Unexplicad Love ~Capitulo 2~
CAPITULO 2
Habían pasado días después de aquella noche, todo era exactamente igual
que antes, el trabajo era trabajo y nadie se procuraba de meterse en la vida personal del otro si
este no lo permitía. Era la mitad del ensayo y estaban en un pequeño receso que
bien merecido lo tenían, se podía notar a Nao satisfecho por el buen trabajo
asi que por buen líder les dio una hora y media para descansar. Saga había
salido de la sala dirigiéndose en la búsqueda de algo frio para tomar, llegando
a la pequeña cafetería y tomando asiento en una de las mesas con pesadez.
No duro más de diez minutos solo cuando con algo de nerviosismo vio como
Tora llegaba y pedía una soda, sonaría bastante estúpido lo que diría pero es
que el solo hecho de verlo de esa manera despreocupada le hacía temblar.
Dejo salir un suspiro con bastante pesadez.
- Y ahora porque tan suspirador. – dijo, sentándose frente a Saga
sorprendiéndolo.
- ¡N-No lo hacía!
- Si, lo que digas. – rio bajo.
- Y ahora tu, porque me hablas. – dijo el bajista desviando su mirada
- ¿Ah? ¿Lo tenía prohibido? – el otro solo negó moviendo la cabeza – me
alegro que no hayas contado lo de la vez pasada. –
- Eso querías ¿no?... sé que es molesto bailar con alguien como yo… -
Tora lo miro algo sorprendido, nunca pensó que lo tomara de esa manera,
eso no era lo que quería decir, no es que no le hubiera gustado bailar con el
sino al contrario, pero entonces, porque lo tomaba de esa manera si incluso le
había permitido bailar juntos.
- No sé qué estés pensando ni que te metiste a la cabeza. – regaño sorbiendo
un poco de su soda – No es que sea “molesto” como tú dices. –
- Ah ¿no? entonces…
- Saga, es solo que nadie me ha visto como tú me viste, solo no lo digas,
es vergonzoso…
Incluso el mismo Saga se había sonrojado al ver las mejillas rojas de
Tora, ¡¿Es que acaso lo quería matar?! Tora se veía tan… nunca se había
imaginado que aquella vergüenza del guitarrista le tentara tanto. Esto estaba
mal, no podía pensar en un chico heterosexual de la manera en que su cabeza se
lo mostraba ahora.
Pero… ¡Qué diablos pensaba!, hecho una risita nerviosa al captarlo todo,
no es que estuviera pensando en Tora, ¡No!, solamente su cabeza le había
mostrado algo que no debía, si, solo había sido eso.
- Tora ¿Que harás esta noche? - pregunto, se estaba volviendo loco – Bueno
solo pregunto, no es que me importe verdad, es solo que… bueno ¿estarás
ocupado? –
- No hables tan rápido. – Se quejó – y si, Uruha me invito a tomar algo. –
- Ahh~…
Uruha… si ese mismo. Pero que estaba mal, porque al escuchar que Tora iría
a tomar algo con la Barbie de the GazettE le afectará, hubiese querido escuchar
una negativa y asi poderlo invitar el, solo lo invitaría porque ambos a pesar
de tener años de conocerse la verdad es que no sabían mucho del otro, solo era
eso. Pero al igual que el bajista, Tora se sintió mal, tal vez su amigo
necesitaba algo o acaso quería un favor y aunque siempre se negaba a ayudar a
los demás sentía que debía hacer algo para agradecerle.
- ¿Tu harás algo? – pregunto haciendo que Saga lo mirara de manera sorpresiva.
- N-No…
- Entonces esta dicho, pasó a tu casa para ir a tomar algo con Uruha… a
las ocho.
No. no se la creía, quería negarse pero Tora ya se había levantado para
irse, trato de hablar pero el pelinegro lo ignoro. Hacer berrinche no le
ayudaría en nada y no le quedó más que darse a la idea de que tenía que ir.
***********
Habían pasado horas desde la última pequeña conversación con Tora. Ahora
mismo buscaba algo para ponerse, no sabía cómo tenía que vestir, no sabía cómo
peinarse, y no sabía que zapatos ponerse. Su cama estaba hecha un desastre a
causa de la ropa regada sobre ella. Aventaba
cada pantalón, cada camisa, parecía una verdadera chica a punto de salir a una
cita cosa que lo hizo pararse en seco ¡Porque diablos le importaba vestirse bien!
Sabía que Tora no lo miraría y si por algún caso lo tratase de hacer, estaría
seguro que quien acapararía toda la atención del pelinegro seria Uruha.
- Imposible competir con él. – se dijo en voz alta soltando una pequeña
risa.
Después de largos minutos se decidió en su atuendo, no era formal sino al
contrario, le gustaba estar lo más cómodo en situaciones como estas, no le
gustaba estar en casas ajenas y a causa de eso sabía que su estrés subiría.
Pero aun asi se preocupaba bastante por el atuendo, si algo holgado o si algo
un poco más que casual.
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Estaba aún sentado con la cabeza revuelta, ya estaba completamente arreglado pero no se iría de su casa hasta que fuera la hora, andaba bastante muy bien vestido teniendo como simple objetivo el acaparar miradas o mejor dicho una sola mirada. Tenía un plan justo antes de haber invitado a su amigo, esta hubiera sido una de las tanta noches geniales pero hoy no sería posible, aun asi no podía negar que la idea de disfrutar la noche sería buena.
Pero recordó el gran detalle, había invitado a Saga sin siquiera avisarle
o pedirle opinión a Uruha, se dio un golpecito en la cabeza y saco su celular,
esperando a que contestaran la línea.
- ¿Tora?... ¿ya
vienes hacia acá? – pregunto.
- En un rato, aun no estoy vestido. - mintió – Oye Uru ¿No importa si
llevo a alguien más? –
- ¡QUE! ¿Porque?...
esta noche solo era nuestra.
- Vamos Uru, solo esta vez. – pidió sonriendo sin que su voz se escuchara
de esa manera burlista por el teléfono.
- Pero amor~ ¡Quería pasar la noche contigo!
- Uru, es solo Saga, prometo que solo será hoy… ¿Si?
- Ashh~ está bien…
una vez más tengo que fingir.
Sonrió, era tan fácil convencerlo, lo conocía y sabía que si cambiaba su
manera de hablarle Uruha sedería al instante, colgó después de un “Te quiero”
por parte del castaño y de un brinquito se levantó del sofá, tomando sus llaves
y salir rápidamente.
Las luces de las calles comenzaban a iluminar, el sol ya se había ocultado
hacia bastantes minutos y el ambiente del aire era maravilloso. Llego a los
pocos minutos con una sonrisa, rascándose la cabeza al no saber cómo hablarle a
su amigo. Toco, espero por momento en lo que su amigo bajista se dignaba a
abrir, movió su pie con insistencia a que el otro no se dignaba a recibirlo,
frunció el ceño y arrugo los labios en un gesto y cuando estaba a punto de
volver a tocar el bajista salió rápidamente.
- S-Saga… - fue lo único que pudo pronunciar. Su mirada se quedó más que
pegada al cuerpo del bajista, aquella ropa lo hacía verse espectacular.
Aquellos jeans, aquella playera negra y esa chamarra lo hacían verse de una
manera encantadora y que decir de su muy bien arreglado cabello castaño.
- Eh… ¿Nos vamos?...
- Ehh si, si, vamos…
Porque decir que no notaba al guitarrista algo ido, nervioso, quería
hacerle platica o por lo menos decir algo para que aquel silencio no se tornara
más incómodo ¿pero que podría preguntar? El al igual que Tora se encontraba
nervioso. Y con ese largo silencio llegaron rápidamente a la casa del castaño
guitarrista Gazetto, Tora le sonrió a Saga pidiéndole que bajara haciéndolo él
también. Saga observo con detenimiento a su guitarrista el cual comenzaba a
caminar delante de él mirando aquel espectacular cuerpo en una manera idiota,
siendo sorprendido por el observado.
- ¿Pasa algo?...
- N-No, no…
Se sonrojo como un completo tomate, Tora lo había descubierto cuando lo
miraba, estaba avergonzado pero esa vergüenza se esfumo convirtiéndose en enfado
cuando vio cómo su guitarrista entraba sin tocar la puerta y como Uruha corría
a recibirlo con un abrazo.
Tora sintió que la tierra se lo tragaba, se suponía que Uruha no haría
nada para que los descubrieran ¿Y este rápido corría a sus brazos? Además de
que su bajista los observaba de manera rara. Le hizo un gesto apartándolo del
abrazo dándole un empujoncito para que saludara a Saga.
- Hola Saga-san, que gusto tenerte aquí. – dijo abrazando al bajista.
- Hola, perdón por importunar. – contesto acomodándose la chamarra después
de apartar levemente al guitarrista.
- Ya dije que no eres inoportuno, yo te invite porque asi lo quise además
a Uruha no le importa, ¿verdad?...
- Si, por mí no hay problema, por favor siéntate… consultare algo de la
cena con Tora…
Saga frunció el ceño al ver como Uruha jalaba a Tora hacia la cocina, ¡que
rayos tenía que consultarle a su guitarrista de la cena! Acaso él no podía
hacerlo y revisarlo ¡solo! ¡Pero un momento! ¡Porque rayos se preocupaba de
Tora! sabiendo que era obvio que no le haría caso al Gazettito ese. Estaba
histérico o por lo menos la histeria comenzaba a llegar y lo peor era que tenía
el presentimiento de que esa noche sería bastante larga.
Se encogió de hombros y con el ceño fruncido se quedó sentado esperando la
llegada de los guitarristas.
***********
- ¡Acaso estás loco! – Dijo en voz baja dentro de la cocina – Pudo haberse
dado cuenta. –
- Es que no pude contenerme. – Se abrazó a él – Quería estar contigo toda
la noche. –
- Yo también, pero entiéndeme.
- Que quieres que te entienda Tora, porque no lo decimos de una vez, ¿o es
que acaso te da pena estar conmigo?
Tora suspiro, esto se le estaba saliendo de las manos y más porque Uruha
casi gritaba, no le importaba que lo hiciera pero es que Saga podía escuchar y
eso sería una vergüenza seguirá para toda su maldita vida. Trato de calmar al
castaño con un beso pero este lo evitaba dándole una cara de completo odio.
Para que decir que ese comportamiento lo odiaba si el castaño bien que lo sabía
y lo peor es que lo estaba sacando de quicio.
- ¡Respóndeme! – grito Uruha ante el silencio del otro.
- Ya lo hemos hablado, no quiero que lo sepa nadie por ahora…
- ¡¿Porque no!? ¡¿Porque te da miedo a que todos se enteren que eres un
maldito marica?!
- Uruha no te queda decirlo, tú eres igual.
- ¡¿Y CREES QUE TU NO LO ERES?!
- ¡¡YO SE LO QUE SOY!!
- ¡¡ENTONCES DILO DE UNA PUTA VEZ, O ESTO SE TERMINA!!
- POR MI HAZ LO QUE QUIERAS. ¿CREES QUE ERES EL UNICO?
- Tora… no me digas que…
***********
Saga se comenzaba a poner nervioso, de un momento a otro había escuchado
como los otros dos comenzaban a gritarse quien sabe que cosas pensando que tal
vez su llegada le había molestado a Uruha. Se levantó del sillón y en ese
momento los gritos comenzaron a escucharse mucho mas fuertes pensando que tal
vez se agarrarían a golpes.
Observo como ambos salían de la cocina aun gritándose y al tratar de
acercarse fue detenido por una mirada de completo desprecio por parte de Uruha.
- ¡DILO DE UNA VEZ!
- Deja de gritar Uruha… - trato de controlarse, apretando los puños.
- ¡¿PORQUE POR ESTE?!
- ¡No grites, cállate!
- PORQUE ME TENGO QUE CALLAR, ANDA DILO DE UNA VEZ, DILE QUE ERES M…
- ¡¡QUE TE CALLES!! – Interrumpió – ¡Puedes dejar de gritar!
- Yo… de verdad… mejor me voy… - dijo Saga encaminándose a la puerta.
- Yo me voy contigo. – Dijo deteniéndolo mientras le tomaba de la mano,
observando a Uruha con un odio tremendo – No vuelvo a molestarte, Takashima. –
y dicho esto arrastro al bajista a la calle.
Saga pensaba equivocadamente que toda la culpa era suya, sabía que no
debía de haber aceptado la invitación de su guitarrista y ¿ahora que sucedía?
Ahora por su culpa había estropeado una amistad y de seguro ahora Tora lo
odiaba y lo dejaría tirado en la calle para que se largara en un taxi y nunca
más le dirigiría la palabra y pondría a toda la banda en su contra y después
sería un odio múltiple por todos sus amigos.
- Perdón. – dijeron soltando una
risita al haber hablado al mismo tiempo.
- No te disculpes, al contrario, creo que te la pasaste mal… - dijo Tora.
- Sabía que no debía de haber aceptado, y ahora por mi culpa se pelearon,
estas en todo tu derecho de odiarme.
- Pero que dice. – rio despacio – no es tu culpa, son problemas que tenía
con él y no pude más y explote, solo eso… -
Ambos entraron al carro del guitarrista esta vez Saga un poco más calmado,
Tora se notaba frustrado pero de ahí en fuera estaba normal, como siempre, el
bajista hubiese pensado que Tora se sentiría mal por pelearse con su amigo pero
no era asi, sino al contrario se notaba algo más… ligero. Pero no, de hecho lo
que Saga pensaba era todo equivocado, claro que estaba frustrado y más que eso
furioso, si no hubiese callado a tiempo a Uruha Saga se abría enterado de todo,
y ¿que era todo? El que él en realidad era un maldito gay y que toda esa pose y
comportamiento de “macho” era una total farsa pero de lo que más lo hubiese
dejado como total idiota era si por unos segundos más Uruha hubiese terminado
esa frase.
- ¿A dónde iremos?... – pregunto el pelinegro.
- No sé pero tengo hambre, vamos a mi casa y ahí podrás tomar las copas
que tomarías con Uruha.
- Bien.
No tardo Tora en cambiar el rumbo directo a la casa del bajista, pocas
veces había estado en ella a causa de su poca comunicación y el único que iba era Shou y si no fuera
porque todos sabían de su relación con Reita estaba seguro que pensaría que su
vocal estaba detrás de Saga, pensar que dos hombres con las mismas preferencias
estuviesen juntos en una casa era de pensarse. Pero no, la verdad no era eso lo
que le preocupaba en sí, sino que sabiendo que Saga podía enamorarse de
cualquiera le hacía enojar un poco, pero que más daba eso ahora, por lo que
podía darse cuanta Saga ni se fijaba en él y por lo visto nunca lo haría. ¡Pero
que importaba eso ya! Sabía que en cualquier momento su guitarrista Gazetto lo
vendría a buscar y regresaría con él como si nada hubiese pasado, eso era lo
que debía de importar ahora ¿no?
No tardaron en llegar a casa del bajista cuando Tora ya molestaba a Saga.
- Saga, y ¿sabes hacer de comer? ¡Digo! No pienses que te quiero molestar,
solo que quiero comer algo decente.
- Por quien me tomas. – frunció el ceño – si tanto te vas a quejar de mi
comida, porque no compras lo que tú quieras para comer. -
- Pero si todavía ni la como, y ya me agredes.
- Estúpido, aquí el agresor eres ¡tu! – lo apunto amenazante – y ya se me
quito el hambre. –
- Ah pues ahora ya me dio hambre a mí.
Saga no lo miro por todo el transcurso del camino, incluso cuando Tora le
preguntaba algo ni le contestaba. ¡¿Quién se creía para ignorarle?! Incluso ni
el mismo Uruha lo hacía o mejor dicho nadie lo ignoraba, pero comenzaba a ser
divertido, divertido porque Saga hacia todo lo “prohibido” como le decía Tora, ignoración, reclamos, gritos, ¡de todo! pero lo
que le gustaba era el final después de todo eso, la sonrisa que le regalaba
Saga al momento que Tora pronunciaba un “Ya está bien, perdón”.
- Me agradas, ¿sabes? – dijo caminando hacia la puerta detrás de su amigo.
- A qué viene eso ahora… - contesto con enojo.
- No me digas que sigues enojado por lo de la comida, vamos si estaba
jugando.
- Pero ya tocara la mía… - amenazo.
Tora solo rodo los ojos burlándose del bajista en lo que entraba a la
casa, observando el lugar donde nunca había estado, caminando hasta quedar
sentado en el sillón observando como Saga se perdía en la cocina.
- ¿Quieres algo de tomar en lo que preparo la cena? – grito desde la
cocina asomando solo su cabeza para mirar a Tora.
- ¡¿De verdad vas a cocinar?! – grito sorprendido.
- Sigue de idiota y te juro te saco a patadas.
- Ya, ya, está bien no vuelvo a decir eso ¿Podrías prepararme un café?
- ¿Café?
- Si, es que tengo nervios.
- ¿El café no altera más los nervios?
- Bueno que te valga, ¡yo quiero café!
Saga lo miro con reproche y con una seña obscena fue a prepararle el dichoso
café, pero lo que no entendía era por qué se encontraba nervioso si se veía de
lo más normal y lo que no terminaba de comprender era por qué su guitarrista lo
trataba tan bien si ni se conocían del todo.
Sirvió el café en una taza y poniéndolo sobre un pequeño plato salió de la
cocina. Le causo un poco de gracia ver como Tora estaba de lo más cómodo en el
sillón mirando la televisión, incluso ni porque no fuera su casa el guitarrista
se comportaba, pero eso no le importó, lo único que tuvo para el bajista
importancia fue que Tora estaba tomando más confianza. Llego y se sentó justo a
un lado de Tora, dejando la taza en la mesita de centro, giro su mirada hacia
Tora y se cruzó con la del guitarrista, levanto una ceja y lo codeo.
- Porque no me ayudas a preparar algo de comer.
- Que estás loco, yo no sé cocinar. – respondió simple el guitarrista.
- Aquí aprendes, anda levántate.
Y tomando las manos del guitarrista comenzó a jalarlo cada vez más fuerte
al momento que Tora se resistía. El guitarrista no se quería levantar, era
obvio que no se metería a la cocina a preparar, ¡no le gustaba! Y no se dejaría
llevar por el bajista, pero algo que nunca se imaginó pasaría, paso.
Saga puso un pie en la orilla del sillón jalándolo, haciendo la mayor
fuerza posible para levantarlo pero, tanta había sido la fuerza y al momento de
jalarlo y levantado se tambaleo, llevándose consigo al guitarrista al suelo.
Había caído de espaldas y Tora arriba de él. Era algo digno de ver, ninguno
apartaba la mirada del otro, así como el corazón de ambos se aceleraba con
rapidez. Saga sentía que el alma se le salía al tener a Tora a tan solo
centímetros de su rostro y que decir de Tora, este estaba más que perdido en
los ojos del otro. Sin ninguna prisa Tora subió su mano a la mejilla de Saga
acariciando mientras miraba como el bajista comenzaba a sonrojarse.
- ¿Estas bien?… - pregunto en susurro.
- S-Si…
En definitiva ¡se moría! Y si no era de un ataque lo haría de nervios,
como era posible que Tora lo acariciara de esa manera, que le hablara como lo
hacía y que se acercara justo como lo estaba haciendo.
No podía aguantarse, no más teniéndolo tendido debajo suyo, se agacho un
poco más sin dejar de tomar la mejilla del otro, respirando agitadamente
mientras que la respiración del bajista hacia completamente lo mismo, cubriendo
con sus cabellos negros parte del rostro del bajista. Y a solo unos milímetros
de lograr su cometido Saga se movió, levantándose mientras que se ponía
completamente rojo.
- Y-Yo… Yo voy… a preparar la cena… -
y como todo una niña nerviosa y dejando a Tora aun hincado en el suelo
se fue de una manera fugaz hacia la cocina, tapándose la boca y abriendo los
ojos con sorpresa al pensar que hubiera sucedido si él hubiera besado al
pelinegro.
- Idiota… - susurro para sí, levantándose del suelo y volviendo a tomar
asiento en el sillón, arrepintiéndose por un momento y a la vez regañándose por
no haber continuado.
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