Involuntary feelings ~Capitulo 2 ~ [Final]
CAPITULO 2
“Involuntary feelings...”
[Final]
[Final]
Le extrañaba, extrañaba todas aquellas bromas que le hacía.
Que imitara su chillona vocecita, que le dijera a cualquier momento que parecía
una niña, incluso extrañaba por lo menos que le dijera “Teppi-chan” con aquel
tono de voz tan infantil. Desde hacía dos semanas que ni el mismo KENZO le
hacia reír de buena gana. Incluso ni Takehito podía sacarlo de su casa para ir
a dar un paseo, y todas aquellas canciones con tono en balada, las cantaba tan
tristemente en los ensayos.
Nunca se imaginó que el haber dicho algo por solo tener
miedo a “experimentar” le hubiese afectado tanto a su vocal.
Pero ahora no había remedio, Yume podía ser el mejor amigo,
el más atento y carismático pero siempre el más terco y estaba claro que
tampoco le rogaría para que le escuchara. Aun así queriendo o no tenía que
disculparse, pero, sentía esos nervios al aun tener aquella textura de la piel
del más bajo aun marcada en sus manos, aun recordando ese delicado contacto de
sus labios con los del otro, y aunque estaba más que seguro que no podía sentir
algún tipo de atracción o más allá del cariño, no podía reprimir esa excitación
al verle.
- Mañana es descanso, así que aprovechen su día libre… -
anuncio el batero – yo me voy porque quede con Aki. –
- Bueno pues supongo que iré a algún lado mañana. Nos vemos
entonces. – dijo el guitarrista mirando cómplice al batero – Oye KENZO, Aki-san
no es el compañero de Mao, el amigo de Yume? Porque no lo llevas con él a ver
si así platica sus penas el muy maldito. –
- No quiero ir… - dijo simple, tomando sus cosas para salir
de la sala rápidamente, mientras menos tiempo compartiera con el bajista se
sentiría menos humillado.
- No lo dejes salir Takehito. – Sentenció – ahora mismo le
llamó a Aki para que Mao venga por él. Vamos al estacionamiento. –
Rodando los ojos y haciendo fuerza innecesaria fue
arrastrado hacia el estacionamiento de la compañía. No tardo en verse sentado
en el cofre del coche del batero, abrazado por Takehito para que no se fuera
corriendo, siendo observado solo por el bajista desde afuera de su automóvil.
Quince minutos o menos fueron los que estuvieron esperando
antes de que el rechinido de los neumáticos en el asfalto del estacionamiento
le anunciara que los otros dos amigos miembros de SID llegaban tal y como KENZO
lo había pedido, rápido. Observo como después de que el coche se estacionara de
mala manera al ser el conductor el bajista, Aki, bajaba el vocal quien
rápidamente camino hacia Yumehito, haciéndole un gesto algo infantil al batero.
- Yo estaba preocupado por ti. – y como siempre era
costumbre entre ellos dos, Mao se había abalanzado a Yume apartándole del
guitarrista para darle un tronado beso en los labios.
Yume no tardo nada en abrazarse al cuerpo del vocalista, con
él todo era tan distinto, en el tiempo que llevaban siendo amigos ambos se
comprendían tan bien, se platicaban cosas que con los demás no harían, se
querían mucho de una manera muy diferente a amistad, algo parecido a la
hermandad.
- Mao~ - y solo con un abrazo se desplomo.
Intetsu solo observaba todo con el ceño fruncido, “no” eran
celos sino que, como se le ocurría a Yumehito dejarse besar de “esa” manera por
alguien como Mao, ¿Qué acaso no había dicho que le quería? ¿Qué le gustaba?
Entonces porque ahora le abrazaba. Porque no dejaba de provocarle celos. Pero
un momento, Intetsu no podía sentir celos por Yume, menos si se suponía que
solo eran amigos ¡Sí! Era eso, si los celos estaba presentes era porque estaba
celoso de que su “amigo” cambiara a “todos” por Mao ¡solo era eso!
- Yo lo llevo conmigo, supongo que tenemos mucho de qué
hablar, ¿No es así? – Yume asintió.
Camino Yumehito junto a Mao, entrando en el vehículo en el
que este último venia, quedando de acuerdo con Aki de que se fuera con el
baterista y que en una pasada por su casa iba y dejaba su coche, el dueño
accedió. Intetsu solo observo como Yume se iba con el otro vocal, como las
ganas de detenerle se hacían presentes, pero por más que quisiera hacerlo tenía
que detenerse. Así hasta que el mismo Yume diera señas de querer hablarle.
~*~*~*~*~*~*~*~*~
Aun después de más del mes, Yume seguía sin hablarle.
Se estaba hartando, incluso el vocal después de aquella vez
de irse a quien sabe dónde con el vocalista de SID había cambiado
drásticamente, se escuchaba más contento, hacia bromas como siempre a los otros
dos y a cada momento estaba pegado a su celular, incluso en las redes sociales,
tales como el conocido Twitter y por supuesto en su blog subía cada fotografía
con cualquier chico de otros grupos así como hasta de él mismo.
No podía negar que cada fotografía del más bajo le gustaba,
incluso había veces que las tomas le daban hasta risa, de esas de las que
después dices “¡que siente al sacar una
foto así!” riendo a cada momento cuando las volvía a repetir. Pero, ¿porque
cuando las fotos ya no eran tan de una persona ya no le gustaban? ¿Por qué
odiaba ver entre aquellas tomas algunas del mismo Yume junto al otro maldito
vocalista? ¡Pero un momento! ¡¿Por qué diablos le maldecía si él no le había
hecho algo como para odiarle?!
¡Pero porque odiarle! Si ni siquiera se conocían...
Y con todas esas preguntas llevaba más de una semana
torturándose, no mentiría que aun tenia grabada cada palabra del otro. No
mentiría diciendo que aquel “Me gustas” había salido de su mente así tan
rápido, y obvio que ni siquiera Yume lo olvidaría porque él era el que estaba
enamorado.
- Has estado pensativo últimamente… - lo sacaron de sus
pensamientos reprimidos.
- No, es solo que no me he sentido bien. – mintió.
- Tal vez necesites salir y distraerte, primero Yume y ahora
tú. – Regaño el batero – no creo que el estar deprimido vaya contigo. ¿Tienes
algo que contarnos? –
- No, y hablando de deprimidos, ¿Dónde está Yume?
- No escuchaste que vendrían por él. – Intetsu negó – vaya
que no andas en este planeta, Intetsu acabamos hace diez minutos. –
¿Diez minutos de los cuales por fin había dejado de pensar
en el vocal?, ¿y ahora tenía que volverse a reprimir pensando en qué diablos
estaría haciendo Yume con él?, pero como sabía que era con “él”,
porque siempre se hacía a la idea de que Mao vendría por Yume y se lo llevaría
a saber dónde a hacer sabe que cosas. Si estaba celoso, pero no de esos celos
que el vocal le quería provocar.
- Creo que tengo que irme, hay cosas que hacer…
Los demás le miraron con el ceño fruncido, era más que obvio
que estaba molesto, pero aunque quisieran saber el porqué, nadie le preguntaría
nada, solo lo dejarían irse a casa y así después al otro día llegaría en la
mejor disposición.
El bajista salió casi volando, miraba su celular con
insistencia, pensando en si llamar o no para saber el porqué es que Yume se
había ido. Le costaba admitir que se comportaba como una novia de secundaria,
porque aunque nadie quisiera y a nadie le gustara hasta ni a si mismo, aun eran
“pareja” y todo por cumplir con un capricho
del vocal, y ahora, aunque Yume no quisiera, tenían que terminar con esto de
una vez por todas y asi dejar de distraerse y quemar sus neuronas pensando en
cosas sin sentido.
Pero antes de todo esto tenía por lo menos que sacarse cada
figura quede él que se cruzara por su cabeza, tenía que borrar aquel cuerpo
debajo y encima suyo, aquellos besos que aun tenia marcados por su cuello y
labios. Tenía que buscar una buena excusa para decir que nada de eso había sido
excitante y mucho menos maravilloso. Aun recordaba aquel número de su antigua
pareja, de aquella persona que por momentos le hizo sentirse tranquilo y a
pesar de ser alguien que nunca se callaba le sacaba buenas sonrisas.
Era linda sí, pero no estaba preparado para pasar a una
relación formal con ella o como para comprometerse sabiendo que no lidiaría con
bolsos, con artículos de belleza o con cualquier platica referente a cafés,
amigas y compras. No era miedo sino algo de fastidio. A pesar de eso, ella
siempre había dicho que estaría dispuesta a sus llamadas, siempre iría cuando
él la necesitara y estaría ahí para cuando quisiera hablar con alguien.
Pero no la necesitaba precisamente para hablar, la
necesitaba para saciarse, tenía que estar seguro que el contacto con ella sería
mejor, que aquellos besos de su amigo solo eran un asco y algo sin sentido, que aquella blanca y hermosa piel no sería
nada comparado con ella.
Marco y sin saber que decir la chica contesto a su llamado,
llegando incluso tiempo después de que Intetsu pisara su casa, de que
alimentara a su pequeña mascota y de que suspira lentamente al sentirse algo
nervioso. Después de minutos aquel voluptuoso cuerpo no más alto que si mismo
entro con una sonrisa.
- Hola, Intetsu, cuanto tiempo… - aquel largo y ligero
vestido color lila le hacía ver encantadora junto a aquel bolso pequeño del
mismo color. Su castaño, largo y lacio cabello era tan lindo, y aquel delgado
cuerpo y bien marcadas caderas daban a entender que eran de esas chicas que
cualquier hombre quisiera a su lado.
- Pensé que no vendrías… - rio nervioso.
- Porque no debería de hacerlo, nos conocemos desde hace
mucho y además tuvimos algo bastante fuerte, ¿No crees?
- Sí, creo que si… - susurro – pero pasa, toma asiento. – la
chica negó.
Negó con una sonrisa, arrojándose lentamente al cuello del
bajista, susurrando un “te extrañe” a su oído. Intetsu no sabía el por qué ese
susurro no le era tan conocido, que hasta no había provocado absolutamente
nada. Le abrazo, necesitaba aspirar ese aroma lejano de la chica, volver a
sentir ese cuerpo que por varias veces había sido suyo y que ahora mismo estaba
dispuesto a volverlo a repetir.
Bajo su manos a su cintura y de un movimiento en ellas la
pego a su cuerpo, besándola despacio, tratando de buscar una entrada para
hacerlo más pasional, pero no, simplemente la rudeza no iba con ella. La guio
hasta el sofá donde el sentándose la llevó sobre su cuerpo, siguiendo con lo
que hacían, haciendo movimientos que solo la parte intima de la mujer podía
llegar a sentir perfectamente.
Su cabello le era tan estorboso, tan largo que incluso
provocaban una molestia en su rostro. Trataba de jalar su cabello, trataba de
pegarla más, de sentir su cuerpo, de saciarse de una vez por todas, pero no se
le permitió, aquellas delgadas manos no bajaban, no le tocaban para nada más
que la extensión de su pecho sobre la ropa.
Subió sus manos hasta tocar sus pechos sin dejar de simular
envestidas, dando en algún punto desconocido para él donde había provocado un
gemido en ella. Eso lo había dejado ido, no teniendo una explicación de por qué
no provocaba nada como cuando aquel gemido ahogado del vocal chocaba con su
oído.
Nada era parecido, ni incluso su cuerpo o cabello, le dolía
en el orgullo admitirlo, pero, ahora mismo quisiera estar haciendo este tipo de
cosas con su vocalista. Con aquella
rudeza que había experimentado la ocasión pasada. Aparto a la jadeante chica de
su cuerpo.
- ¿Que… que pasa? – pregunto jadeante, completamente
sonrojada y con el vestido hasta casi llegar a la cintura.
- No puedo hacerlo, discúlpame…
- No, yo fui la atrevida, discúlpame – sonrió bajándose de
su cuerpo – ¿porque me llamaste? –
- Ni yo mismo lo sé, ahora… pues solo quería sacarme… - se
quedo en silencio.
- Te gusta alguien más ¿No?
- ¡No! No es eso.
- Un hombre indeciso tiende a hacer este tipo de cosas
¿Sabes?
- Pero no es indecisión yo de verdad no sé qué pensar…
- Entonces si te gusta – rio siendo observada con miedo por
el otro – Los hombres siempre son tercos y creo que piensan que nosotras somos
así, pero si alguna vez pensaran como nosotras se darían cuenta de todo, los
hombre solo se entienden entre sí, y nunca nos entenderán pero nosotros si nos
damos cuenta de todo lo que les sucede. –
- Me das miedo. – La miro raro – no entendí ni la más mísera
parte de lo que dijiste. –
- Lo vez, - rio rodando los ojos - no nos entienden en nada.
Solo no seas terco y dile lo que sientes, ella sabrá comprenderte. –
“Ella”. Quiso reírse ante esas palabras, aunque Yume
pareciera mujer era “él” y además ambos eran igual de tercos, ninguno se
comprendería. Pero ¡Un momento! ¡De qué diablos hablaba esa chica si a Intetsu
no le gustaban los hombre! No le gustaban. Pero entonces como era que ella
había hecho esa deducción, como era que ella sin matarse las neuronas se había dado cuenta de algo que ni el mismo
había descubierto.
Las mujeres de verdad eran raras y daban miedo. ¡Dios!
Tenían esa maldita intuición de todo.
Se dio por vencido. Los hombres le gustaban, ¡No! Yume era
el único que le gustaba.
- ¿Y si esa persona es tan terca como yo?
- Con mayor razón te comprenderá, solo habla con esto –
señalo su pecho. – con el corazón. –
¡Oh vamos! Aparte de ser raras, incomprensibles y dar miedo
también eran cursis. Rio.
- Gracias…
- Gracias a ti Intetsu, me gusta escuchar a las personas.
Y con una última platica y con unos “tips” que la chica le
dio, salió rápidamente de su casa,
marcando a aquel numero en el cual no contestaban, a aquel chico terco
que por tan solo un capricho y un poco de tiempo juntos había ganado su
corazón. Tal vez había hecho mal mintiéndole a la chica, diciendo que de quien
se había enamorado involuntariamente era una mujer y no un hombre pero eso no
le importaba a nadie, ahora lo que tenía que hacer era decir lo que sentía y
besar esos labios que llevaba necesitando.
No tardó en llegar y tocar a la puerta, sabiendo que
rápidamente el vocal atendería, tocando de aquella manera tan insistente tal y
como el baterista lo haría. Escucho como Yumehito gritaba algunas palabras para
que le esperara, maldiciéndole por tocar tan desesperado como siempre y cuando
por fin abrió no supo que decir. Solo se dejó rodear por el abrazo que le daba
el bajista, solo se dejó acariciar el cabello como si de una mascota se
tratase. Y cuando estuvo a punto de empujarle y correrle solo se quedó
estático, le había tomado por las mejillas besándole de manera pasional,
dejándolo en completo asombro.
Sus labios se movieron al compás que el otro le imponía,
dejando paso a su lengua jugar con la otra, Yume a pesar de haber pensado que
todo esto era obra para burlarse no dejo de corresponderle, no dejo de abrazar
su cintura mientras sus manos se aferraban a aquella sudadera, así hasta que
ambos necesitaron un respiro, hasta que la lengua del más alto delineo sus
labios con algún tipo de lujuria inimaginable.
- Yume yo…
- ¿Porque me haces esto? Dijiste que era asqueroso ¿No?
- ¿Si fuera asqueroso creer que te besaría? ¿Crees que te
hubiera besado? ¿Qué estuviera buscándote por solo fastidiarte? – Yume agacho
la mirada – Aun estamos saliendo recuerdas. -
- Si era por eso, entonces no le tomes más importancia. – le
solto dándole la espalda – no era necesario que vinieras a decirme que todo eso
era un error porque soy un hombre y que tu prefieres a una mujer, y que era
asqueroso hacer eso y que... –
- Ya terminaste… - le abrazo por la espalda, besando su
cuello y mejillas lentamente.
Ese aroma suyo le era tan irremplazable desde aquella noche,
su cabello castaño y corto le hacia ver tal cual un infante, no podía resistir apretarlo
contra su cuerpo, y mas que eso, era el ver ese nervio que ahora mismo delataba
al vocal, aquellos nervios que le provocaban temblar despacio y suspirar lento.
Yumehito estaba seguro de que se había quedado dormido y que
todo esto no era mas que un maldito y simple sueño. Sabía de antemano desde
aquella noche que nada de esto volvería a suceder y que ante todo no le
volvería a rogar por una oportunidad. Había sido cortante y estaba consiente de
ello, pero aquella vez se había sentido tan mal, aquella noche incluso juro no
sentir nada idéntico por nadie, pero aunque quisiera sacarlo de su cabeza era
algo difícil asi que, prefirió no hablarle de nada y para nada hasta dejar de
sentir todo lo que sentía.
- Me gustas…
- Deja de torturarme… - suplicó – sé que todo lo que dices
es mentira, ¡estas borracho! Si debe de ser eso, mejor vete a descansar y ya
mañana se te olvidara lo que has hecho. –
Trato de empujarlo hacia la puerta pero Intetsu no cedía,
incluso hasta se aferraba a él, le tomaba por la camisa para que no le alejara.
Yumehito estaba confundido, nunca había lidiado con el bajista cuando andaba
borracho. Pero ¡Momento! Si Intetsu estaba borracho entonces ¿porque su beso no
había tenido sabor a algún alcohol? ¡¿Por qué diablos se emborrachaba si él no
tomaba?!
Abrió los ojos en completo asombro, recibiendo un beso fugas
del otro en sus labios.
- ¿No? No puede ser, tu… tu dijiste que…
- Perdón por lo que dije ¿Si? – Interrumpió – yo no sabia
que hacer, estaba confundido porque lograste calentarme – Yume ante esto ultimo
desvió la mirada sonrojado al igual que el bajista.
- ¿Entonces tu y yo…? Tu y yo…
Los ojos de Yumehito se cristalizaron al seguir aquel
sonrojo en el bajista. Nunca se hubiese imaginado que lograría confundirlo, que
lograría ganárselo con solo aquella vez, si solo desde antes lo hubiera hecho,
ahora estaba seguro de que lo hubiera tenido a su lado desde hace ya mucho
tiempo.
- Entonces… ¿lo intentamos de verdad?
No hizo falta alguna respuesta. Yume se había abalanzado a
abrazarle, a lamer su labio inferior para que correspondiera a su beso.
- ¿Me quieres? – pregunto nervioso.
- No se~ luego lo sabrás o lo experimentaras…
No tardaron tanto en que ambos correspondieran a las
caricias mutuas, en que ambos fueran al sofá y sentarse sin dejar de tocarse.
Tal vez Intetsu no estaba preparado aun para tener una relación como en la que
ahora se encontraba, pero estaba seguro que estando al lado de Yume aprendería
a corresponder de la misma manera en que el vocal le amaba.
~*~*~*~*~*~*~*~*~
Había pasado un mes después. Todo era tal cual como los dos
hubiesen imaginado, incluso el estar juntos era tan diferente para Intetsu,
cada una de las cosas que experimentaba con Yume eran totalmente diferentes a
cualquier otra que hubiese pasado con sus antiguas parejas, si, todas mujeres.
Para ninguno de los dos, ya no era raro despertar juntos en cualquier casa o
cama. Al igual que era nada raro compartir un desayuno o cada segundo en los
ensayos.
Los dos se comportaban tan igual, los dos eran tan celosos
haciéndolos ver como una tal típica mujer celosa, sus besos o arrumacos incluso
dejaban algo idos a los otros dos amigos al ser tan cariñosos, ninguno de los
dos podían creer que Yume e Intetsu estuvieran juntos al ser ambos los que parecían
las “Niñas” de AYABIE. Estaban un poco pero demasiado confundidos.
- Ya, ya. Ustedes son tan empalagosos. – renegó el batero
ganando unas sonrisas traviesas por los otros dos.
- Cual es tu problema, KENZO. – Dijo calmado, cruzándose de
piernas y rodeando los hombros de su pareja con un brazo – Si no te gusta solo
no nos mires. – arqueo la ceja.
- No es que no nos guste, pero, son tan… no se como
explicarlo… - rasco su cabeza – la verdad aun no me acostumbro a verlos juntos,
digo, Yume se vería mejor con KENZO o conmigo… -
- ¡Oye! – regaño el vocal.
- Si, yo opino lo mismo… es como eso que dicen las chicas –
hablo el baterista, poniendo una pose mas que pensativa – ustedes son tan…
¿Ukes? ¡Si eso! los dos tienen la apariencia a una chica que es raro verlos tan
juntitos. –
- ¡Si! incluso hay chicas que dicen que yo me vería bien con
Intetsu y tu KENZO con Yume…
- Si, asi que yo opino que deberíamos de hacer lo que ellas
dicen ¿No? ¡Digo! Solo para ver si es verdad y así, pues puede que nosotros…
- Si, deberíamos de hacer eso, yo puedo arriesgarme a
hacerle cualquier cosa a Yume.
- Y yo a Intetsu…
- ¿Terminaron, malditos enfermos? – aquella vocecita celosa
y rara había sido de Intetsu.
Yume estaba riendo, él a comparación de su pareja tenia que lidiar
con esos dos y sus típicas platicas incluso desde que estaba Aoi, pero ahora se
le hacia bastante divertido, divertido en la cuestión de que al escuchar todo
aquello el bajista se sonrojaba de sobremanera, que toda aquella pose de
“hombre” se iba completamente a los suelos cuando Takehito comenzaba con sus
comentarios.
Intetsu estaba poniéndose de malas al escuchar a los otros
dos y por supuesto al escuchar las risitas de aquel que se encontraba a su
lado. Se levanto de donde se encontraban tomando de la mano a Yume, saliendo
sin que los otros dos les pusieran atención al seguir sacando sus propias
conclusiones. Camino hasta la entrada de los baños en donde solto la mano del
mas bajo, entrando y mojando su cara para quitarse aquel rubor.
- Y ahora a que viene ese colorcito… - canturreo, sentándose
en los lavamanos.
- ¿Cuál colorcito? No sé de qué hablas…
- Intetsu, te conozco – sentencio – y sé que fue por todo
aquello. ¿Acaso lo quieres intentar con Take? –
- ¡Claro que no! Porque dices idioteces.
- Que bueno, porque me estaba poniendo celoso…
Le jalo por la camisa, posicionándolo entre sus piernas,
rodeando su cuello con ambos brazos para comenzar a besarle despacio. El
bajista no dudo en corresponder rápidamente, rodeando la cintura del vocal y de
un jalón hacia si, pegándolo a su cuerpo. Sus manos viajaron con algo de
dificultad debajo de su camisa, tocando cada parte que se atravesara por sus
manos, provocándole jadear a cada contacto. Y de un brinco hacia adelante
Yumehito bajo del lavamanos, adentrando sus manos dentro del pantalón holgado
del otro, apretando sus nalgas con aquel descaro característico de su persona.
- ¿Quieres que lo hagamos aquí?
- Estás loco… no are nada si no es en una cama. – rio
despacio, jalándole el cabello hacia atrás, besando su cuello despacio.
- Entonces, ¿lo hacemos en la sala que esta sola?
- No. – besos sus labios – si no es en una cama, no are
nada.
- ¿Ah, no? eso esta por verse.
Salió del baño, tomando de la mano al bajista para llevarlo
a aquella solitaria sala de grabación la cual solo era utilizada por poco
tiempo. Era obvio que estaría abierta y sin llave, ya que al baterista no le
gustaba para nada andar buscando llaves para poder entrar, él que era el que
más estaba metido en esas cosas.
Iban caminando rápidamente para no toparse con los miembros
del Staff y no ganarse una sesión de preguntas al no estar ensayando. A pesar
de que Intetsu negaba en ir en un principio él ahora era el mas emocionado,
vamos, no todos los días puedes hacerlo en tu lugar de trabajo y mas estando
escondiéndote para que nadie te encontrara o escuchara.
Llegaron al lugar donde Yume había dicho y una vez dentro
cerró la puerta despacio, girando el segurito despacio. Giro dándole la cara al
más alto y antes de que este se arrepintiera se lanzo a besarle, rodando su
cuello mientras trataba de colgarse. Se pego a la puerta despacio, subiendo su
pierna al costado de la cadera del bajista siendo rápidamente masajeada por
este. No aguantaba, incluso el bajista estaba excitándose de sobre manera y eso
lo podía sentir en su entrepierna que se restregaba por sobre su cuerpo,
sintiendo aquellas manos que trataban de quitarle la camisa rápidamente.
- De verdad estas loco. – dijo quitando la camisa del otro,
pegándolo a su cuerpo una vez mas hacia si en una manera ruda – si nos escuchan
será tu culpa. –
- Yo no soy el que grita, cariño~ - desabrocho su propio
pantalón.
- A que viene eso… - Intetsu arqueo la ceja, observando como
el vocalista se deshacía de su propia ropa rápidamente – No porque una vez tú
me la hayas meti… -
- Hey, que yo no quería pero tu me obligaste, no es mi culpa
que desde esa vez yo sea el activo… -
se acercó ya desnudo, tomando las manos del otro para posicionarlas en sus
propios glúteos – Y no hables asi, porque no te queda –
Iba a replicar justo cuando Yume había metido su mano bajo
su pantalón, apretando su sexo fuertemente. El vocal sabia controlarle, sabia
en que lugar tocar para que el otro no hablara sino gimiera, le provocaba con
cada cosa, con cada palabra, incluso había veces que se burlaba de él al restregarle en su cara que
un hombre le calentara de sobre manera. Le quito la camisa entre besos, bajando
su pantalón junto con sus bóxer al agacharse y dejar un camino de besos en su
abdomen. Intetsu quedo completamente al descubierto.
Aquel pequeño silloncito donde los demás se acomodaban al
esperar a que Yume terminara con su grabación ahora estaba completamente solo,
justo donde esta vez empujo al bajista, dejándolo sentado mientras el vocal a
gatas subía a su cuerpo provocando al otro retroceder. Le besaba, mordía
aquellos labios en forma sensual.
- Quieres hacerlo ya… - dijo jadeante. El maldito cuerpo de
Yume se restregaba sobre su cuerpo, aquella hombría dura del vocal, le rozaba
tan deliciosamente que no lo soportaba más.
- ¿Porque? Acaso me necesitas… - Intetsu se mordió el labio
al sentir la envestida de Yume sobre su sexo – Tan pronto y lo tienes tan duro
ya… -
- Déjate de eso… Nhhh… aun tenemos trabajo….
Yumehito se subió sobre el cuerpo desnudo del otro, tomando
los miembros de ambos para comenzar a masturbarlos. No dejaban de besarse, de
que sus lenguas chocaran por fuera de sus bocas de que aquella mano apretara
sus glandes provocando audibles gemidos en ambos. Ninguno dejaba de moverse, simulaban
envestidas por solo aquel bombeo de la mano del otro, quedando jadeantes cuando
ambos llegaron al orgasmo. Yume solo elevo su mano a su boca, lamiendo con
sensualidad sus dedos ante la atenta mirada del otro.
Guió aquellos dedos a la entrada del bajista, adentrando uno
por uno a su cuerpo, bajando con destreza desde su cuello y pezones, hasta
llegar a su entrepierna con la lengua, lamiendo toda aquella nueva extensión
aun llena de esperma, saboreándole y succionándole al empujar sus tres dedos hasta
el fondo.
- Yume… ahhh mas… ahhh…
No era nada de lo que realmente él pudiera aguantar, la
verdad Intetsu no era alguien que con solo esto podía llegar a estar
satisfecho, incluso y aunque no lo pareciera era alguien que repetiría la misma
acción varias veces y mas cuando era el activo, aquellas veces en las que el
vocalista quedaba tan exhausto sin querer levantarse al día siguiente. Pero eso
no era tan seguido, era tan raro que Intetsu tomara la iniciativa de hacerlo
suyo porque nunca se negaba a ser del vocal.
Empujaba sus dedos fuertemente, dejando lametadas en su
vientre, poniendo completamente duros sus pezones, moviendo su otra mano a
cualquier parte del cuerpo ajeno. Pero fue detenido, Intetsu había sacado los
dedos de Yume rápidamente, jalándolo hacia arriba, besándolo mientras que con
sus piernas se abrazaba a sus caderas, mientras que con su propia mano tomaba
el sexo del vocalista, llevándolo hacia su entrada, metiendo la punta para
apretar sus glúteos y empujarle hacia adelante, auto-penetrándose.
- Ahh… sin rudezas Intetsu… - levanto un poco más las
piernas del otro.
- Tenemos… trabajo… ¡Ahhh! No te muevas… - se aferro con una
mano al respaldo del sillón, sintiendo los movimientos del otro al acomodarse.
- Si me muevo, ¿tendré castigo? – Intetsu asintió torpemente
– Entonces… - Movió sus caderas hacia adelante, envistiendo despacio pero
llegando hasta el fondo.
Empujaba su cuerpo, provocando gemidos ahogados en el otro,
ahogando los suyos sobre su cuello. Lamiendo parte de su oreja, susurrando
cualquier palabra cariñosa.
Las uñas del bajista de enterraban en su espalda, sintiendo
como este acto a pesar de ser rápido le excitaba de sobremanera. Sus lenguas
hacían un ruido vulgar al chocarse entre si. Aquel ruido idéntico al del bajo
vientre con las nalgas del otro. Sus ojos se mantenían entre-cerrados y aquel
cuerpo de ambos en un rojo pálido al igual que sus mejillas. Su piel comenzaba
a tomar un color aperlado a causa del sudor, algo que entre ambos les provocaba
de sobre manera.
El tiempo no se hizo esperar a que ambos después de unas
embestidas deliciosas llegaran a tener un orgasmo merecido, a que sus vientres
se ensuciaran a causa de ello. A pesar de que ambos querían mas tenían que
dejarla hasta aquí, mas sin en cambio Yume no tenia la mas mínima intención de
salir del cuerpo del bajista.
- S-Sabes, si te sigues moviendo... te amare más… Ahhh… - le
trato de besar, susurrando esas palabras, gimiendo antes las estocadas que el
otro le propinaba despacio.
- No podemos… - rio despacio – Tu eras el que decía que
tenemos trabajo. –
- Un rato más… - pidió, tomando de las caderas al otro.
- Nop. – salió del cuerpo del otro, arrancando un ultimo
suspiro, tratando de levantarse pero siendo detenido por un abrazo del otro –
De verdad Intetsu, incluso aunque me digas que me amarás mas, no lo are. –
Los labios de Intetsu viajaron por toda la extensión de su
cuello, tocando despacio su pecho.
- De verdad, te amo. Y lo digo sin querer más.
- Lo se, y sabes que yo también lo hago. – Ambos rieron
despacio – ¿Seguimos en casa? –
- Solo si es mi turno.
- Como negarme a eso.
Ambos se levantaron. Yume había lamido su labio sensual,
mordiéndose despacio, provocando una risa en ambos antes de un último beso. No
tardaron mucho en que escucharan pasos fuera de la sala, cuchicheos que les
advertían que estaban en su búsqueda. Salieron de ahí de la misma manera en que
habían entrado, quedando antes de acuerdo lo excelente que se la pasarían en
casa saliendo de los ensayos.
Después de todo, amarse y corresponder por igual no era nada complicado…
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