saldría mal, y ahora Tora venia con esto. Si algo tenía Shou era enfadarse cuando sabia que todo lo que decía era verdad y los demás no confiaban en él.

Reita seguía con su labor, tan calmado que si alguien le viera diría que le importaba lo mas mínimo si aquel ser en sus pies moría. Pero no era asi, sino, que Reita tomaba todo con calma, sin alterarse, sin estresarse para que todo diera resultado. Incluso se sentía algo divertido, era la primera vez que veía gritar a su pareja.

Con una sonrisa aun en los labios mordió su muñeca, probando su propia sangre al separarla de sus labios. Acerco rápidamente su propia herida algo separada de Saga, dejando que su sangre escurriera exactamente en el lugar donde habida mordido. Algo realmente raro sucedió en ese momento, justamente la herida absorbía todo aquel liquido vital con facilidad, algo que provoco que los otros dos abrieran los ojos expectantes.

- ¿A-Akira...?

Reita le miro curioso, no entendiendo porque tan sorprendidos.

- Descuida, es algo normal… - tranquilizo al otro – esto es algo que hacia cuando Uruha salía herido de cualquier pelea – explico – la primera vez que le vi tan mal aparte de hoy fue cuando peleo con Aoi, mucho antes de que estuviera Tora. Esa vez pensé que moriría pero me pidió que hiciera esto – rio divertido – no entiendo como es que algo tan importante y que se supone deberían saber, no lo saben… lo entiendo por Tora pero tu Kohara, has vivido bastante. –

- Si pero… - Reita solo sonrió de medio lado.

Shou se sonrojo un poco por la vergüenza, Reita tenia toda la razón, pero es que él no había tenido que hacer algo como esto, incluso tal vez Aoi lo menciono pero no como debería de haber sido sino él lo recordaría claramente, además de que Aoi nunca había necesitado de hacer algo asi ya que era tan cuidadoso en peleas y nunca salía herido de gravedad.

- Nunca tuve la necesidad de hacer algo como esto… - dijo avergonzado.

- Lo se. – Respondió el rubio – Aoi nunca hacia algo que te preocupara y Tora es igual, ¿verdad? A pesar de ser tan malditos ambos tenían sentimientos.

Tora no sabia si esto era burla solo para molestarle o lo había dicho seriamente, aunque claro, hasta el mismo pelinegro pensaba ahora de la misma manera. Antes todo su alrededor le decía con letras mayúsculas “Aoi” y ahora después de tanto tiempo era bastante diferente, Shou le preocupaba, hacia todo lo posible para no hacerle preocupar y Saga, este estaba en todo a cuestión de su castaño, si hablaba o si se movía e incluso ahora sentía un gran agradecimiento hacia Reita.

El rubio quien a pesar de estar manteniendo una platica, estaba también al tanto de su propia sangre, sabia la cantidad necesaria que podía regalarle al castaño asi que al haber bebido de Uruha, podía por lo menos darle mas de lo necesario sin que le dejara cansado o sofocado.

Se levanto y lamio su propia herida mirando como a los pocos segundos esta cicatrizaba rápidamente. Desvió su mirada hacia los otros dos y con una sonrisa extendió su mano moviéndola hacia si para que Shou se acercara. Este rápidamente le hizo caso siendo abrazado al instante mientras él le daba un golpe en el brazo con fuerza.

- Oye ¿porque me pegas? – Rio despacio sobando parte de su hombro y brazo – tienes la mano pesada. –

- No seas gracioso, vi lo que hiciste con Uruha. – Susurro despacio cerca del oído de Reita mientras este le abrazaba una vez más por la cintura – Dijiste que no te meterías y dejarías que Tora se encargara. –

- Digamos que Uruha me la debía desde hace mucho, ¡Además! -  grito esto último mirando de reojo a Tora – creo que merezco un ¡Gracias! Por parte de ¡Alguien! –

Tora quien ya se encontraba hincado junto a Saga, escucho todo, lo de Uruha y por supuesto los grititos que daba la pareja de su amigo. Giro a mirarle sin soltar la mano de castaño, la cual había sostenido desde que se acercó.

- Reita – Dijo el pelinegro enojado relajando sus facciones cuando los otros dos le miraron – Gracias… - agacho la cabeza.

- Vez como hay veces… que puedes llegar a ser tan lindo…

Aquella vocecita delicada hizo que la felicidad de Tora regresara, Reita sonrió y Shou a su oído le agradeció, dándole las gracias el también por ayudar a Tora, a Saga, por ayudarle a aquellos que eran sus amigo. Reita solo le dio un corto beso regalándole un giño.

- Taka… ¿Takashi estas bien? – pregunto desesperado.

- Estoy bien… no pasa nada, ¿si? – Saga se enderezo un poco mirándose sin camisa, sin la herida que debería de tener – Como se curo… -

- Con poco de magia – dijo el rubio con sarcasmo, recibiendo un codazo de Shou – ya, esta bien. – Rodo los ojos – solo hice lo que debería, déjalo asi. –

- Supongo que… gracias.

- No te des tanta importancia, Shou me lo pidió…

- ¡Oye! Yo no te pedí nada.

- No lo digas… – le pellizco – Solo que Shou estaba preocupado – el nombrado le miro mal – Ya bien, ¡Bien! Solo quería ayudar y antes de que digan algo yo mejor me voy – tomo la mano de Shou – tengo que despedir a Uruha como se debe además de que perdí sangre y tengo hambre y quiero estar ¡A solas! con Kohara –

Tora alzo una ceja, Reita hablaba tan rápido que no había entendido nada mas que aquel “A solas” que había gritado para aspirar aire. Les vio irse o mas bien Reita arrastrar a Shou fuera de la casa mientras este gritaba un “Me alegro que estés bien Saga” para desaparecer por la puerta.

- ¿Que sucedió? – Pregunto observando con detenimiento toda la casa – ¿Y Uruha? –

- Uruha ya no podrá hacer mas nada… - se levanto ayudando a Saga a hacer lo mismo.

- Entonces él… Tu le…

- No, lo hizo Reita.

¿Reita? Saga pensaba que el que debería de haber matado a Uruha era Tora, pero, ahora le decía que no, le estaba mintiendo con tal de que no se enojara? Pero se enojaría más si le mentía. Acaso Tora no se daba cuenta de nada?

- Porque no solo dices “Si lo hice” no diré nada… eso es algo que debías de hacer, no?

- Pero no lo hice, me importaba saber más si tú estabas bien.

- ¿De verdad?

- ¡Si! pero creo que no te importa.

- Porque eres tan tonto. – Saga le abrazó hundiendo el rostro en su pecho – Gracias. –

Tora se sintió el ser mas tranquilo en esos momentos, se aferro al cuerpo del castaño sintiendo una vez mas como sus ojos se humedecían. Por lo visto Saga no le guardaba rencor ante todas las palabras que le había dicho anteriormente.

* * * * * * * * * *

La noche anterior había estado bastante tranquila. Tora había contado todo su pasado a Saga, todo lo que había vivido con Aoi, jurando que su actitud cambiaria para bien. Saga solo lo había escuchado sin decir ni reprochar nada, en fin, todo aquello era pasado y lo único que le importaba ahora era su presente.

Ambos estaban en la sala de la casa que pertenecía a Tora, una bastante grande a decir verdad, Tora sentado de perfil con su pie derecho arriba del sofá, abrazando por la cintura al castaño que permanecía sentado entre sus piernas. Todos estaban en la sala platicando y debatiendo sobre un problema en especial.

Además de ser una noche importante para dos de ellos.

- Yo por eso dije que quería quedarme con Shou en ¡Mi! casa – alzo una ceja.

- No te estoy corriendo pero si te quieres largar la puerta esta muy ancha. – Contesto el pelinegro – Solo que si sales no te llevas a Shou –

- ¿Eh? ¡Que…!

- Vamos Shou – dijo Saga – Tora no habla enserio. –

- Estoy hablando muy enserio. – dijo firme – Ha estado por mucho tiempo conmigo como para que se vaya asi como asi. –

- Pero no dije que me quedaría contigo para siempre, además ya tienes a Saga asi que yo puedo irme con Akira.

- ¡No te vas!

Shou frunció el ceño con molestia, quien diablos se creía Tora como para que no le dejara irse con Reita, porque ahora se ponía asi? Pero pensándolo bien Tora era asi, siempre esperando por él, preocupándose y estando a su lado, era como un hermano mayor aunque claro aquí el mayor era Shou pero parecía el más pequeño.

- Eres tan insoportable. – Bufo el rubio – Asi que queda prohibido espiarnos cuando hagamos nuestras cosas –

- Ni quien quiera espiarlos, maldito imbécil.

- No se podrá vivir en paz aquí con este estúpido de mierda. – Contesto Reita – Vamos Shou, busquemos algo rico de comer. – se levanto jalando al mencionado dándole una nalgada haciéndole avanzar – Domestícalo Saga que alguien como él me castra –

Antes de que Tora se levantara a golpearle el rubio huyo con una sonrisa. Saga solo había observado y escuchado todo con unas grandes ganas de carcajearse pero sabia que si lo hacia Tora seria capas de enojarse.

- Eso quiere decir que se quedan – comento Saga con una sonrisa – asi no te quedaras solo –

- ¿Que? Oye no, ¡Tú te quedaras aquí conmigo! Además no puedes ir a tu casa.

- ¿Y mis cosas? No creas que dejare mi ropa ahí.

- Puedo comprarte lo que quieras, pero tú no regresas.

- Si señor “Yo te compro todo” – ironizo – no tienes idea de lo que acabas de decir, además todas mis tarjetas de crédito, papeles, y títulos de propiedades están ahí.

- Véndelas.

- ¿Que? ¡¿Estas loco?! No are eso, todo me costó mantenerlo… que les diré a todos.

- Que me quieres y que te vendrás a vivir conmigo – se acercó a su mejilla besándola – solo paguémosles una buena cantidad y que se larguen. –

- ¿Tu pagaras? – Tora asintió – ¿De verdad? – volvió a asentir – ¿Tienes la suficiente cantidad como para pagar lo que se merecen? –

- Óyeme que tampoco soy pobre como para que me preguntes, si lo puedo pagar, tengo lo suficiente como para pagarte hasta la risa.

- Sii~ lo que digas… - se acomodó mejor sobre Tora ambos quedándose en silencio por solo unos minutos.

- Takashi…

- Humm.

- ¿Has quedado satisfecho con lo que bebiste? – Saga asintió – bien en…. -

- ¿Amano hoy es tu cumpleaños verdad? – interrumpió.

- Si, porque…

- ¿Cuantos años dices que cumples? ¿Quinientos? ¿Mil quinientos?

- Oye no soy tan viejo, niño.

- No soy niño, anciano…

- Vete al diablo.

- Me tratas asi y yo que tan bueno que te regalare lo que tú quisieras.

- ¿De verdad? ¿Lo que yo quiera? – sonrió lascivamente.

¡Para que lo decía! Tora se había levantado fugaz cargándolo de forma nupcial, soportando los gritos de Saga para que lo bajara, “Idiota”, “Estúpido”, “Animal”, “Tarado” eran unos de los pocos sobrenombres que utilizaba para llamarle obteniendo de ello absolutamente nada.

Tora había subido las escaleras con calma moviendo su rostro para todos lados esquivando los golpes del castaño. Llego a la habitación la cual abrió y cerro con un empujón arrojando a Saga a la cama.

- Esto es lo que quiero como regalo…

- No, yo me refería a algo material. – Retrocedía sobre la cama – Tora hablo enserio. –

- Yo también hablo muy enserio – gateo sobre el colchón – si me dices que me amas y me das un beso te dejo tranquilo. –

Tora acorralo al castaño en la cabecera de la gran cama, agarrando sus manos por sobre su cabeza, acercándose con una sonrisa de autosuficiencia mientras hincado se posicionaba entre sus piernas abiertas. Saga ahora tenía muy en claro lo que sentía, pero no dejaría que Tora lo escuchara solo poniéndole eso como castigo.

- No lo diré, asi que has lo que quieras – dijo serio acercándose al rostro del otro – prefiero decírtelo cuando me lo metas… - lamio parte del labio de Tora solo con la punta. – Hazme el amor… -

Anonadado era la palabra correcta. Acaso Saga se le insinuaba? Acaso le decía que le hiciera el amor hasta el cansancio. Eso si que no lo desaprovecharía, Saga estaba muy dadivoso esta noche y por supuesto que no le dejaría escapar. Le beso con desenfreno, pegando su pecho al del castaño, sintiendo las manos de este recorrer su cabello con desesperación, correspondiendo con la misma intensidad que el otro.

- ¿Puedo hacer lo que quiera…? – dijo entre besos.

- Lo que quieras – contesto sensual – esta noche yo soy tu regalo. –

Otra vez quedo como diría Reita “estúpido”. Cuanto era lo que le faltaba por conocer de él, cuantas eran las sorpresas que Saga le podría dar.

Se levanto rápidamente de la cama apuntando y moviendo su dedo índice para que se acercara. Saga obedeció al instante, abrazándose al cuello del pelinegro pero Tora negó rápidamente.

- Desnúdate… - ordeno.

- ¿Qué?

- Dijiste que podía hacer lo que quisiera.

Saga chasqueo los dientes, pero a pesar de que antes le hubiera rezado una letanía en forma de maldiciones, obedeció. Se comenzó a quitar la camisa, desabrochando despacio los botones y arrojando la prenda a cualquier parte de la recamara. Tora había tomado asiento en la cama, mirando ese bello panorama, sintiendo como su boca producía mas saliva de lo normal.

El castaño comenzó a desabrochar su pantalón sin despegar su mirada de la del pelinegro. Se podía decía que tenia algo de vergüenza, a comparación de Tora él si tenia algo de pudor lo que  provoco sonrojarse. Aquellos ojos le miraba sin parpadear.

- Oye, no me mires asi que es algo raro…

- Te miro como quiera – alzo una ceja – y ahora quítate lo que falta y ven aquí. –

Tora había palmeado sus piernas para que el castaño se sentara sobre ellas. Este rápidamente obedeció al estar completamente desnudo, sentándose en ellas con sus piernas abiertas, mirándole de frente mientras Tora le fulminaba todo su cuerpo. El pelinegro le tomo por el cabello jalándolo de forma brusca hacia si, adentrando su lengua a la cavidad bucal del otro, recibiendo de la misma manera la otra del castaño.

Sus lenguas jugaban de una manera erótica fuera de ambas bocas, chocando de ves  en cuando sus labios para hacer el beso delicioso. Saga comenzaba a reaccionar, las manos de Tora habían viajado desde su cabello hasta su espalda, bajando de una manera delicada hasta llegar a sus nalgas donde había palmeado y apretado.

- Mastúrbate – pidió, separándose un poco pero sin soltar sus caderas.

- Estas lo…

- ¡Ah! Sin protestar y has lo que te digo.

- Pero, Amano.

- He dicho que sin protestar…

Tora había tomado la mano de Saga con brusquedad guiándosela a su propio miembro, observando como con vergüenza el castaño comenzaba a bombear. Tora nunca se sintió tan complacido, aquel paisaje que se encontraba a enfrente le provocaba una gran excitación. Comenzó a besar su pecho, lamiendo sus tetillas mientras Saga se retorcía de placer.

Sus manos viajaban por todo su cuerpo, desde su cuello hasta sus piernas. Saga daba brinquitos sobre las piernas del otro provocando que un calor inmenso se apoderada del pelinegro pero aun asi, este seguía con su labor.

Saga a pesar de su vergüenza seguía moviendo su mano con desenfreno, jadeaba, necesitaba que Tora le tocara mas, que le besara pero a pesar de todo eso este solo le seguía mirando. Después de que aumento su velocidad en bombear termino en su vientre y parte de la camisa y pantalones del pelinegro, recargando después su frente en el hombro del otro.

- Has ensuciado mi ropa. – Se quejo acostando a Saga sobre el colchón subiéndose a su cuerpo para besarle despacio – esta camisa era mi favorita y la has arruinado –

- No te pongas asi… por una simple camisa…

- Pero ya no sirve – Tora se sentó sobre el cuerpo desnudo del otro, quitando deprisa su prenda, rompiéndola en dos ante los ojos del otro, sosteniéndolas fuertemente en su mano – cuando las cosas no sirven hay que darles otro uso, no crees? –

Tora dejo los ahora trapos sobre el buro que se encontraba a un lado, acercándose después a besar los labios de un confundido castaño, adentro una vez mas su lengua tomando las caderas de Saga y levantándolo para pegarlo a la cabecera de metal. Saga guio sus manos al cuello del otro acomodándose en los fríos barrotes sintiendo como entre el beso se aparecía una sonrisa por parte del pelinegro.

Llevo una mano ante el descuido hacia el buro, tomando un trapo y escondiéndolo detrás de Saga cuando lo abrazaba, corto el beso y con una sonrisa tomo ambas manos de Saga, entrelazando sus dedos y llevándolas hacia atrás de su espalda.

- De verdad no me dirás otra vez que me quieres… - dijo Tora con una sonrisa, aprovechando la segura terquedad del otro para comenzar a jugar con sus manos, confundiendo al castaño con ese jueguito para amarrar el trapo en sus muñecas muy despacio.

- No recuerdo habe… ¿Tora que haces? – Se había percatado tan tarde justo cuando Tora apretó el nudo fuerte – Amano esto no es gracioso – comenzó a mover sus manos pero nada, estaba bastante apretado.

Tora se levanto despacio de la cama mirando con una sonrisa a su amante, llevando ambas manos a la cintura, relamiéndose los labios, le gustaba ver la desesperación del otro y todos los intentos para zafarse.

- Si sigues forcejeando puedes romperlo pero te dañaras las muñecas…

- Como no me voy a lastimar imbécil, ¡suéltame ya!

- Pues ahora menos lo hago. – levanto una ceja – dijiste que podía hacer lo que quisiera, no? – se subió a la cama masajeándole las piernas, recorriendo su lengua sobre ellas, sonriendo de que Saga le quisiera patear.

- Tora suéltame ya.

- No.

- ¡Tora!

El nombrado chasqueo los dientes separándose del castaño, tomando el otro trapo para cubrirle los ojos. Saga se desespero, nunca se hubiera imaginado que le pasara esto, incluso movía su cabeza negando pero al no poder defenderse Tora rápidamente le cubrió los ojos.
Saga no podía ver nada, ¡Que diablos le pasaba al otro imbécil!, solo escuchaba como Tora se movía sobre la recamara, como poco después el tal vez cierre de su pantalón bajaba. Se estaba desesperando, quería que le quitara la maldita jodedera que tenia en los ojos. Trataba de zafarse pero el agarre de sus muñecas era bastante fuerte y al tenerlas detrás de su espalda y entre los curveados barrotes se lastimaba.

- Y justo ahora no tengo nada para divertirnos… - susurro el pelinegro.

- ¿De que hablas? – Trato de enderezarse pero algo se lo impidió – ¿Tora que haces? –

- Solo buscaba algo con que nos podamos divertir, pero justo ahora no prepare nada - comento frustrado – Tora esta bien que te meta lo que quiera? –

- ¡QUE! ¡NO!

- Pero Saga, te gustara confía en mi…

En ese momento Tora se subió a la cama, mirando con lujuria todo ese sensual cuerpo.
Saga seguía pataleando, justo ahora había escuchado y sentido como el pelinegro se subía a la cama, tocando su cuerpo con descaro. Tora comenzó a besar parte de su pecho, paseaba sus manos por todos los lugares que provocaban a Saga retorcer. Subió rápidamente a su boca, lamiendo parte de sus labios, siendo correspondido al instante.

- Eres un encanto asi… con la piernas abiertas y mostrándome ese cuerpo…

- Cállate imbécil… ¡O-Oye donde estas tocando! – Saga se retorció.

Uno de los dedos de Tora estaba haciendo círculos en la punta de su miembro, lo delineaba por completo y él solo se mordía el labio tratando de reprimir sus gemidos. Sintió como algo húmedo bajo por su pecho, su vientre y entrepierna, bajando mas hasta llegar a su entrada justo donde aprecio un pequeño suspiro. ¡Era su lengua! Dios, aquella que penetro lentamente dilatándole su entrada justo cuando comenzó a masturbarle.

Después de varios minutos de sufrimiento la lengua de Tora se separo de su cuerpo, siendo testigo de como algo se adentraba a su cuerpo de manera brusca, tan frio, tan duro, no podía dejar de gemir y no podía dejar de escuchar las risitas del otro.

- To… Ahhh… que… ahhh… - articular palabras justo ahora era algo difícil.

- ¿Que sucede, quieres que vaya más rápido? – Saga seguía gimiendo, retorciéndose, apretando su entrada impidiendo adentrar más ese pequeño instrumento que ahora utilizaba – Si sigues contrayéndote lo dejare dentro por completo. –

- No seas ahhh… D-Detente… nhh…

- No me pidas algo que no quieres, incluso ya estas por terminar… - Tora aumento el ritmo de su mano – Esto no es divertido si no cooperas. –

- Cooperare nhh… pe… pero desátame…

- Me pedirás por mas? – Saga asentía tontamente – me dirás cosas para prenderme y hacértelo hasta el cansancio? –

- S-Si ¡Ahhh!... si… - justo en ese momento se corrió en la mano del pelinegro.

- No mientas.

- Lo… lo digo de verdad… acércate – Tora le obedeció con una sonrisa al ver su cara sonrojada, levanto sus piernas y se posiciono entre ellas, sacando aquello de su cuerpo y arrojándolo a cualquier parte de la recamara – Shinji… -

- Dime cariño.

- Bésame…

Pero quien entendía al castaño, primero no quería hacer nada y justo ahora el adentraba su lengua a la cavidad bucal del otro, pero no es que no quisiera sino que, cada que las manos del pelinegro le tocaban sentía una ansiedad por que nunca parara y siguiera haciendo de él lo que quisiera.

- Ahh… Tora… - Saga tanteo chocando sus entrepiernas – Ya lo tienes tan duro… -

- ¡Wow! De verdad que puedes llegar a prenderme con solo decir eso… - Tora subió sus manos  a la nuca del otro desatándole el pedazo de tela, topándose con esos ojos entrecerrados de Saga – eres intoxicante cariño, me envenenas como no tienes idea – besos sus labios levantando las caderas del otro provocando chocar una vez mas sus excitaciones – Puedo meterla de una vez? –

- No… usa tu lengua.

Tora bajo delineando su cuerpo con la punta de su lengua, suspirando, dejando marcas completamente rojas, llegando hacia la punzante erección del otro, lamiendo de una forma lenta torturándole, atacando exactamente en aquella abertura de su sexo donde apretaba con su lengua.

Saga no podía llegar a sentir más de lo que ya sentía, Tora estaba haciendo maravillas, sentía latir más rápido su miembro ¡Dios, sentía que en cualquier momento explotaría! y más cuando sus labios comenzaban a succionar con una delicadeza bestial.

- Ahhh… mas rápido… Tora más.

Tora seguía obedeciendo, en definitiva no podía desaprovechar esta oportunidad. Esta vez succiono mas deprisa, adentrando todo aquel pedazo de carne a la boca por completo, mordiendo levemente, sintiendo aquel liquido amargo comenzar a chorear dentro.

- D-Déjalo ya… nhh… ¡Esto es demasiado! Ahhh… entra en mi pronto…

- ¿Puedo aun sin prepararte?... – pregunto aun lamiendo su hombría.

- Rápido…

Tora se acomodó rápidamente, los ojos llorosos de Saga le hacían ver tan lindo, su manera de rogarle era sorprendente, y aquellos jadeos y gemidos que aun seguía melodeando eran maravillosos, en pocas palabras Tora estaba sobrexcitado. Tomo su palpitante erección y le penetro de una estocada. Saga sentía desfallecer, eso había sido tan rudo, había rosado sus paredes tan dolorosamente al entrar. No se movió.

- Desátame…

- No lo haré, hasta que sea conveniente.

Saga movió sus caderas siendo envestido con fuerza al instante, su espalda chocaba con la cabecera, la cama crujía tan fuerte que parecía romperse. El castaño necesitaba tocarlo, necesitaba besarle, necesitaba hacerle saber a Tora que lo quería, que disfrutaba todo lo que le hacia, decirle que era tan terco porque se había convertido en su capricho.

- Ahhh Tora… mas rápido… ¡Ahh mas!...

- Me cambiaron… a mi niño terco y enojón… - envistió fuerte escuchado un grito de placer del otro – Entrare… hasta la parte mas profunda de tu cuerpo, amor… -

- Cállate y dame más… ¡ahhh! – El pelinegro se detuvo al instante saliendo de su cuerpo – Tora~ -

- ¿Me lo estas ordenando? – Susurro sobre sus labios, desatando esta vez sus manos adoloridas, tomando sus caderas y jalarlo hacia abajo para que quedara recostado por completo – arrepiéntete… -

- Métela ya…

Por fin sus brazos y manos descansaron, llevándolas al cuello del otro, abrazándose a el mientras le jalaba hacia si para besarle. Aquel beso húmedo que Saga le regalaba era sensacional, aquella sensación de ahora ser correspondido por completo le llevo al límite. Ahora estaba seguro que Saga lo quería y todos estos actos se lo demostraban.

Le penetro una vez más por varios minutos cuando el castaño le abrazaba con las piernas, empujaba hacia delante de una manera bestial.

- Eres tan adorablemente atractivo… cuando tus ojos están cristalinos.

- Nhh… tu, tu eres realmente… ahhh tan diabólico y seductor…

Unas fuertes envestidas más tocando aquel punto y el éxtasis en ambos aumento, Saga se corrió al instante en ambos vientres. Tora seguía incluso cuando en otro contraía deliciosamente su entrada, sabia que era mucho pero tenia que aguantar más, pero aun asi, finalmente se corrió en su interior.

Por milésima vez en esa noche se besaron, un beso largo y tierno, tan calmado que la calidez traspasaba más sus cuerpos aperlados, aquellos ojos grisáceos de ambos cruzaban, hablando solo con su mirado lo tanto que podían llegar a amarse, abrasándose para demostrar que ambos estarían juntos.

- Te amo… - susurro el pelinegro sobre sus labios, levantándose y llevándose a Saga por igual, sentándolo sobre sus piernas aun sin salir de su cuerpo – ¿Y tu? Dime ahora que es lo que sientes por mí… -

- Yo también…

- No quiero un yo también… dime que me amas.

- Primero dime… ¿estarías conmigo por toda la eternidad?

- No somos eternos, amor.

- Miénteme…

Una vez mas dejo esa ver esa faceta tierna, levantando sus labios en un puchero y aguadar su mirada en una forma graciosa. Como podía Tora llegar a negarse a eso si le encantaba verle tan amansado, tan tranquilo e infantil.

- Estaré contigo por toda la eternidad incluso después de la muerte… - delineo los labios del castaño con sus dedos - ¿Me amas, Takashi?

- Por el cielo o el infierno… juro que te amo.

Esto era realmente el principio de una relación, de su verdadera historia, una que comenzó e incluso una que duraría sobrepasando la muerte.

~ F I N ~ 

Notas finales
Lo termine en muy pocos días (Aun no se la cree)  y solo descanse para comer y dormir, y estar de ociosa xDD…  Creo que la noche es el mejor momento para la inspiración, ¿no creen? Por favor, si tengo alguna falta de ortografía pido mil disculpas…  díganme y lo arreglare rápidamente D:
No pensé que una historia como está la terminara en tan poco tiempo. Esta es la primera ver que intento con esta pareja el hacer un Fic largo,  miren que 15 capítulos es mucho y me alegro de que haya quedado justo como yo quería ;A;)9  
Espero que esto haya sido de su agrado, porque si es así me harían muy feliz…
Por otra parte, hay una historia paralela en torno a la pareja secundaria que esta vez sería un ReitaxShou que yo pensé me saldría en 6 o seis capítulos, pero no, terminaremos como en 15 al igual que este ^^ Que por cierto, esta activo. Esto esta también en Amor Yaoi para que las demás que no están ni enteradas de esta página puedan leerla y si a ustedes les gusto pues también esperare sus reviews por el sitio (AY)…  
No me queda nada más que agradecerles. espero les haya gustado. <(*º⟡º*)>


Gracias por siempre leerme...

1 comentario:

  1. - Por el cielo o el infierno… juro que te amo. ------> me encantó esa parte...

    Dios mío! Morí con el lemon (sangrado nasal masivo) >/////<
    Seguiré leyendo tus fics...

    ResponderEliminar