Vampire Love ~Capitulo 14~

18:48 *Mony-san* 0 Comments

CAPITULO 14
“Un adiós algo no convincente… ”

- No somos inmortales pero tampoco simples mortales… no si nos atacamos los unos a los otros entre misma especie, podemos morir.

Aquellas palabras se vinieron como rayo a la cabeza del castaño, en algún momento las había escuchado viniendo del pelinegro, pero entonces¿ porque todos decían que los vampiros vivían por toda la eternidad?

Saga sonrió para sus adentros, Tora tenia razón, sin pensar todas esas mentiras las decían los aparatejos esos llamados televisores.

El castaño a pesar de querer aguantar el dolor no podía, la herida había sido profunda. Algo había provocado que su cuerpo se paralizara en esos instantes sin dejarle mover, su vista se nublaba y jadeaba cada vez más rápido. Saga estaba seguro que con ese ataque un humano no hubiera logrado sobrevivir.

Se trataba de levantar pero si se movía solo un poco su abdomen comenzaba a arder, como si en la misma herida tuviera alcohol, como si aquella daga hubiera dejado a su paso ponzoña en el interior de su adolorido cuerpo.

Uruha solo sonrió con gran felicidad, mostrando esa sensación placentera a Tora, demostrándole con una simple mirada que él era el vencedor, que aunque quisiera no había nada para dar vuelta atrás. Después de tantos años estaba tan satisfecho que incluso la presión que Tora ejercía no le afectaba en lo mas mínimo.

- ¡Saga!, ¿Saga estas bien? – Aquella vocecita de Shou le hizo sonreír – No te muevas. –

- E-Estoy bien, so… - Saga abrió los ojos al instante, no había podido controlar aquella sensación que le provoco toser.

- Ta… Takashi…

El aire tenía un delicioso olor a sangre, Tora pudo distinguir el aroma, aquel aroma que pertenecía a Saga y aun manteniendo bien sujeto al otro castaño por el cuello giro a mirarle, cruzando mirado con aquellos ojos grises y esos labios que le mostraban por la comisura un delgado hilo de aquel liquido carmín. Quería estrangular a Uruha, quería hacerle sufrir el dolor que en estos momentos el pelinegro sentía, pero nada, no podía hacer absolutamente… nada.

Por primera vez en años, sintió un miedo inmenso….

Por primera vez en tanto tiempo, necesito el apoyo de una persona muy diferente a él.

Reita con esfuerzos presionaba la herida de Saga mientras su pareja le hablaba. Saga cada vez escuchaba toda la habladuría de Shou como ecos, tan cercanas pero a la vez lejanas con repetitivas veces, la pesadez llego, sus ojos querían cerrarse pero Shou se lo impedía, ahora precisamente le mostraba su pasado, ¿Porque le mantenía despierto con esos recuerdos de las noches pasadas? aquellas dos veces que estuvo con el pelinegro fueron las primeras cintas en sus pensamientos.

Shou con la ayuda de Reita podía mantener despierto a Saga, por lo menos obligando que cerrara los ojos, pidiendo a todos los demonios y dioses que impidieran a que Saga dejara este mundo por completo, que apagara ese brillo en sus claros ojos, que dejara a Tora una vez mas solo.

- ¡Tora! ¡Maldición reacciona! - Reita gritaba pero el pelinegro seguía perdido.

- N-No sabes lo satisfecho… que estoy… – dijo Uruha, apretando sus manos sobre las de Tora, quitándolas sin esfuerzo alguno de alrededor de su cuello.

Uruha aprovecho todas las distracciones, el shock, los nervios, el miedo, todo lo que le pudiera ayudar para terminar ahora con Tora. Le pateo, dejándole tirado, subiéndose a su abdomen para no dejarle escapar. Tomo con una mano sus mejillas y enderezo su cabeza.

Tora aun no podía reaccionar, no entendía porque su cuerpo no respondía si el pedía a su cerebro que se moviera. Trataba de patalear para sacárselo de encima pero no lograba nada, Uruha era algo pesado además de que hacia fuerza para no dejarle escapar.

- Eres tan estúpido… – dijo Uruha – si Saga no se quedaba conmigo mucho menos lo haría con alguien como tu, alguien que ensuciaría sus manos solo para divertirse. –

Tora le miro esta vez con enojo, a pesar de que sus manos no querían reaccionar de la mejor manera se aferro a las del castaña alto, enterrando sus uñas mientras este hacia lo mismo. Tratando de mover su cuerpo para que Uruha se quitara de encima.

- Porque… - articulo palabras – porque quieres a Takashi… -

- ¿Porque? – rio irónico – porque no dejaría que tu fueras feliz cuando ahora yo sigo sufriendo, cuando tu solo lo usarías como te utilizaron a ti – acerco su rostro al del pelinegro – para hacerlo un perro como lo eres tu –

Tora esta vez se aferro más fuerte, se levanto de golpe empujando al castaño mientras le volvía a tomar por el cuello. Esta vez el asustado era Uruha, podía notar todas aquellas intenciones que tenia el pelinegro de asesinarle, aquel brillo enfermizo, ese toque que tenia aun cuando necesitaba ver morir a alguien. Retrocedió unos pasos pero le fue imposible escapar.

Tora gruño, mostrando sus colmillos mientras tomaba y arrojaba con fuerza al suelo a Uruha provocándole quejarse y quedándose totalmente desorbitado. Corrió hacia Saga y le abrazo, no sabia precisamente que decirle, solo levanto su cabeza por la nuca con una mano mientras levantaba parte de su cuerpo.

Sintió desfallecerse al ver perdido a Saga, al ver toda aquella sangre perdida de su castaño. Buscaba una manera de despertarlo, de que saliera del trance en que lo había dejado su amigo aquel que ahora mismo se sobaba la cabeza al haber provocado una separación abrupta.

- No te será tan fácil Tora. – Dijo una vez más Uruha – porque no aceptas que esta vez gane, que te quite de igual manera algo que tú me habías quitado. –

- Na…

- ¡Saga es tan parecido! – Interrumpió – Su carácter, su porte, su manera de hablar, ese maldito olor embriagante… No entiendo, ¡¿Porque te escogió a ti?! – grito colérico.

- Yo le escogí, ¡Él me eligió!

- ¡PORQUE NO LE DISTE ALTERNATIVA!

Pero el pelinegro ya estaba harto de todo, de Uruha, de que Saga no despertara y hasta de él mismo. Con ojos cristalinos se acercó tan rápido como pudo a Uruha golpeándole el rostro y parte de su cuerpo. Quería que se callara de una vez, que no dijera que Saga le había escogido cuando aun no tenia en claro los sentimientos de Saga

Uruha no se quedaba asi como asi. El reaccionaba de la misma manera agresiva a la del pelinegro, golpeando y buscando una manera de matarle de una vez por todas pero no encontraba esa pequeña ranura  que le pudiera ayudar con su cometido asi que ambos siguieron con una pelea a la par, terminando justo cuando el pelinegro penetro con su mano derecha parte de su pecho, recibiendo un mismo golpe con la misma intensidad por parte de Uruha.

Ambos gimieron sorprendidos, todo había sido tan coordinado el uno al otro que su sorpresa y dolor fue inmenso. Uruha callo arrodillado y Tora de costado, uno con ambas manos en el pecho y el otro tratando de levantarse estúpidamente, a pesar de que el golpe hacia Tora no había sido de gravedad, perdía sangre, y que decir de Uruha, si este no hacia algo ya, no libraría el salir vivo de esta.

- ¡T-Tora! – Grito asustado – Akira ayúdame. – la desesperación de Shou fue inmensa y mas cuando su pareja le resto importancia a su pedimento, dejándole con ambos mientras él  se acercaba a Uruha.

Reita sonrió satisfecho, por lo visto Tora había dado un golpe bastante fuerte pero Uruha seguía con vida. Se acercó al que decía ser su amigo, arrodillándose, ayudándole a enderezarse para que ambos se miraran. El rubio le abrazo mientras Uruha hacia lo mismo.

- Rei-chan… siempre supe que no estabas en mi contra – Uruha le miro justo cuando la mano de Reita se posiciono en su herida apretando, haciéndole pensar que trataba de detener la hemorragia – necesito sangre, sanara si tomo solo un poco… - jadeo.

- ¿Me lo estas ordenando?

- No, solo ayúdame…

- ¿Y porque debería de ayudarte? –

Uruha le miro sorprendido. Ese no era el fiel compañero Reita que le seguía para todos lados, no era el mismo Reita que cumplía sus caprichos innecesarios, su voz estaba cambiada, con tono asquerosamente desconocido al hablar.

Una fuerte punzada le hizo ver la realidad.

- Reita tu…

- Ya no te necesito, gracias a ti pude conocer a Kohara más rápidamente. – dijo firme – ¿ahora entiendes lo que es ser usado por alguien mas? –

¡No se la creía! Reita había estado actuando todos estos malditos años ¿solo por el capricho de acercarse a Shou? por el simple hecho poder hablarle? ¡Estupideces! Él no podía haberlo usado solo para eso, ¿entonces el apoyo? Todo lo que habían hecho, todo lo que habían matado ambos solo era fingido.

¡No! Uruha se negaba a reconocerlo, negaba el reconocer que había sido una pequeña marioneta tal cual como Tora, tal cual como él aquel que siempre le asqueaba, tal cual como lo que siempre odio.

Pero en efecto algo había de eso, Reita lo había utilizado pero no desde el comienzo en que ambos se habían conocido. Todo había sido años después cuando vio a Shou con Aoi, cuando pensó que esos dos tenían algo y había jurado separarlos por un simple capricho, algo que se hizo más fuerte mucho después. Todo lo que había en Reita ahora mismo no era más que simple diversión, el ver casi moribundo a su amigo le causaba una sensación de felicidad…

- Gracias… - y con esa sonrisa aun en sus labios, se despidió Reita, mordiendo el cuello blanco y frio del castaño, succionando ese liquido vital que siempre quiso probar, mientras su mano perforaba hasta salir por la espalda.

Tora por su parte había llegado a Saga, el cual había salido de su trance lentamente, regresando a su estado critico, tratando de no cerrar los ojos y perderse en aquella luz blanca que los muertos debían seguir, aquella de la que todo mundo hablaba.

Shou un seguía parpadeando, sentado a un lado suyo recobrándose.

- ¿Saga? Takashi vamos, levántate… - lo enderezo, abrazándolo por la cintura mientras daba palmaditas a las mejillas del castaño – Reacciona por favor… – pero nada, Saga solo entrecerraba los ojos. – Takashi has un esfuerzo… -

Saga le miro con aquellos ojos apunto de cerrarse.

Tora sintió como algo dentro de su cuerpo dio un vuelco al ver aquellos ojos mirarle.

- No me dejes Takashi… - suplico.

- S-Shinji….

- No te fuerces en hablar, solo no cierres los ojos, quédate conmigo…

- No… No soy nada… tuyo, ¿recuerdas?… - susurro despacio el castaño – Tu mismo… lo has dicho… no soy como él. -

Todo se vino a bajo en ese momento, Tora sintió como un nudo en su garganta amenazaba con estrangularle. Porque Saga seguía con mencionar a Aoi, porque él era todo el problema si ya no estaba y su muerte había sido superada. Porque Saga no entendía que todo esto lo hacia por su promesa y no porque aun le doliera lo que había pasado. Porque demonios no se daba cuenta que su prioridad ahora era precisamente él… Takashi.

- No quería igualarte – dijo Tora – no quería exponerte a esto… todo lo que hice es porque no puedo faltar a mi palabra, porque lo jure y nada mas que eso. –

- Pero aun sigue aquí… - Saga había puesto su mano en el pecho de Tora, justo donde debería estar su corazón – y aquí… - esta vez señalo su frente deslizando la yema de sus dedos por las mejillas del pelinegro – No puedo competir con eso… -

- No es competencia Takashi…

- Me alegro de haberte conocido…

- No digas eso por favor, Takashi quédate conmigo, te necesito… ya no podría estar mas tiempo sin ti.

- Te amo…

- ¡No lo digas! No ahora…

Y justo cuando Saga iba a decir algo mas su mano que seguía acariciando parte del rostro del pelinegro callo en seco a un costado. Saga estaba hasta el límite de ambas líneas, vivir o morir no era una fácil decisión.

- Hey Takashi… - Tora se sobresalto comenzándole a zarandear - ¡Takashi no! ¡¡No cierres los malditos ojos!! – Sus ojos se cristalizaron al instante recorriendo los castaños cabellos con desesperación - ¡¡NO ME DEJES!! ¡¡DESPIERTA MALDITA SEA!! -

Tora mordió su propia muñeca, para después de hacer un corte acercarla a Saga, pero este no tenia ni las fuerzas de beber y Tora cada vez perdía mas sangre. Reita llego sangrando, su mano estaba completamente teñida en rojo y su boca se coloreaba del mismo color, ayudo a hacer reaccionar a Shou y se acercó a Tora.

- ¡¡TAKASHI DESPIERTA!! – Sorprendentemente las lágrimas salieron de los ojos del pelinegro, cayendo sobre el rostro del castaño y deslizándose por sus mejillas – No me dejes… - Hipo.

- Tora ya dejémoslo…

- ¿Porque lo que amo se va, Shou? Porque me dejan solo una vez más…

- No estas solo, me tienes a mi…

- ¡Pero lo amo! ¡NO PUEDE DEJARME! ¡YO…!

Una fuerte bofetada por parte de Shou le paro en seco, cada ves se estaba estresando mas, le desesperaba el ver que su Saga no reaccionaba y tal vez no reaccionaria jamás. Porque todo le quitaban, ¿Acaso era condena? ¿Acaso tenia que sufrir la eternidad por algo como esto? Si Saga moría él le seguiría hasta el infierno.

- Aun se puede hacer algo, lo he hecho con Uruha, solo déjamelo a mí – dijo y Tora con ojos llorosos le miro desconfiado. – Saga no puede morir tan fácil, es tan estúpido pensar que moriría tan fácil con solo ese ataque. -

- Como sé que no harás nada. – Interrogo - Como sé que tú también no me lo quitaras. -

- ¿Y ensuciarme las manos de nuevo? – Sonrió con asco – No gracias, además no tenemos tanto tiempo como para darte el lujo a desconfiar. –

Shou toco su hombro, pidiendo que confiara y asi lo hizo, que mas podía pasar si sabia que Saga ya no volvería, que ya no regresaría con esa prepotencia que le caracterizaba. Dejo su cuerpo al cargo de Reita mientras Shou ayudaba a levantarse. Su Saga ya no regresaría aunque pidiera a dios una oportunidad.





Gracias por siempre leerme...

0 comentarios: