Vampire Love ~Capitulo 4~

16:16 *Mony-san* 0 Comments

CAPITULO 4
“Una verdad oculta…”

Las luces por toda la casa estaban apagadas, comenzó a recorrer todos los lugares cerciorándose que nadie lo hubiese visto llegar, aún era muy temprano como para que la servidumbre estuviese despierta pero aun asi y como era su casa decidió armar un escándalo, la verdad es que el mismo odiaba esto pero no tenía otra opción, si quería deshacerse de ellos tenía que hacerlo.

- ¡ISABEL! – Grito - ¡Isabel ven aquí! –

La chica después de unos minutos llego corriendo hacia la sala de estar justo donde ahora Saga yacía sentado con las piernas y brazos cruzados. A la joven se le hizo más que raro ver a su señor en un estado bueno, o mejor dicho en sus cinco sentidos. Camino rápido al frente de Saga inclinándose para recibir una orden.

- Señor dígame en que le puedo ayudar… - restregó sus ojos.

- Escúchame bien – la chica asintió – mañana no quiero a nadie aquí en la casa –

- Pero el descanso es el fin de semana.

- No me importa cuando sea, dije no quiero a nadie y punto. Mándalos a hacer lo que se te plazca pero nadie, escúchame bien, a nadie lo quiero rondando aquí dentro de la casa. Tengo invitados y no quiero que los molesten.

- Señor en ese caso ¿desea que aliste los cuartos o prepare la cena?

- Has lo que quieras solo no me molestes en toda la mañana ni por la tarde, no abras mi puerta y ni se te ocurra levantar las cortinas – ordeno – ve a dormir entonces. –

- Si señor, con su permiso – la chica hizo una reverencia.

- Oh Isabel, necesito un favor rápido antes de que vayas a dormir.

- Dígame…

- Pon unas cortinas en mi habitación, las más oscuras que encuentres y si tienes unas negras agradecería que las pusieras.

- ¿Negras señor? Pero si…

- ¡Ah! Sin reclamos, anda ve a hacer lo que te ordene y te vas a descansar.

Saga suspiro al ver que chica se retiraba, se llevó la mano a la cabeza cerrando los ojos. Estaba seguro que en algún momento todos dentro de la casa se darían cuenta que él ya no era de lo más normal, ya que la misma Isabel comenzaba a replicar cualquier cosas.

Pero no se inmuto que alguien lo venía siguiendo. Saga solo escucho cuando la joven bajaba de su habitación y hacia una reverencia para irse a descansar. Se levantó con pesadez para ir a dormir como Tora le había pedido y una vez dentro de su recamara cerro con seguro por dentro, encendiendo la luz para llevarse un pequeño susto.

- Hola… a ti quería conocerte.

- ¡MALDICION! – Se giró asustado – ¡Tu quién diablos eres!

- Ese mismo – rio – El mismo diablo para ti –

- Lo asustas, deja de jugar, quieres…

Saga desvió su mirada hacia la cama y con un gran enojo miro al pelinegro. Se suponía que él ya se había ido a su casa, choza, taberna o lo que tuviera, pero entonces que hacia ahí y más que hacía en su recamara y acostado en su cama.
Se acercó y lo tomo por el cuello de la camisa tratando de intimar al pelinegro, pero el intimidado fue otro.

- Aun eres lento cariño… - rio al tener recostado a saga sobre la cama justo debajo de su cuerpo – sigo siendo más rápido, incluso aún más rápido que ese – señalo a su acompañante.

- Quítate de encima y lárgate de mi casa…

- Oh no, eso no se va a poder, mira – señalo la ventana justo donde su amigo echaba un vistazo

- Pronto amanecerá y no alcanzaremos a llegar a casa – frunció los labios

- ¡Un momento! Tú quién eres y que haces en mi casa y que haces con Tora…

- Soy su amigo y ¡No!, no malinterpretes, yo no tengo nada que ver con tu noviecito – se defendió.

- ¡NO ES MI NOVIO! – se defendió Saga empujando a Tora.

- Vaya querido, tu novio es algo, no sé, tiene un geniecito… - rodo los ojos mientras hablaba con Tora.

- Verdad que si…

Saga hacia muecas cada vez más extrañas tratando de quitarse al pelinegro de encima, no era que le hiciera sentir asqueado o algo por el estilo si no que, cada vez en el poco tiempo que se conocieron sentía que había algo en él que comenzaba a llamarle la atención, algo que le hacía sentir escalofríos, algo que realmente le asustaba mucho, no porque comenzara a sentir algo sino porque tenía miedo a que si se enamoraba o llegaba a quererlo, en cualquier momento se fuera como su familia, dejándolo solo, una vez más sin nadie.

- Necesita ayuda urgente… - comento de repente.

- ¿Quien?

- Como que quien, pues tu novio, míralo se pierde en su cabeza imaginando cosas sin sentido… - frunció los labios llevando su dedo índice sobre ellos haciendo como si estuviese pensando en algo - ¡Ah ya! Takashi… ¿verdad? – saga asintió. – me prestas tus manos? -

- Para que… - dijo desconfiado. – qué piensas hacer. -

- Yo nada, si te hiciera algo te aseguro Tora me mataría, solo déjame ver algo, ¿si? – sonrió infantil provocando una risa en Tora.

- Vamos, Shou no te hará nada…

- ¿Shou? – Saga entrecerró los ojos

- Digamos que es como un nombre artístico – rio – solo dime Shou, ok. Por el momento no puedo decirte mi nombre.

- ¿Porque?

- No hasta que alguien más lo diga primero que tu – le regalo un giño. – ya lo entenderás ahora me permites tus manos… -

Saga obedeció aun desconfiado, extendió sus manos hacia adelante, en lo que Shou le regalaba una sonrisa, pero más que la sonrisa, se perdió en los ojos color gris unos que comenzaron a teñirse en un rojizo brillante, unos que le hicieron perderse de todo su presente y regresar a su pasado.

Sintió como si estuviese en un especie de Flash Back, veía todo lo que antes había vivido, todos sus miedos, todos lo momentos felices y lo mejor de todo, fue cuando vio a sus padres una vez más, sonriéndole como siempre lo hacían.

Tora miraba todo detenidamente, Shou y Saga estaban perdidos en los ojos del otro, sus manos apretadas y haciendo gestos que no pudo definir. Se abrazó al castaño cuando le vio comenzar a derramar lágrimas. Era algo sorprendente hasta para sí mismo ya que cuando veía que el otro llorar sin moverse, su cuerpo se estremecía, sintió un pequeño nudo en la garganta que aunque fuera muy pequeño y diminuto podía sentirlo.

Después de unos minutos Shou sonrió ante alguna visión que Saga le mostraba, ahora veía su futuro, todo lo que pasaría incluso desde el día o noche siguiente, estaba contento pero a la vez un poco asustado, su futuro solo se mostraba gracias a la ayuda del mismo Shou y su pasado gracias a los pensamientos de Saga, pero aun asi aunque hubiera algo malo, siempre había algo bueno. Shou comenzó a cambiar el rojizo de sus ojos a su color natural, provocando que Saga despertara de su trance de una manera brusca dejándolo prácticamente desmayado en los brazos de Tora.

- Tienes mucho que hacer Tora… - dijo Shou – Este chico es muy difícil –

- ¿Que viste?

- Nada malo pero tampoco bueno, digamos que tiene un trauma y le será difícil salir de el… Te cuento aprovechando que está dormido – Shou se acomodó sobre la cama mientras Tora acomodaba a Saga en su regazo abrazándolo protectoramente – Cuéntame que paso con su familia… -

- No… No lo se…

- No me mientas a mí, quiero que tu mismo me lo digas.

- Yo fui quien los… mato… pero él piensa que fue un accidente.

- Eso es lo difícil…

- Malo, diría yo.

- No te preocupes por eso, lo malo aquí es que no puede tomarle confianza a nadie, siente que sucederá lo mismo que con su familia y se terminara quedando solo. Pero déjame decirte que eres astuto – dijo risueño – mira que utilizar tus métodos, sirven, el confío en ti desde que te conoció pero tiene miedo al que le dejes solo.

- Pero tú sabes que eso es im…

- Lo sé, es imposible porque tu amor es verdadero, pero recuerda, tienes tres noches para que él mismo te diga lo que quieres escuchar, una vez juntos ni aunque él te odie se podrán separar, su amor va a poder más que su mismo dolor.


-¿Pero como voy a lograr eso?


- Eso, tú tienes que darte cuenta, tienes una oportunidad de decirle lo que sientes y de decirle la verdad, no te diré si es ahora o en una hora o mañana, sabes que no puedo alterarlo porque es como alterar su presente…

- Gracias Shou, de verdad muchas gracias…

- Agradéceme cuando todo haya pasado… ahora solo cuida de ese gran chico porque algo grande puede pasar antes de que tú le cuentes todo…

Tora suspiro con miedo, entendía completamente las palabras de su amigo, sabia también que todo se le podría venir abajo, él había asesinado a los padres de la persona que le había enamorado desde hace años, de cuando había visto a ese chico de tan solo diecinueve años caminar con su madre por las noches en el jardín. Pero es que hace años que lo veía tan feliz, esa sonrisa suya se le hacía hermosa, sabía que era prohibido el que un vampiro tuviera algún contacto con otra especie, aquella que solo servía para alimentarse, igual como sus padres que solo fueron el alimento de una bestia que se regocijaba por la noches.

- No te atormentes… todo estará bien querido, solo protégelo, bien…

- No, no, no… nada de “Querido” aquí.

Saga se comenzaba a mover, mientras empujaba al pelinegro, no había alcanzado a escuchar nada de lo anterior pero si esto último. Había sentido algo dentro suyo en el momento de escuchar aquella palabrita siendo dirigida hacia Tora, no eran celos pero tampoco le daba nada de gracia el escucharlo.

- Disculpa querido, creo que me pase un poquito contigo – sonrió Shou llevándose las manos al cabello – aun no me controlo –

- Dije nada de “querido” y que fue lo que me hiciste, me pesa el cuerpo.

- Pero si el que carga con tu peso es Tora – rio – Y anda, dile a  Tora que te gusta -

- ¡N-No me gusta! – desvió la mirada apartándose del pelinegro.

- No te mientas. – Dijo Shou – se perfectamente que algo de él te atrae y te gusta. –

- Atraer no es lo mismo que gustar – contesto desviando su mirada.

- Pero ni un poco sientes algo por mí? Si te beso ahora, ¿Me lo corresponderías?

Saga desvió su mirada aún más rojo, aquello que Tora dijo le era imposible, no le gustaba la idea eso de corresponder o no… sabía que era débil.




Gracias por siempre leerme...

0 comentarios: