Vampire Love ~Capitulo 13~

18:43 *Mony-san* 0 Comments

CAPITULO 13
“Venganza dulce… ”

- No hagamos esto tardío…

- No tengo ninguna prisa, Tora.

A pesar de los primeros golpes que ellos se habían dado, ninguno tenía algún rasguño. Tora había dado a caer de espaldas gracias a una patada de Uruha y este aun seguía como si nada, solo riendo de lo patético que se veía el otro.

Esto comenzaba a ser un juego muy bien planeado para Uruha. Esta vez Tora se estaba entregando en bandeja de plata, él mismo caminaba hacia al frente con tal de encararle y hacerle mas fácil su trabajo.

Estaba claro que Uruha esta vez si tendría su venganza y mataría a aquel que por un simple capricho de otro le había arrebatado lo que tal vez pudo haber amado de por vida. Aquel hombre alto, de cabello castaño obscuro, con esos ojos color miel y ese simple carácter que le caracterizaba, aquel tan parecido a Saga al ser tan ingenuo, tan déspota, al tener el mismo miserable y puro corazón, un simple mortal que estuvo a punto de vivir una nueva vida a su lado de no haber sido por culpa de Tora.

- ¡¡Que esperas maldición!! – Grito – Si tantas ganas tenías de matarme, hazlo. –

- Asi no es divertido.

- Quieres matarme, siempre lo has querido ¡Este es tu momento!

- No, tu no puedes decirme el momento en que debo de matarte – dijo Uruha con una sonrisa – Te are sufrir lo mismo que él sufrió, hare de tu estúpido cuerpo pedazos, con los cuales yo me divertiré por un rato. –

Aquella faceta de Uruha comenzaba a intimidarle. No le tenia miedo, pero tampoco era tan estúpido como para acercarse siquiera unos milímetros mas. Tora podía observar como aquellos ojos de Uruha habían cambiado, como reflejaban deseos de matar, de jugar con una venganza a su propio beneficio.

Saga quien había salido rápido detrás de Tora, solo observaba en shock como era que el pelinegro jugaba con su vida, como Uruha sonreía son satisfacción y como tan desquiciadamente se saboreaba la muerte cercana de Tora. Quiso correr y detenerle, quiso gritarle que esta no era la manera de solucionar las cosas, tan ingenuo que quiso ponerse entre ellos para que ambos se detuvieran.

Pero Shou era rápido, aquel que estuvo desde la lejanía observando una pelea que estaba declarada incluso mucho antes que Tora fuera lo que era en estos momentos corrió hacia Saga deteniéndole, alcanzando a tomar sus manos para sujetarle fuertemente.

- ¡Suéltame Shou! Tengo que hacer algo.

- ¿Y que es lo que vas a hacer? Correr y decirles “deténganse” ¿para que ambos te maten por interferir?

- ¡Tengo que detenerlo!

- No quiero que tu te entrometas – Aquella voz hizo que ambos giraran hacia el lugar de donde provenía, Saga se quedo estático al ver esos ojos color carmín sobre los suyos, aquel enojo que reflejaban no era normal, ese no podía ser Tora – Te dije que tu ya no tienes nada que ver aquí, puedes largarte y hacer de tu tiempo lo que quieras. –

- Pero yo…

- Esta ves estoy de acuerdo con el, Takashi. – Aquella voz serena de Uruha le llamo – no me gustaría que tu salieras herido por culpa de este –

Saga estaba más que seguro que no escucharía a ninguno de los dos, además, ellos no podían ordenarle, no podían decirle que era lo que debía o no hacer. Le importaba nada el si salía o no herido, si le gritaban e incluso si salía muerto, pero si de algo estaba mas que seguro era que no dejaría que Uruha tocara a Tora.

Trato de caminar un poco mas hacia el frente, siendo detenido esta vez por alguien no tan amigable.

- Esto es algo que ya no te concierne – interfirió Reita – Tu ya no eres nada de Tora. –

Aquellas simples palabras le calaron hasta lo más profundo de su cuerpo, Reita tenia razón, se suponía que Tora lo había dejado, le había abandonado por culpa de un maldito muerto. Pero un segundo, Tora y Saga nunca habían tenido una relación o por lo menos eso pensaba el castaño, entonces no tenía que irse y mucho menos dejarle.

Uruha centro su atención al pelinegro, sabia que Reita no dejaría acercar a Saga y eso le daba un poco de ventaja

Camino hacia Tora, enmarcando aquellas largas uñas, mostrando sus largos colmillos. Corrió lo mas rápido posible rodeando a Tora, dejándole supuestamente algo desconcertado, posicionándose a sus espaldas para tomarle del cabello.

- Siempre quise saber que había sido lo que Aoi había visto en ti – susurro a su oído, jalándole el cabello hasta casi arrancarlo – Se quejaba tanto de que un humano no podía estar con un vampiro mas sin en cambio a ti te convirtió –

- ¡Eso no…! - una uña de Uruha se había enterrado en parte de su cuello haciéndolo callar.

- Era incluso más asqueroso todo lo que él hizo a lo que yo tenía.

- Tú nunca entenderías eso…

- No me interesa entender un ambiente tan enfermo como el que ustedes tenían ¡Por su culpa yo perdí lo que tanto quería!

- ¡¡Tu tuviste la culpa!!

- ¡PERO TU LE MATASTE!

- ¡¡PORQUE ÈL LE ATACO!!

-  ¡¿Y que era lo que le haría?! ¿Matarlo?... acaso tu no viste también que él era humano y no podía dañar a Aoi – Tora se quedo en Shock momentáneo – Porque eras tan estúpido como para hacer lo que él decía.

- Nunca lo fui…

- Sigues siendo después de tanto tiempo aun controlado por él.

Uruha se estaba fastidiando con esto. Sabia que Tora no cambiaria de opinión y no bajaría la guardia mas de lo que la tenia, si atacaba ahora el pelinegro actuaria al instante pero si le seguía quemando la cabeza seria mas fácil asesinarle.

Pero no, que le podía encontrar de chiste el matar a Tora si después de muerto no le iba a ver sufrir ni mucho menos llorar lo que él lloro. Asi que, porque no hacer lo mismo que Tora, porque no borrar de la faz de la tierra al que era ahora lo mas importante para el pelinegro…

Saga…

Tora seguía perdido, porque en verdad lo estaba, todo lo que decía Uruha tenia sentido pero aun asi, a pesar del tiempo le seguía siendo fiel a las palabras del otro pelinegro. Aoi había sido el mas importante hasta hace solo unos días, el que le había enseñado a ser desquiciado para su beneficio y protección, le enseño a alimentarse y hasta el final le siguió queriendo.

Su sonrisa se ensancho, ahora entendía lo que Uruha había tratado de hacer, de poner en su contra todo lo pasado para solo ganar tiempo, pero al parecer lo había obtenido.

- Tu hazte a un lado, maldito engendro – Uruha había corrido hacia los otros tres, arrojando a Shou al suelo y gritándole a Reita para que se apartara.

Era incluso difícil el que Reita hiciera caso, pero esta vez con una mirada mas que acecina se apartó del camino de Uruha, ayudando a levantar a Shou y haciéndose a un lado. Saga quedo desprotegido ahora incluso ni el mismo Shou le ayudaba y Uruha se acercaba cada vez más.

- Sera un verdadero desperdicio hacer esto… - suspiro con pesadez abrazando la cintura de Saga, pegado su cuerpo mientras besaba despacio sus labios. – Pero todos deben pagar en su momento, no lo crees? –

Tora a pesar de haberle dejado ir, de haber dicho que ambos nunca mas se volverían a ver, corrió, corrió lo mas rápido posible al ver las intenciones del otro, deteniéndose a tan solo unos metros cuando Uruha sorpresivamente sacaba de su abrigo una pequeña daga posicionándola en el cuello del otro castaño.

