Involuntary feelings ~Capitulo 2 ~ [Final]

18:57 *Mony-san* 0 Comments

CAPITULO 2
“Involuntary feelings...”
[Final]

Le extrañaba, extrañaba todas aquellas bromas que le hacía. Que imitara su chillona vocecita, que le dijera a cualquier momento que parecía una niña, incluso extrañaba por lo menos que le dijera “Teppi-chan” con aquel tono de voz tan infantil. Desde hacía dos semanas que ni el mismo KENZO le hacia reír de buena gana. Incluso ni Takehito podía sacarlo de su casa para ir a dar un paseo, y todas aquellas canciones con tono en balada, las cantaba tan tristemente en los ensayos.

Nunca se imaginó que el haber dicho algo por solo tener miedo a “experimentar” le hubiese afectado tanto a su vocal.

Pero ahora no había remedio, Yume podía ser el mejor amigo, el más atento y carismático pero siempre el más terco y estaba claro que tampoco le rogaría para que le escuchara. Aun así queriendo o no tenía que disculparse, pero, sentía esos nervios al aun tener aquella textura de la piel del más bajo aun marcada en sus manos, aun recordando ese delicado contacto de sus labios con los del otro, y aunque estaba más que seguro que no podía sentir algún tipo de atracción o más allá del cariño, no podía reprimir esa excitación al verle.

- Mañana es descanso, así que aprovechen su día libre… - anuncio el batero – yo me voy porque quede con Aki. –

- Bueno pues supongo que iré a algún lado mañana. Nos vemos entonces. – dijo el guitarrista mirando cómplice al batero – Oye KENZO, Aki-san no es el compañero de Mao, el amigo de Yume? Porque no lo llevas con él a ver si así platica sus penas el muy maldito. –

- No quiero ir… - dijo simple, tomando sus cosas para salir de la sala rápidamente, mientras menos tiempo compartiera con el bajista se sentiría menos humillado.

- No lo dejes salir Takehito. – Sentenció – ahora mismo le llamó a Aki para que Mao venga por él. Vamos al estacionamiento. –

Rodando los ojos y haciendo fuerza innecesaria fue arrastrado hacia el estacionamiento de la compañía. No tardo en verse sentado en el cofre del coche del batero, abrazado por Takehito para que no se fuera corriendo, siendo observado solo por el bajista desde afuera de su automóvil.

Quince minutos o menos fueron los que estuvieron esperando antes de que el rechinido de los neumáticos en el asfalto del estacionamiento le anunciara que los otros dos amigos miembros de SID llegaban tal y como KENZO lo había pedido, rápido. Observo como después de que el coche se estacionara de mala manera al ser el conductor el bajista, Aki, bajaba el vocal quien rápidamente camino hacia Yumehito, haciéndole un gesto algo infantil al batero.

- Yo estaba preocupado por ti. – y como siempre era costumbre entre ellos dos, Mao se había abalanzado a Yume apartándole del guitarrista para darle un tronado beso en los labios.

Yume no tardo nada en abrazarse al cuerpo del vocalista, con él todo era tan distinto, en el tiempo que llevaban siendo amigos ambos se comprendían tan bien, se platicaban cosas que con los demás no harían, se querían mucho de una manera muy diferente a amistad, algo parecido a la hermandad.

- Mao~ - y solo con un abrazo se desplomo.

Intetsu solo observaba todo con el ceño fruncido, “no” eran celos sino que, como se le ocurría a Yumehito dejarse besar de “esa” manera por alguien como Mao, ¿Qué acaso no había dicho que le quería? ¿Qué le gustaba? Entonces porque ahora le abrazaba. Porque no dejaba de provocarle celos. Pero un momento, Intetsu no podía sentir celos por Yume, menos si se suponía que solo eran amigos ¡Sí! Era eso, si los celos estaba presentes era porque estaba celoso de que su “amigo” cambiara a “todos” por Mao ¡solo era eso!

- Yo lo llevo conmigo, supongo que tenemos mucho de qué hablar, ¿No es así? – Yume asintió.

Camino Yumehito junto a Mao, entrando en el vehículo en el que este último venia, quedando de acuerdo con Aki de que se fuera con el baterista y que en una pasada por su casa iba y dejaba su coche, el dueño accedió. Intetsu solo observo como Yume se iba con el otro vocal, como las ganas de detenerle se hacían presentes, pero por más que quisiera hacerlo tenía que detenerse. Así hasta que el mismo Yume diera señas de querer hablarle.

~*~*~*~*~*~*~*~*~

Aun después de más del mes, Yume seguía sin hablarle.

Se estaba hartando, incluso el vocal después de aquella vez de irse a quien sabe dónde con el vocalista de SID había cambiado drásticamente, se escuchaba más contento, hacia bromas como siempre a los otros dos y a cada momento estaba pegado a su celular, incluso en las redes sociales, tales como el conocido Twitter y por supuesto en su blog subía cada fotografía con cualquier chico de otros grupos así como hasta de él mismo.

No podía negar que cada fotografía del más bajo le gustaba, incluso había veces que las tomas le daban hasta risa, de esas de las que después dices “¡que siente al sacar una foto así!” riendo a cada momento cuando las volvía a repetir. Pero, ¿porque cuando las fotos ya no eran tan de una persona ya no le gustaban? ¿Por qué odiaba ver entre aquellas tomas algunas del mismo Yume junto al otro maldito vocalista? ¡Pero un momento! ¡¿Por qué diablos le maldecía si él no le había hecho algo como para odiarle?!

¡Pero porque odiarle! Si ni siquiera se conocían...

Y con todas esas preguntas llevaba más de una semana torturándose, no mentiría que aun tenia grabada cada palabra del otro. No mentiría diciendo que aquel “Me gustas” había salido de su mente así tan rápido, y obvio que ni siquiera Yume lo olvidaría porque él era el que estaba enamorado.

- Has estado pensativo últimamente… - lo sacaron de sus pensamientos reprimidos.

- No, es solo que no me he sentido bien. – mintió.

- Tal vez necesites salir y distraerte, primero Yume y ahora tú. – Regaño el batero – no creo que el estar deprimido vaya contigo. ¿Tienes algo que contarnos? –

- No, y hablando de deprimidos, ¿Dónde está Yume?

- No escuchaste que vendrían por él. – Intetsu negó – vaya que no andas en este planeta, Intetsu acabamos hace diez minutos. –

¿Diez minutos de los cuales por fin había dejado de pensar en el vocal?, ¿y ahora tenía que volverse a reprimir pensando en qué diablos estaría haciendo Yume con él?, pero como sabía que era con “él”, porque siempre se hacía a la idea de que Mao vendría por Yume y se lo llevaría a saber dónde a hacer sabe que cosas. Si estaba celoso, pero no de esos celos que el vocal le quería provocar.

- Creo que tengo que irme, hay cosas que hacer…

Los demás le miraron con el ceño fruncido, era más que obvio que estaba molesto, pero aunque quisieran saber el porqué, nadie le preguntaría nada, solo lo dejarían irse a casa y así después al otro día llegaría en la mejor disposición.

El bajista salió casi volando, miraba su celular con insistencia, pensando en si llamar o no para saber el porqué es que Yume se había ido. Le costaba admitir que se comportaba como una novia de secundaria, porque aunque nadie quisiera y a nadie le gustara hasta ni a si mismo, aun eran “pareja” y todo por cumplir con un capricho del vocal, y ahora, aunque Yume no quisiera, tenían que terminar con esto de una vez por todas y asi dejar de distraerse y quemar sus neuronas pensando en cosas sin sentido.

Pero antes de todo esto tenía por lo menos que sacarse cada figura quede él que se cruzara por su cabeza, tenía que borrar aquel cuerpo debajo y encima suyo, aquellos besos que aun tenia marcados por su cuello y labios. Tenía que buscar una buena excusa para decir que nada de eso había sido excitante y mucho menos maravilloso. Aun recordaba aquel número de su antigua pareja, de aquella persona que por momentos le hizo sentirse tranquilo y a pesar de ser alguien que nunca se callaba le sacaba buenas sonrisas.

Era linda sí, pero no estaba preparado para pasar a una relación formal con ella o como para comprometerse sabiendo que no lidiaría con bolsos, con artículos de belleza o con cualquier platica referente a cafés, amigas y compras. No era miedo sino algo de fastidio. A pesar de eso, ella siempre había dicho que estaría dispuesta a sus llamadas, siempre iría cuando él la necesitara y estaría ahí para cuando quisiera hablar con alguien.

Pero no la necesitaba precisamente para hablar, la necesitaba para saciarse, tenía que estar seguro que el contacto con ella sería mejor, que aquellos besos de su amigo solo eran un asco y algo sin sentido, que aquella blanca y hermosa piel no sería nada comparado con ella.

Marco y sin saber que decir la chica contesto a su llamado, llegando incluso tiempo después de que Intetsu pisara su casa, de que alimentara a su pequeña mascota y de que suspira lentamente al sentirse algo nervioso. Después de minutos aquel voluptuoso cuerpo no más alto que si mismo entro con una sonrisa.

- Hola, Intetsu, cuanto tiempo… - aquel largo y ligero vestido color lila le hacía ver encantadora junto a aquel bolso pequeño del mismo color. Su castaño, largo y lacio cabello era tan lindo, y aquel delgado cuerpo y bien marcadas caderas daban a entender que eran de esas chicas que cualquier hombre quisiera a su lado.

- Pensé que no vendrías… - rio nervioso.

- Porque no debería de hacerlo, nos conocemos desde hace mucho y además tuvimos algo bastante fuerte, ¿No crees?

- Sí, creo que si… - susurro – pero pasa, toma asiento. – la chica negó.

Negó con una sonrisa, arrojándose lentamente al cuello del bajista, susurrando un “te extrañe” a su oído. Intetsu no sabía el por qué ese susurro no le era tan conocido, que hasta no había provocado absolutamente nada. Le abrazo, necesitaba aspirar ese aroma lejano de la chica, volver a sentir ese cuerpo que por varias veces había sido suyo y que ahora mismo estaba dispuesto a volverlo a repetir.

Bajo su manos a su cintura y de un movimiento en ellas la pego a su cuerpo, besándola despacio, tratando de buscar una entrada para hacerlo más pasional, pero no, simplemente la rudeza no iba con ella. La guio hasta el sofá donde el sentándose la llevó sobre su cuerpo, siguiendo con lo que hacían, haciendo movimientos que solo la parte intima de la mujer podía llegar a sentir perfectamente.

Su cabello le era tan estorboso, tan largo que incluso provocaban una molestia en su rostro. Trataba de jalar su cabello, trataba de pegarla más, de sentir su cuerpo, de saciarse de una vez por todas, pero no se le permitió, aquellas delgadas manos no bajaban, no le tocaban para nada más que la extensión de su pecho sobre la ropa.

Subió sus manos hasta tocar sus pechos sin dejar de simular envestidas, dando en algún punto desconocido para él donde había provocado un gemido en ella. Eso lo había dejado ido, no teniendo una explicación de por qué no provocaba nada como cuando aquel gemido ahogado del vocal chocaba con su oído.

Nada era parecido, ni incluso su cuerpo o cabello, le dolía en el orgullo admitirlo, pero, ahora mismo quisiera estar haciendo este tipo de cosas con su vocalista. Con aquella rudeza que había experimentado la ocasión pasada. Aparto a la jadeante chica de su cuerpo.

- ¿Que… que pasa? – pregunto jadeante, completamente sonrojada y con el vestido hasta casi llegar a la cintura.

- No puedo hacerlo, discúlpame…

- No, yo fui la atrevida, discúlpame – sonrió bajándose de su cuerpo – ¿porque me llamaste? –

- Ni yo mismo lo sé, ahora… pues solo quería sacarme… - se quedo en silencio.

- Te gusta alguien más ¿No?

- ¡No! No es eso.

- Un hombre indeciso tiende a hacer este tipo de cosas ¿Sabes?

- Pero no es indecisión yo de verdad no sé qué pensar…

- Entonces si te gusta – rio siendo observada con miedo por el otro – Los hombres siempre son tercos y creo que piensan que nosotras somos así, pero si alguna vez pensaran como nosotras se darían cuenta de todo, los hombre solo se entienden entre sí, y nunca nos entenderán pero nosotros si nos damos cuenta de todo lo que les sucede. –

- Me das miedo. – La miro raro – no entendí ni la más mísera parte de lo que dijiste. –

- Lo vez, - rio rodando los ojos - no nos entienden en nada. Solo no seas terco y dile lo que sientes, ella sabrá comprenderte. –

“Ella”. Quiso reírse ante esas palabras, aunque Yume pareciera mujer era “él” y además ambos eran igual de tercos, ninguno se comprendería. Pero ¡Un momento! ¡De qué diablos hablaba esa chica si a Intetsu no le gustaban los hombre! No le gustaban. Pero entonces como era que ella había hecho esa deducción, como era que ella sin matarse las neuronas  se había dado cuenta de algo que ni el mismo había descubierto.

Las mujeres de verdad eran raras y daban miedo. ¡Dios! Tenían esa maldita intuición de todo.
Se dio por vencido. Los hombres le gustaban, ¡No! Yume era el único que le gustaba.

- ¿Y si esa persona es tan terca como yo?

- Con mayor razón te comprenderá, solo habla con esto – señalo su pecho. – con el corazón. –

¡Oh vamos! Aparte de ser raras, incomprensibles y dar miedo también eran cursis. Rio.

- Gracias…

- Gracias a ti Intetsu, me gusta escuchar a las personas.

Y con una última platica y con unos “tips” que la chica le dio, salió rápidamente de su casa,  marcando a aquel numero en el cual no contestaban, a aquel chico terco que por tan solo un capricho y un poco de tiempo juntos había ganado su corazón. Tal vez había hecho mal mintiéndole a la chica, diciendo que de quien se había enamorado involuntariamente era una mujer y no un hombre pero eso no le importaba a nadie, ahora lo que tenía que hacer era decir lo que sentía y besar esos labios que llevaba necesitando.

No tardó en llegar y tocar a la puerta, sabiendo que rápidamente el vocal atendería, tocando de aquella manera tan insistente tal y como el baterista lo haría. Escucho como Yumehito gritaba algunas palabras para que le esperara, maldiciéndole por tocar tan desesperado como siempre y cuando por fin abrió no supo que decir. Solo se dejó rodear por el abrazo que le daba el bajista, solo se dejó acariciar el cabello como si de una mascota se tratase. Y cuando estuvo a punto de empujarle y correrle solo se quedó estático, le había tomado por las mejillas besándole de manera pasional, dejándolo en completo asombro.

Sus labios se movieron al compás que el otro le imponía, dejando paso a su lengua jugar con la otra, Yume a pesar de haber pensado que todo esto era obra para burlarse no dejo de corresponderle, no dejo de abrazar su cintura mientras sus manos se aferraban a aquella sudadera, así hasta que ambos necesitaron un respiro, hasta que la lengua del más alto delineo sus labios con algún tipo de lujuria inimaginable.

- Yume yo…

- ¿Porque me haces esto? Dijiste que era asqueroso ¿No?

- ¿Si fuera asqueroso creer que te besaría? ¿Crees que te hubiera besado? ¿Qué estuviera buscándote por solo fastidiarte? – Yume agacho la mirada – Aun estamos saliendo recuerdas. -

- Si era por eso, entonces no le tomes más importancia. – le solto dándole la espalda – no era necesario que vinieras a decirme que todo eso era un error porque soy un hombre y que tu prefieres a una mujer, y que era asqueroso hacer eso y que... –

- Ya terminaste… - le abrazo por la espalda, besando su cuello y mejillas lentamente.

Ese aroma suyo le era tan irremplazable desde aquella noche, su cabello castaño y corto le hacia ver tal cual un infante, no podía resistir apretarlo contra su cuerpo, y mas que eso, era el ver ese nervio que ahora mismo delataba al vocal, aquellos nervios que le provocaban temblar despacio y suspirar lento.

Yumehito estaba seguro de que se había quedado dormido y que todo esto no era mas que un maldito y simple sueño. Sabía de antemano desde aquella noche que nada de esto volvería a suceder y que ante todo no le volvería a rogar por una oportunidad. Había sido cortante y estaba consiente de ello, pero aquella vez se había sentido tan mal, aquella noche incluso juro no sentir nada idéntico por nadie, pero aunque quisiera sacarlo de su cabeza era algo difícil asi que, prefirió no hablarle de nada y para nada hasta dejar de sentir todo lo que sentía.

- Me gustas…

- Deja de torturarme… - suplicó – sé que todo lo que dices es mentira, ¡estas borracho! Si debe de ser eso, mejor vete a descansar y ya mañana se te olvidara lo que has hecho. –

Trato de empujarlo hacia la puerta pero Intetsu no cedía, incluso hasta se aferraba a él, le tomaba por la camisa para que no le alejara. Yumehito estaba confundido, nunca había lidiado con el bajista cuando andaba borracho. Pero ¡Momento! Si Intetsu estaba borracho entonces ¿porque su beso no había tenido sabor a algún alcohol? ¡¿Por qué diablos se emborrachaba si él no tomaba?!

Abrió los ojos en completo asombro, recibiendo un beso fugas del otro en sus labios.

- ¿No? No puede ser, tu… tu dijiste que…

- Perdón por lo que dije ¿Si? – Interrumpió – yo no sabia que hacer, estaba confundido porque lograste calentarme – Yume ante esto ultimo desvió la mirada sonrojado al igual que el bajista.

- ¿Entonces tu y yo…? Tu y yo…

Los ojos de Yumehito se cristalizaron al seguir aquel sonrojo en el bajista. Nunca se hubiese imaginado que lograría confundirlo, que lograría ganárselo con solo aquella vez, si solo desde antes lo hubiera hecho, ahora estaba seguro de que lo hubiera tenido a su lado desde hace ya mucho tiempo.

- Entonces… ¿lo intentamos de verdad?

No hizo falta alguna respuesta. Yume se había abalanzado a abrazarle, a lamer su labio inferior para que correspondiera a su beso.

- ¿Me quieres? – pregunto nervioso.

- No se~ luego lo sabrás o lo experimentaras…

No tardaron tanto en que ambos correspondieran a las caricias mutuas, en que ambos fueran al sofá y sentarse sin dejar de tocarse. Tal vez Intetsu no estaba preparado aun para tener una relación como en la que ahora se encontraba, pero estaba seguro que estando al lado de Yume aprendería a corresponder de la misma manera en que el vocal le amaba.

~*~*~*~*~*~*~*~*~

Había pasado un mes después. Todo era tal cual como los dos hubiesen imaginado, incluso el estar juntos era tan diferente para Intetsu, cada una de las cosas que experimentaba con Yume eran totalmente diferentes a cualquier otra que hubiese pasado con sus antiguas parejas, si, todas mujeres. Para ninguno de los dos, ya no era raro despertar juntos en cualquier casa o cama. Al igual que era nada raro compartir un desayuno o cada segundo en los ensayos.

Los dos se comportaban tan igual, los dos eran tan celosos haciéndolos ver como una tal típica mujer celosa, sus besos o arrumacos incluso dejaban algo idos a los otros dos amigos al ser tan cariñosos, ninguno de los dos podían creer que Yume e Intetsu estuvieran juntos al ser ambos los que parecían las “Niñas” de AYABIE. Estaban un poco pero demasiado confundidos.

- Ya, ya. Ustedes son tan empalagosos. – renegó el batero ganando unas sonrisas traviesas por los otros dos.

- Cual es tu problema, KENZO. – Dijo calmado, cruzándose de piernas y rodeando los hombros de su pareja con un brazo – Si no te gusta solo no nos mires. – arqueo la ceja.

- No es que no nos guste, pero, son tan… no se como explicarlo… - rasco su cabeza – la verdad aun no me acostumbro a verlos juntos, digo, Yume se vería mejor con KENZO o conmigo… -

- ¡Oye! – regaño el vocal.

- Si, yo opino lo mismo… es como eso que dicen las chicas – hablo el baterista, poniendo una pose mas que pensativa – ustedes son tan… ¿Ukes? ¡Si eso! los dos tienen la apariencia a una chica que es raro verlos tan juntitos. –

- ¡Si! incluso hay chicas que dicen que yo me vería bien con Intetsu y tu KENZO con Yume…

- Si, asi que yo opino que deberíamos de hacer lo que ellas dicen ¿No? ¡Digo! Solo para ver si es verdad y así, pues puede que nosotros…

- Si, deberíamos de hacer eso, yo puedo arriesgarme a hacerle cualquier cosa a Yume.

- Y yo a Intetsu…

- ¿Terminaron, malditos enfermos? – aquella vocecita celosa y rara había sido de Intetsu.

Yume estaba riendo, él a comparación de su pareja tenia que lidiar con esos dos y sus típicas platicas incluso desde que estaba Aoi, pero ahora se le hacia bastante divertido, divertido en la cuestión de que al escuchar todo aquello el bajista se sonrojaba de sobremanera, que toda aquella pose de “hombre” se iba completamente a los suelos cuando Takehito comenzaba con sus comentarios.

Intetsu estaba poniéndose de malas al escuchar a los otros dos y por supuesto al escuchar las risitas de aquel que se encontraba a su lado. Se levanto de donde se encontraban tomando de la mano a Yume, saliendo sin que los otros dos les pusieran atención al seguir sacando sus propias conclusiones. Camino hasta la entrada de los baños en donde solto la mano del mas bajo, entrando y mojando su cara para quitarse aquel rubor.

- Y ahora a que viene ese colorcito… - canturreo, sentándose en los lavamanos.

- ¿Cuál colorcito? No sé de qué hablas…

- Intetsu, te conozco – sentencio – y sé que fue por todo aquello. ¿Acaso lo quieres intentar con Take? –

- ¡Claro que no! Porque dices idioteces.

- Que bueno, porque me estaba poniendo celoso…

Le jalo por la camisa, posicionándolo entre sus piernas, rodeando su cuello con ambos brazos para comenzar a besarle despacio. El bajista no dudo en corresponder rápidamente, rodeando la cintura del vocal y de un jalón hacia si, pegándolo a su cuerpo. Sus manos viajaron con algo de dificultad debajo de su camisa, tocando cada parte que se atravesara por sus manos, provocándole jadear a cada contacto. Y de un brinco hacia adelante Yumehito bajo del lavamanos, adentrando sus manos dentro del pantalón holgado del otro, apretando sus nalgas con aquel descaro característico de su persona.

- ¿Quieres que lo hagamos aquí?

- Estás loco… no are nada si no es en una cama. – rio despacio, jalándole el cabello hacia atrás, besando su cuello despacio.

- Entonces, ¿lo hacemos en la sala que esta sola?

- No. – besos sus labios – si no es en una cama, no are nada.

- ¿Ah, no? eso esta por verse.

Salió del baño, tomando de la mano al bajista para llevarlo a aquella solitaria sala de grabación la cual solo era utilizada por poco tiempo. Era obvio que estaría abierta y sin llave, ya que al baterista no le gustaba para nada andar buscando llaves para poder entrar, él que era el que más estaba metido en esas cosas.

Iban caminando rápidamente para no toparse con los miembros del Staff y no ganarse una sesión de preguntas al no estar ensayando. A pesar de que Intetsu negaba en ir en un principio él ahora era el mas emocionado, vamos, no todos los días puedes hacerlo en tu lugar de trabajo y mas estando escondiéndote para que nadie te encontrara o escuchara.

Llegaron al lugar donde Yume había dicho y una vez dentro cerró la puerta despacio, girando el segurito despacio. Giro dándole la cara al más alto y antes de que este se arrepintiera se lanzo a besarle, rodando su cuello mientras trataba de colgarse. Se pego a la puerta despacio, subiendo su pierna al costado de la cadera del bajista siendo rápidamente masajeada por este. No aguantaba, incluso el bajista estaba excitándose de sobre manera y eso lo podía sentir en su entrepierna que se restregaba por sobre su cuerpo, sintiendo aquellas manos que trataban de quitarle la camisa rápidamente.

- De verdad estas loco. – dijo quitando la camisa del otro, pegándolo a su cuerpo una vez mas hacia si en una manera ruda – si nos escuchan será tu culpa. –

- Yo no soy el que grita, cariño~ - desabrocho su propio pantalón.

- A que viene eso… - Intetsu arqueo la ceja, observando como el vocalista se deshacía de su propia ropa rápidamente – No porque una vez tú me la hayas meti… -

- Hey, que yo no quería pero tu me obligaste, no es mi culpa que desde esa vez yo sea el activo… - se acercó ya desnudo, tomando las manos del otro para posicionarlas en sus propios glúteos – Y no hables asi, porque no te queda –

Iba a replicar justo cuando Yume había metido su mano bajo su pantalón, apretando su sexo fuertemente. El vocal sabia controlarle, sabia en que lugar tocar para que el otro no hablara sino gimiera, le provocaba con cada cosa, con cada palabra, incluso había veces que se  burlaba de él al restregarle en su cara que un hombre le calentara de sobre manera. Le quito la camisa entre besos, bajando su pantalón junto con sus bóxer al agacharse y dejar un camino de besos en su abdomen. Intetsu quedo completamente al descubierto.

Aquel pequeño silloncito donde los demás se acomodaban al esperar a que Yume terminara con su grabación ahora estaba completamente solo, justo donde esta vez empujo al bajista, dejándolo sentado mientras el vocal a gatas subía a su cuerpo provocando al otro retroceder. Le besaba, mordía aquellos labios en forma sensual.

- Quieres hacerlo ya… - dijo jadeante. El maldito cuerpo de Yume se restregaba sobre su cuerpo, aquella hombría dura del vocal, le rozaba tan deliciosamente que no lo soportaba más.

- ¿Porque? Acaso me necesitas… - Intetsu se mordió el labio al sentir la envestida de Yume sobre su sexo – Tan pronto y lo tienes tan duro ya… -

- Déjate de eso… Nhhh… aun tenemos trabajo….

Yumehito se subió sobre el cuerpo desnudo del otro, tomando los miembros de ambos para comenzar a masturbarlos. No dejaban de besarse, de que sus lenguas chocaran por fuera de sus bocas de que aquella mano apretara sus glandes provocando audibles gemidos en ambos. Ninguno dejaba de moverse, simulaban envestidas por solo aquel bombeo de la mano del otro, quedando jadeantes cuando ambos llegaron al orgasmo. Yume solo elevo su mano a su boca, lamiendo con sensualidad sus dedos ante la atenta mirada del otro.

Guió aquellos dedos a la entrada del bajista, adentrando uno por uno a su cuerpo, bajando con destreza desde su cuello y pezones, hasta llegar a su entrepierna con la lengua, lamiendo toda aquella nueva extensión aun llena de esperma, saboreándole y succionándole al empujar sus tres dedos hasta el fondo.

- Yume… ahhh mas… ahhh…

No era nada de lo que realmente él pudiera aguantar, la verdad Intetsu no era alguien que con solo esto podía llegar a estar satisfecho, incluso y aunque no lo pareciera era alguien que repetiría la misma acción varias veces y mas cuando era el activo, aquellas veces en las que el vocalista quedaba tan exhausto sin querer levantarse al día siguiente. Pero eso no era tan seguido, era tan raro que Intetsu tomara la iniciativa de hacerlo suyo porque nunca se negaba a ser del vocal.

Empujaba sus dedos fuertemente, dejando lametadas en su vientre, poniendo completamente duros sus pezones, moviendo su otra mano a cualquier parte del cuerpo ajeno. Pero fue detenido, Intetsu había sacado los dedos de Yume rápidamente, jalándolo hacia arriba, besándolo mientras que con sus piernas se abrazaba a sus caderas, mientras que con su propia mano tomaba el sexo del vocalista, llevándolo hacia su entrada, metiendo la punta para apretar sus glúteos y empujarle hacia adelante, auto-penetrándose.

- Ahh… sin rudezas Intetsu… - levanto un poco más las piernas del otro.

- Tenemos… trabajo… ¡Ahhh! No te muevas… - se aferro con una mano al respaldo del sillón, sintiendo los movimientos del otro al acomodarse.

- Si me muevo, ¿tendré castigo? – Intetsu asintió torpemente – Entonces… - Movió sus caderas hacia adelante, envistiendo despacio pero llegando hasta el fondo.

Empujaba su cuerpo, provocando gemidos ahogados en el otro, ahogando los suyos sobre su cuello. Lamiendo parte de su oreja, susurrando cualquier palabra cariñosa.

Las uñas del bajista de enterraban en su espalda, sintiendo como este acto a pesar de ser rápido le excitaba de sobremanera. Sus lenguas hacían un ruido vulgar al chocarse entre si. Aquel ruido idéntico al del bajo vientre con las nalgas del otro. Sus ojos se mantenían entre-cerrados y aquel cuerpo de ambos en un rojo pálido al igual que sus mejillas. Su piel comenzaba a tomar un color aperlado a causa del sudor, algo que entre ambos les provocaba de sobre manera.

El tiempo no se hizo esperar a que ambos después de unas embestidas deliciosas llegaran a tener un orgasmo merecido, a que sus vientres se ensuciaran a causa de ello. A pesar de que ambos querían mas tenían que dejarla hasta aquí, mas sin en cambio Yume no tenia la mas mínima intención de salir del cuerpo del bajista.

- S-Sabes, si te sigues moviendo... te amare más… Ahhh… - le trato de besar, susurrando esas palabras, gimiendo antes las estocadas que el otro le propinaba despacio.

- No podemos… - rio despacio – Tu eras el que decía que tenemos trabajo. –

- Un rato más… - pidió, tomando de las caderas al otro.

- Nop. – salió del cuerpo del otro, arrancando un ultimo suspiro, tratando de levantarse pero siendo detenido por un abrazo del otro – De verdad Intetsu, incluso aunque me digas que me amarás mas, no lo are. –

Los labios de Intetsu viajaron por toda la extensión de su cuello, tocando despacio su pecho.

- De verdad, te amo. Y lo digo sin querer más.

- Lo se, y sabes que yo también lo hago. – Ambos rieron despacio – ¿Seguimos en casa? –

- Solo si es mi turno.

- Como negarme a eso.

Ambos se levantaron. Yume había lamido su labio sensual, mordiéndose despacio, provocando una risa en ambos antes de un último beso. No tardaron mucho en que escucharan pasos fuera de la sala, cuchicheos que les advertían que estaban en su búsqueda. Salieron de ahí de la misma manera en que habían entrado, quedando antes de acuerdo lo excelente que se la pasarían en casa saliendo de los ensayos.

Después de todo, amarse y corresponder por igual no era nada complicado…

Gracias por siempre leerme...

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