Vampire Love ~Capitulo 13~
CAPITULO 13
“Venganza dulce… ”
- No hagamos esto tardío…
- No tengo ninguna prisa, Tora.
A pesar de los primeros golpes que
ellos se habían dado, ninguno tenía algún rasguño. Tora había dado a caer de
espaldas gracias a una patada de Uruha y este aun seguía como si nada, solo
riendo de lo patético que se veía el otro.
Esto comenzaba a ser un juego muy bien
planeado para Uruha. Esta vez Tora se estaba entregando en bandeja de plata, él
mismo caminaba hacia al frente con tal de encararle y hacerle mas fácil su
trabajo.
Estaba claro que Uruha esta vez si
tendría su venganza y mataría a aquel que por un simple capricho de otro le
había arrebatado lo que tal vez pudo haber amado de por vida. Aquel hombre
alto, de cabello castaño obscuro, con esos ojos color miel y ese simple
carácter que le caracterizaba, aquel tan parecido a Saga al ser tan ingenuo,
tan déspota, al tener el mismo miserable y puro corazón, un simple mortal que
estuvo a punto de vivir una nueva vida a su lado de no haber sido por culpa de
Tora.
- ¡¡Que esperas maldición!! – Grito –
Si tantas ganas tenías de matarme, hazlo. –
- Asi no es divertido.
- Quieres matarme, siempre lo has
querido ¡Este es tu momento!
- No, tu no puedes decirme el momento
en que debo de matarte – dijo Uruha con una sonrisa – Te are sufrir lo mismo
que él sufrió, hare de tu estúpido cuerpo pedazos, con los cuales yo me
divertiré por un rato. –
Aquella faceta de Uruha comenzaba a
intimidarle. No le tenia miedo, pero tampoco era tan estúpido como para
acercarse siquiera unos milímetros mas. Tora podía observar como aquellos ojos
de Uruha habían cambiado, como reflejaban deseos de matar, de jugar con una
venganza a su propio beneficio.
Saga quien había salido rápido detrás
de Tora, solo observaba en shock como era que el pelinegro jugaba con su vida,
como Uruha sonreía son satisfacción y como tan desquiciadamente se saboreaba la
muerte cercana de Tora. Quiso correr y detenerle, quiso gritarle que esta no
era la manera de solucionar las cosas, tan ingenuo que quiso ponerse entre
ellos para que ambos se detuvieran.
Pero Shou era rápido, aquel que estuvo
desde la lejanía observando una pelea que estaba declarada incluso mucho antes
que Tora fuera lo que era en estos momentos corrió hacia Saga deteniéndole,
alcanzando a tomar sus manos para sujetarle fuertemente.
- ¡Suéltame Shou! Tengo que hacer algo.
- ¿Y que es lo que vas a hacer? Correr
y decirles “deténganse” ¿para que ambos te maten por interferir?
- ¡Tengo que detenerlo!
- No quiero que tu te entrometas –
Aquella voz hizo que ambos giraran hacia el lugar de donde provenía, Saga se
quedo estático al ver esos ojos color carmín sobre los suyos, aquel enojo que
reflejaban no era normal, ese no podía ser Tora – Te dije que tu ya no tienes
nada que ver aquí, puedes largarte y hacer de tu tiempo lo que quieras. –
- Pero yo…
- Esta ves estoy de acuerdo con el,
Takashi. – Aquella voz serena de Uruha le llamo – no me gustaría que tu salieras
herido por culpa de este –
Saga estaba más que seguro que no
escucharía a ninguno de los dos, además, ellos no podían ordenarle, no podían
decirle que era lo que debía o no hacer. Le importaba nada el si salía o no
herido, si le gritaban e incluso si salía muerto, pero si de algo estaba mas
que seguro era que no dejaría que Uruha tocara a Tora.
Trato de caminar un poco mas hacia el
frente, siendo detenido esta vez por alguien no tan amigable.
- Esto es algo que ya no te concierne –
interfirió Reita – Tu ya no eres nada de Tora. –
Aquellas simples palabras le calaron
hasta lo más profundo de su cuerpo, Reita tenia razón, se suponía que Tora lo
había dejado, le había abandonado por culpa de un maldito muerto. Pero un
segundo, Tora y Saga nunca habían tenido una relación o por lo menos eso
pensaba el castaño, entonces no tenía que irse y mucho menos dejarle.
Uruha centro su atención al pelinegro,
sabia que Reita no dejaría acercar a Saga y eso le daba un poco de ventaja
Camino hacia Tora, enmarcando aquellas
largas uñas, mostrando sus largos colmillos. Corrió lo mas rápido posible
rodeando a Tora, dejándole supuestamente algo desconcertado, posicionándose a
sus espaldas para tomarle del cabello.
- Siempre quise saber que había sido lo
que Aoi había visto en ti – susurro a su oído, jalándole el cabello hasta casi
arrancarlo – Se quejaba tanto de que un humano no podía estar con un vampiro
mas sin en cambio a ti te convirtió –
- ¡Eso no…! - una uña de Uruha se había
enterrado en parte de su cuello haciéndolo callar.
- Era incluso más asqueroso todo lo que
él hizo a lo que yo tenía.
- Tú nunca entenderías eso…
- No me interesa entender un ambiente
tan enfermo como el que ustedes tenían ¡Por su culpa yo perdí lo que tanto
quería!
- ¡¡Tu tuviste la culpa!!
- ¡PERO TU LE MATASTE!
- ¡¡PORQUE ÈL LE ATACO!!
-
¡¿Y que era lo que le haría?! ¿Matarlo?... acaso tu no viste también que
él era humano y no podía dañar a Aoi – Tora se quedo en Shock momentáneo –
Porque eras tan estúpido como para hacer lo que él decía.
- Nunca lo fui…
- Sigues siendo después de tanto tiempo
aun controlado por él.
Uruha se estaba fastidiando con esto.
Sabia que Tora no cambiaria de opinión y no bajaría la guardia mas de lo que la
tenia, si atacaba ahora el pelinegro actuaria al instante pero si le seguía
quemando la cabeza seria mas fácil asesinarle.
Pero no, que le podía encontrar de chiste
el matar a Tora si después de muerto no le iba a ver sufrir ni mucho menos
llorar lo que él lloro. Asi que, porque no hacer lo mismo que Tora, porque no
borrar de la faz de la tierra al que era ahora lo mas importante para el
pelinegro…
Saga…
Tora seguía perdido, porque en verdad
lo estaba, todo lo que decía Uruha tenia sentido pero aun asi, a pesar del
tiempo le seguía siendo fiel a las palabras del otro pelinegro. Aoi había sido
el mas importante hasta hace solo unos días, el que le había enseñado a ser
desquiciado para su beneficio y protección, le enseño a alimentarse y hasta el
final le siguió queriendo.
Su sonrisa se ensancho, ahora entendía
lo que Uruha había tratado de hacer, de poner en su contra todo lo pasado para
solo ganar tiempo, pero al parecer lo había obtenido.
- Tu hazte a un lado, maldito engendro
– Uruha había corrido hacia los otros tres, arrojando a Shou al suelo y
gritándole a Reita para que se apartara.
Era incluso difícil el que Reita
hiciera caso, pero esta vez con una mirada mas que acecina se apartó del camino
de Uruha, ayudando a levantar a Shou y haciéndose a un lado. Saga quedo desprotegido ahora incluso ni el mismo
Shou le ayudaba y Uruha se acercaba cada vez más.
- Sera un verdadero desperdicio hacer
esto… - suspiro con pesadez abrazando la cintura de Saga, pegado su cuerpo
mientras besaba despacio sus labios. – Pero todos deben pagar en su momento, no
lo crees? –
Tora a pesar de haberle dejado ir, de
haber dicho que ambos nunca mas se volverían a ver, corrió, corrió lo mas
rápido posible al ver las intenciones del otro, deteniéndose a tan solo unos
metros cuando Uruha sorpresivamente sacaba de su abrigo una pequeña daga
posicionándola en el cuello del otro castaño.
- Un paso mas y apreciaras otra muerte
como la de aquella vez.
- ¿Porque haces esto? – Aquella voz sin
importancia para Uruha solo le causo una sonrisa – a pesar de los años no
puedes dejar esto, que es lo que te hemos hecho nosotros, porque no simplemente
dices cual es tu problema –
- ¡Reita! será mejor que calles a tu
rata – grito Uruha sin dejar de mirar a Tora.
El rubio frunció el ceño. Si Uruha
seguía diciendo ese tipo de comentarios le asesinaría. Pero aun asi Shou no le
soltaba, tenia bien sujeta su mano pidiéndole apoyo. Reita entendió
perfectamente y con una sonrisa burlesca se acercó a su amigo.
- Sabes que no le matarías – dijo el
rubio – tu mismo lo has dicho, ellos son tan parecidos que no le harías daño
alguno –
- De que parte estas tú, Reita.
- De ninguna, solo de la mía y de la de
Shou.
- ¡Si no me ayudaras no te acerques!
Uruha se sintió acorralado, por una
parte Tora y por la otra Reita aun asi no se arriesgó a saber que podían
hacerle ambos, apretó mas aquel filo en la garganta del otro haciéndole
sangrar. Saga se quejo mas no hizo algún esfuerzo de zafarse, si se movía aquel
filo perforaría.
- U-Uruha…
- Descuida Takashi, esto será rápido
prometo no dolerá.
La mano de Uruha había bajado, cortando
la camisa de Saga.
Su cuerpo se sintió caliente, cada
centímetro recorrido por el corte le provocaba perdida de sangre además de un
ardor bastante fuerte. Podía notar como Tora se exaltaba más y como trataba de
articular palabra alguna, pero nada salía de sus labios. Tuvo miedo de que Tora
le dejara en las manos del otro castaño para morir, de que no pudieran arreglar
ese malentendido que habían tenido
hace tan solo unos minutos y no poder decir una vez mas lo que sentía.
Aun asi Tora estaba al tanto de la
angustia de su castaño, no había apartado su mirada de aquellos ojos grises, no
pudo dejar de sentirse feliz por dentro al ver como Saga dejaba que adentrara a
sus pensamientos y supiera que a pesar de todo le quería.
- Esto es como una cadena sin fin… -
sonrió Uruha – Aoi creo a Tora y ahora esta Saga. -
- Uruha, por favor no lo hagas – Saga
estaba asustado, Uruha cada vez se desquiciaba mas – puede haber otra solución…
-
- La hay – susurro Uruha despacio –
dime, le dejarías por mi?…
- E-Eso no… nunca…
A pesar de haber sido un susurro, casi
no pronunciado, Uruha le había escuchado perfectamente haciendo que su coraje
aumentara al máximo, que topara con ese maldito ego que le consumía al saber
que Tora y Saga eran de alguna manera felices al corresponderse mutuamente.
Esta vez Uruha no lo pensó más, elevo
su mano con coraje y en un movimiento rápido enterró por completo la daga en el
estomago de Saga, viéndose obligado a soltarle cuando Tora había llegado a
tomarle del cuelo.
Lo arrastro hasta la pared y justo en
ella lo elevo unos centímetros provocando que su espalda chocara con los tabicones
en seco, haciendo un pequeño crujido al haber cuarteado algo de la pared por el
impacto. Tora aun manteniéndolo firmemente giro a ver a Saga, asustándose ante
el charco de sangre que tenia el castaño bajo su cuerpo.
- Estas acabado… - dijo Uruha con una
sonrisa, entrecerrando el ojo derecho por la presión en la garganta – Lo
recuerdas… que si yo le atacaba el no podría sobrevivir… -
Los ojos de Tora se abrieron expectantes,
si un vampiro le hería, la muerte hacia él era mucho más fácil. Si no hacia
algo Saga moriría y si eso pasaba volvería a quedarse solo.
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