- Un paso mas y apreciaras otra muerte como la de aquella vez.

- ¿Porque haces esto? – Aquella voz sin importancia para Uruha solo le causo una sonrisa – a pesar de los años no puedes dejar esto, que es lo que te hemos hecho nosotros, porque no simplemente dices cual es tu problema –

- ¡Reita! será mejor que calles a tu rata – grito Uruha sin dejar de mirar a Tora.

El rubio frunció el ceño. Si Uruha seguía diciendo ese tipo de comentarios le asesinaría. Pero aun asi Shou no le soltaba, tenia bien sujeta su mano pidiéndole apoyo. Reita entendió perfectamente y con una sonrisa burlesca se acercó a su amigo.

- Sabes que no le matarías – dijo el rubio – tu mismo lo has dicho, ellos son tan parecidos que no le harías daño alguno –

- De que parte estas tú, Reita.

- De ninguna, solo de la mía y de la de Shou.

- ¡Si no me ayudaras no te acerques!

Uruha se sintió acorralado, por una parte Tora y por la otra Reita aun asi no se arriesgó a saber que podían hacerle ambos, apretó mas aquel filo en la garganta del otro haciéndole sangrar. Saga se quejo mas no hizo algún esfuerzo de zafarse, si se movía aquel filo perforaría.

- U-Uruha…

- Descuida Takashi, esto será rápido prometo no dolerá.

La mano de Uruha había bajado, cortando la camisa de Saga.

Su cuerpo se sintió caliente, cada centímetro recorrido por el corte le provocaba perdida de sangre además de un ardor bastante fuerte. Podía notar como Tora se exaltaba más y como trataba de articular palabra alguna, pero nada salía de sus labios. Tuvo miedo de que Tora le dejara en las manos del otro castaño para morir, de que no pudieran arreglar ese malentendido que habían tenido hace tan solo unos minutos y no poder decir una vez mas lo que sentía.

Aun asi Tora estaba al tanto de la angustia de su castaño, no había apartado su mirada de aquellos ojos grises, no pudo dejar de sentirse feliz por dentro al ver como Saga dejaba que adentrara a sus pensamientos y supiera que a pesar de todo le quería.

- Esto es como una cadena sin fin… - sonrió Uruha – Aoi creo a Tora y ahora esta Saga. -

- Uruha, por favor no lo hagas – Saga estaba asustado, Uruha cada vez se desquiciaba mas – puede haber otra solución… -

- La hay – susurro Uruha despacio – dime, le dejarías por mi?…

- E-Eso no… nunca…

A pesar de haber sido un susurro, casi no pronunciado, Uruha le había escuchado perfectamente haciendo que su coraje aumentara al máximo, que topara con ese maldito ego que le consumía al saber que Tora y Saga eran de alguna manera felices al corresponderse mutuamente.

Esta vez Uruha no lo pensó más, elevo su mano con coraje y en un movimiento rápido enterró por completo la daga en el estomago de Saga, viéndose obligado a soltarle cuando Tora había llegado a tomarle del cuelo.

Lo arrastro hasta la pared y justo en ella lo elevo unos centímetros provocando que su espalda chocara con los tabicones en seco, haciendo un pequeño crujido al haber cuarteado algo de la pared por el impacto. Tora aun manteniéndolo firmemente giro a ver a Saga, asustándose ante el charco de sangre que tenia el castaño bajo su cuerpo.

- Estas acabado… - dijo Uruha con una sonrisa, entrecerrando el ojo derecho por la presión en la garganta – Lo recuerdas… que si yo le atacaba el no podría sobrevivir… -

Los ojos de Tora se abrieron expectantes, si un vampiro le hería, la muerte hacia él era mucho más fácil. Si no hacia algo Saga moriría y si eso pasaba volvería a quedarse solo.




Gracias por siempre leerme...

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