Vampire Love ~Capitulo 12~

18:40 *Mony-san* 0 Comments

CAPITULO 12
“Confesiones al  amanecer (Parte dos)…”

No podía contradecirle porque de verdad… lo amaba.

Aoi eso era lo que había logrado hacer de Tora, este ultimo no podía decir no a cualquier cosa que el pelilargo le pidiera, esos bellos ojos blancos le obligaban a hacer cualquier pedimento y este lo hacia gustoso.

Tora seguía caminando rápido detrás de Aoi mientras este le decía que amaba cuando ambos caminaban por las madrugadas y era mas que obvio que Tora también lo hacia, tal vez ninguno decía aquel te amo pero ambos sabían que era lo que el otro sentía.

- Yuu, hasta cuando dejaremos de caminar – dijo Tora con cansancio – El sol saldrá pronto –

- Te quejas mucho.

- La ultima vez me queme parte de la muñeca – frunció el ceño – no entiendo como es que aguantas tu… todo por tus malditas fantasías… - esto ultimo lo susurro despacio.

- Pero te encanta que lo haga, además en la oscuridad no podía ver bien tu cuerpo.

- Mentiroso.

- Da igual – rio – me encanta cuando tu cuerpo es iluminado. –

- Bestia.

- Y tú eres mi presa. – se relamió el labio.

En aquellos tiempos era fácil encontrar algún lugar solitario, las leyendas sobre seres nocturnos, demonios o brujas eran las pláticas de cada día. A Aoi le encantaba ir a aquellos lugares muy parecidos a cuevas o chosas, estas ayudaban a que la luz solar no diera de lleno a su cuerpo. Le encantaba admirar a Tora, era tan fantasioso verle con la claridad aunque este último no la soportara.

Aoi tomando de la mano al otro camino rápido adentrándose a aquella oscuridad de su escondite, arrastrando a Tora hasta empujarlo a un lugar solido y acorralarlo.

- ¿Que haces? – pregunto déspota.

- Acorralándote – dijo obvio – estamos a menos de quince minutos a que el sol salga.

- Aoi de verdad odio tus jueguitos…

- ¿Estas asustado? – Aoi rio y Tora negó rápidamente, pero era más que obvio que si lo estaba – No te pediré que salgas cariño, solo quería estas a solas contigo. –

Tora rápidamente le miro raro. Aoi estaba comportándose muy extraño y si no es porque lo conocía estaba mas que seguro que el pelilargo lo hubiese tirado al suelo y se lo hubiera hecho hasta el cansancio, y siendo masoquista y sádico el muy maldito lo hubiera arrastrado hasta la luz del sol para que su placer aumentara al máximo con las quemaduras.

Aun asi, Aoi pensaba en exactamente eso, quería tirarse a Tora hasta cansarse, hacer de su cuerpo lo que quisiera, pero aun asi, no podía, o al menos no quería hacerlo de esa manera.

Tora había sido acostado en el suelo con una delicadeza irreconocible mientras que Aoi se posicionaba encima de él. Porque decir que Tora no estaba sorprendido si en realidad lo estaba, Aoi se estaba comportando de manera extraña y eso se le hacia bastante raro.

- Shiroyama Yuu, que es lo que te sucede – le fulmino con la mirada aun en el suelo.

- Nada… - sonrió por primera vez dulcemente.

- Me estas asustando.

Tora había estado a punto de levantarse cuando Aoi se lo impidió, sus labios habían sido presos de una manera tan maravillosa, una manera que nunca pensó Aoi tendría. Estaba asustado, Aoi le comenzaba a asustar. Porque era asi, que diablos le sucedía a su sádica pareja.

- Mi vida que harías si yo te dejara. – Tora abrió los ojos sorprendido – No porque quiera sino, por si algún día me pasara algo. –

- Te sientes mal – dijo, aun con los ojos bien abiertos – Si quieres dejarme solo vete. –

- Vez por que no te digo nada... - suspiro levantándose, tomando asiento y palmeando a su lado para que Tora hiciera lo mismo – No se como explicártelo – frunció lo labios.

- Solo dilo y ya.

- No es tan fácil.

- ¡Yuu! No soy paciente.

- Mira… – le cambio el tema abruptamente – el sol comienza a salir –

- Yuu esto es serio – trato de no sonar enojado, ni frustrado ni mucho menos asustado por el sol – Primero, no se a que venimos si no quieres hacer nada, segundo, nunca me dices mi vida a menos que quieras algo y en tercera, ¡No entiendo tu maldito cambio repentino! Mírame a los ojos Shiroyama –

- No lo haré – Aoi en ese momento sonrió divertido, Tora siempre sabia todo lo que Aoi sentía con solo mirarle a los ojos, había veces que el pelilargo odiaba ese pequeño poder que tenia Tora. Pero es que si esta era la manera para que Aoi no le mintiera lo haría, aunque claro, aunque Aoi fuera el mismo demonio, nunca, nunca le había dicho siquiera una pequeña mentira por juego.

- Aoi, de verdad dime que pasa…

- Shou me dijo algo hace poco y no quiero que pase a menos que sea contigo – Tora le miro confundido – Sabes perfectamente que las visiones de Shou nunca fallan asi que, quiero que antes de todo sepas algo. –

Tora seguía atento, Shou no diría tu futuro a menos que fuera necesario o solo que tú se lo pidieras. Pero entonces porque Aoi, porque este se veía tan nervioso, porque tomaba la mano de Tora tan fuertemente como si tuviera miedo a perderlo.

Aoi había entrelazado sus dedos, pegando su cuerpo al del otro, besando su cuello de una manera que Tora no conocía. De alguna manera Aoi estaba haciendo lo posible para que Tora tratara de sentir todo el amor que le tenia.

- Dos vampiros tienen que estar juntos – dijo Aoi, mirándolo a los ojos, permitiendo que indagara en su interior al no tener la fuerza para el mismo contarlo.

- Lo se, y are lo que me pidas. – porque seria que Tora ya presentía las cosas? Porque sentía que Aoi le dejaría y no porque el quisiera – ¿Me amas? –

- Como nunca pensé amar – Ambos sonrieron dándose un beso – Quiero que me mates, quiero que seas tu el que lo haga, de cualquier manera Uruha lo hará, encontrara la manera de atacar por la espalda… -

- Pero puedes matarle.

- No, esto es algo personal no peleamos por territorios como siempre, Tu mataste a su humano porque yo te lo pedí y ahora él me matara porque según su creencia yo soy quien te controla – rio despacio – Tu no eres su objetivo, desde hace siglos nuestra pelea a sido por algo sin importancia pero ahora es diferente… Un amor es algo sagrado, por lo menos para nosotros. –

- Eso quiere decir que…

- Solo quiero decir algo que nunca te dije, sé que encontraras a alguien pasando los años,  y si me amas quiero que le amas tal cual lo hiciste conmigo. – Tomo su rostro juntando sus frentes, enderezando a Tora para que se acercara mas a él – cuando eso suceda tendrás escusas para matarle, mata a Uruha tal como yo lo haría, utiliza a cualquier persona, porque si mata esa será la manera de saber cuanto es el amor que hay hacia ti. –

- Eso es mentira, Yuu nadie es igual a nosotros, ¡Nadie piensa como tu o yo! – Grito desesperado – Puedo… podemos terminar con esto de una vez, busquemos a Uruha y los dos lo mataremos, pero por favor… no me pidas hacer esto.

- Este es mi destino, nuestro destino, las cosas no se pueden alterar y lo sabes.

- ¡Pero…!

- ¡NADA! Es mi decisión.

- ¡Y nunca pides opinión para que yo entre en tus decisiones! ¡No te matare! No lo are… Yuu, Yo te amo y no puedo hacerlo.

Eso era lo que Aoi necesitaba, esa confesión era la que le ayudaría a ser fuerte y sacrificarse por aquel que amaba, Solo hace pocos minutos la nueva presa de Uruha era Tora, pero Aoi había cargado con eso como una penitencia. Se sacrificaría por él, se mataría con tal de que Tora se fuera de ese lugar y viviera la eternidad que quiso que ambos pasaran, Un sacrificio era sagrado, y eso Uruha lo sabía. Aquel que muere por proteger a otro era para quitarle toda la culpa y cargar con ella.

- Sabia que en cualquier momento lo dirías, solo quería escucharlo… - sonrió Aoi espléndidamente – por eso venimos aquí, porque solo hay dos maneras para que un vampiro muera y eso es solo si alguien como tu me mata, o… porque el sol te termine calcinando. –

Tora se sobresalto, nunca se hubiese imaginado que Aoi tuviera todo planeado desde un principio, que ya tuviera hasta calculadas las horas para poder terminar el mismo con su vida. Tora quería llorar pero Aoi odiaba eso, si lo detenía el otro no le haría caso y si quisiera morir con él no se le permitiría.

- Lo matare… - dijo con voz entrecortada – por ti, por la primera persona a la cual e amado con el alma… -

- Eso fue lo que me encanto de ti… eras tan sincero, eres tal…

- Tal y como tu lo eres…

- Tora… - Aoi se abrazó a él, impidiendo que de cualquier manera el mencionado pudiera llorar. Lo beso como siempre, si quería llevarse algo de él al infierno seria sus besos y no sus lágrimas. Se llevaría todo grabado tal y como Tora se quedaría con sus recuerdos – Te amo y siempre lo are… eres tal y como yo lo soy asi que busca a alguien parecido a nosotros, amalo, grítale cuanto lo quieres, protégele y no le dañes como lo hice contigo… -

- Nunca me dañaste cariño…

Un último beso aun manteniendo sus dedos entrelazados Aoi se puso de pie, ayudando a Tora a hacer lo mismo, caminando de espaldas hacia la luz mientras no dejaba de romper su beso. Ese pequeño pacto había sido sellado.

Tora sentía el aire caliente cada vez más pero aun asi se negaba a abrir los ojos. Las manos de Aoi apretaban las suyas hasta que una mordida en su labio le hizo reaccionar, abriendo los ojos topándose con los cerrados del otro, observando como de alguna manera ese cabello negro y largo comenzaba a formar una pequeña cortina de humo una la cual se extendió hasta solo ver cenizas en el viento, hasta solo recordar esos ojos color blanco mirarle por ultima vez.

\\\ End Flash Back ///


Saga había escuchado todo aquello con lujo de detalle, en ningún momento había interrumpido aquella voz tan nostálgica con la que hablaba el pelinegro. El castaño nunca había estado tan confundido, tan… celoso. Aquel tono de Tora al hablar le decía a la perfección que aquel llamado Yuu o Aoi era alguien que el pelinegro nunca se podría sacar de la cabeza.

Aun así, tenia una duda, Tora había dicho que juraría venganza pero a lo que había entendido él no seria quien hiciera el trabajo, entonces eso significaba que…

- ¿Takashi? – dijo extrañado el pelinegro, Saga no se había movido desde que su conversación había tenido comienzo.

- Tu o mejor dicho yo… ¿me ibas a utilizar para matar a Uruha?

- ¡Yo no…! Bueno si pero… no lo , ya no quiero mas esto, todo lo que quiero se va, todo lo que amo se aleja de mi… - dijo frustrado, tratando de explicar con desesperación – Yo soy así y aunque quiera cambiar es difícil, mato por que me gusta hacerlo, ¡Porque así fui acostumbrado! Porque eso es lo único que me quedo de él… Porque Yuu así me quería… -

- Y yo que soy Tora, Un juguete o un remplazo? ¡¿Alguien a quien puedas ordenar para complacerte?! Yo no soy asi… ¡¡Yo no soy como él!! No sé que es lo que piensas, no se nada de ti y ahora vienes a igualarme, a pedirme el trabajo que juraste hacer cuando encontraras a alguien... No me compares, ¡No quiero que lo hagas! -

- ¡¡Yo lo se!! Tú eres diferente, tú en realidad no eres como yo… y me alegro el no haber podido hacerte una verdadera bestia… No entiendo como pude llegar a enamorarme como lo estoy. – Tora por primera vez camino, dándole la espalda a Saga, acercándose a la puerta y abriéndola despacio.

- ¿Tora que haces?... – Saga se trato de acercar.

- Ahora entiendo muchas cosas Takashi, comprendo porque murió y ahora yo are lo mismo contigo… – giro un poco para mirarle.

- Estas llegando muy lejos Shinji… no hay necesidad de…

- ¿No hay necesidad de que? ¿De matarlo? Tú no entiendes nada, no entiende este deseo de venganza que he tenido por más de cien años…

- Pero esa no es la manera, Tora tu no quieres hacer eso, puedo ayudarte…

- Te amo y yo moriría por ti, ¿pero sabes? No conozco el tipo de amor que tu reflejas.

- ¿Tora a donde vas? – Saga se sobre salto al ver a Tora decidido a marcharse

- Desde ahora eres libre y puedes hacer lo que quieras, no te detendré, esto es algo que solo yo debo hacer.

Tora salió cerrando la puerta despacio, recargándose en ella una vez escuchado el segurito. Le dolía el haber dicho todo eso pero eso era lo que sentía. Había jurado proteger a aquella persona amada después de Aoi, le había prometido que no le dañaría, pero sin siquiera saber, eso era lo que precisamente estaba haciendo, dañándolo.

El pelinegro camino por los pasillos de la casa hasta bajar las escaleras, saliendo como si nada por la puerta como si le importara poco el que Uruha anduviera por esos lugares. Salió de la casa, topándose precisamente con él, con Uruha, quien mantenía una radiante sonrisa, quien había escuchado completamente aquella platica anterior.

- Me das lastima Tora, que diría Aoi si viera lo patético que te vez en estos momentos… pero que pena que no pueda verlo. – se carcajeo.

Reita y Shou solo veían a la lejanía, extrañados de ese comportamiento tan falso de Tora, ese arrepentimiento fingido que le causo tanta gracia al rubio. Reita estaba tan ansioso de ver lo que Aoi había terminado de crear, de ver ahora hasta donde podría llegar a hacer Tora por Saga.

- No estoy para tus tonterías, si vas a matarme hazlo de una vez. – dijo Tora creando de ese falso arrepentimiento en algo real, si la muerte solucionaba todo, prefería morir.




Gracias por siempre leerme...

0 comentarios: