Vampire Love ~Capitulo 5~

16:45 *Mony-san* 0 Comments

CAPITULO 5
”Juntos, la respuesta de un vampiro”

Shou se había levantado de la cama justamente cuando Tora comenzaba a acercarse al castaño, sabía lo que sucedería a partir de ahora y era más que obvio que él no observaría algo que le dejaría traumado. –según él - Con una sonrisa ladina abrió la puerta de la habitación y salió de ella desapareciendo en un abrir y cerrar de ojos.

Tora giro posiciones acostando al castaño sobre el colchón en una manera más que cuidadosa. Acariciaba su mejilla esperando una respuesta del otro pero este no decía nada.

- Contesta… ¿si te beso me corresponderías? – Sonrió – si no lo haces veré dentro de tus ojos… -

- E-Eso es acoso… - trago saliva – Eso es… violar mi privacidad…

- ¿De pensamientos?

Tora se acercó a sus labios besándolos mientras sus manos masajeaban sus caderas, se recostó sobre su cuerpo provocando que Saga se comenzara a tensar, pero no le importó, lo deseaba tanto, necesitaba probar cada parte de su cuerpo, saciarse de él y que Saga hiciera lo mismo, esto era lo único que faltaba, si Saga correspondía a todo lo que Tora le hiciera estaba seguro que el mismo Saga lo elegiría.

Su beso se hacía cada vez más pasional, la legua del pelinegro se adentraba de una manera deliciosa, Saga por más que quisiera apartarlo su cuerpo no lo resistía, no se lo permitía. Sus manos estaban aferradas a las sabanas.

- Porque no lo aceptas… - dijo Tora separando sus labios un poco – si yo sigo, estoy seguro que con tus nuevos instintos no te detendrás…

- ¡Si puedo!

- ¿Quieres que te pruebe? Quieres ver que como yo no me detengo tu harías lo mismo…

- ¡N-No puedes controlarme!

- Me estas retando – mostro sus colmillos – eso me prende más. –

- Estas loco, yo no soy como tu… yo no puedo hacer eso contigo.

- Y quien dijo que haría “Eso” – sonrió sensual – pero si tú quieres… lo podemos intentar -
Tora rio un poco antes de comenzar a besar su cuello, recorrerlo con aquella lengua fría que comenzaba a despertar parte del cuerpo del castaño. Tallo sus colmillos provocando que comenzara a sangrar. Succiono un poco de él. Porque el sabor de Saga era tan magnifico? Porque su sangre le era tan dulce, tan… delirante. Con su lengua expandió aquel líquido vital por todas partes visibles mientras arrancaba lentamente la camisa del otro.

- Que… ¿que haces? – jadeo.

- No lo vez – bajo sus labios besando parte de su pecho.

- N-No… lo…

- Lo deseas… me deseas…

- ¡Eso no!… ahhh – se cubrió la boca con ambas manos. Había gemido, ¡¿Porque gimió?! Se sintió tan avergonzado, tan tonto, era la primera vez que había dejado escapar un gemido tan excitante, porque hasta el mismo lo aceptaba, Tora comenzaba a excitarle.

- Lo vez – lamio su pezón derecho – déjame escucharte, no reprimas nada de lo que te provoco… -

- No me… no me provocas nada – se mordió el labio haciéndolo sangrar – Nhh… nada –

Porque era tan terco, porque no simplemente le decía que si le encantaba todo lo que le hacía, porque no se daba por vencido. Siguió con su trabajo, por más que ahora quisiera detenerse no lo iba a lograr, no podía reprimir todo lo que su cuerpo sentía con solo ver aquel rubor en las mejillas y cuerpo del otro.

- Un vampiro… - Tora arranco por completo su camisa – No puede reprimir aquella excitación que le provocan… - bajo rápidamente sus manos para deshacerse de su pantalón, levantándose tan rápido que ni el mismo Saga se dio cuenta cuando se encontraba completamente desnudo.

- Que… ¿Qué haces? – sus manos fueron atrapadas por sobre su cabeza por una del pelinegro.

- No podrás detenerme hasta hacerte mío – froto su cuerpo en el del castaño – sentirás más que un simple mortal… - lamio sus labios – si te hago mío aquí y ahora… serás completamente parte de mi -

Trago saliva, aquellas palabras le daban miedo, le causaban un temblor en su cuerpo. Pero eso no era algo que en verdad dejaría perder, Tora tenia razón y ahora podía darse cuenta que con el solo hecho de sentir su cuerpo desnudo bajo el del pelinegro comenzaba a reaccionar.

Después de todo las películas ficticias como decía Tora tenían algo de cierto, Saga cuando las miraba se daba cuenta que incluso una pequeña escena de beso podía prender a cualquiera, y cuando iban más allá de eso, la película de acción o suspenso paraba a tener algo erótico o para alguna gente pornográfica.

- En… Entonces si hacemos eso… yo no podre alejarme de ti, aunque quiera? – sus mejillas se enrojecieron de sobremanera.

- Tómalo como quieras – mordió su cuello una vez más, pero esta vez sin algún tipo de lesión – Tú lo decides, desde el momento en que bebas mi sangre en un acto como estos… -

Levanto una de sus piernas mirando atento como Saga abría los ojos rápidamente, como quiso alejarlo pero no se lo permitió. Se apodero de sus labios besándolo de una manera dulce, adentrando su lengua mientras Saga al sentir las manos del pelinegro moverse sobre sus piernas comenzó a corresponder.

El castaño sabía muy bien que Tora estaba jugando con su cuerpo y aunque el ahora quisiera detenerlo su cabeza le decía no y su manos se movían completamente a los deseos de su cuerpo. Correspondió dándose por vencido, levantando sus caderas para que su sexo chocara con el de Tora por sobre la ropa.

- Ahhh… - separo sus labios dejando un hilo de saliva.

- Me siento complacido.

Se levantó un poco para deshacerse de su ropa. Se quitaba su camisa y demás mientras Saga le desabrochaba el pantalón aun sin mirarlo bajándolo un poco antes de que Tora regresara a besarlo. El castaño enredo sus piernas a las caderas del otro mientras este se acomodaba entre ellas, se levantó un poco mientras llevaba su mano a aquel que pedía atención.

- Ahhh… T-Tora…

- Lo vez – lamio su cuello – te dije que no podrías resistirte… -

-  Nhh… No sigas…

Pero no lo escucharía, sabía que aquel no sigas era algo verdaderamente negativo, falso, él mismo bajo su pantalón con la ayuda de sus pies y sin querer provoco que ambas erecciones se rozaran en una manera descarada. Los gemidos de Saga estaban sacándolo de la cordura para guiarlo a una locura extrema, lo hacían suspirar, provocaban que su aliento se perdiera en alguna parte de su interior.

Saga se abrazó a su cuello. Como era posible que si el mismo rogara porque no siguiera ahora mismo él incitara al otro por más. Llevaba sus manos a abrazarlo, a rasguñar con esas largas unas que ahora se hacían presentes, delineando su espalda con ellas hasta bajarlas a sus nalgas. Suspiro.

Tora había tomado su glande con una mano y comenzaba a bombear en una manera más que tormentosa. Aquellas manos frías del pelinegro le hacían ver la gloria misma, aquellos movimientos algo sorpresivos provocaban que aquel líquido pre-seminal comenzara a chorear. Tora seguía besando todo lo que estuviese a su alcance.

- Mas… ahhh Shinji… mas

- Pídelo... pídelo y haré que enloquezcas…

Seguía gimiendo, parecía gritar, porque solo él provocaba todo lo que su cuerpo sentía? Porque Tora era tan jodidamente deseable a sus ojos? Movió sus caderas, estaba de verdad desesperado, necesitaba sentir, lo necesitaba dentro ya, pero no se lo diría, las acciones hablaban por si solas. Llevo sus propias manos a miembro del pelinegro.

Tora cerró los ojos con sensualidad y provocación. Se relamió los labios mostrando uno de sus colmillos.

- Muévela Takashi… asi mueve tu mano…

- Ahh mas… nhhh…

Ambos se daban placer mutuo, ambos movían su mano al mismo ritmo que el otro. Tora se detuvo. Para sorpresa del castaño este estuvo a punto de llegar a un delicioso e inimaginable orgasmo, pero entonces porque mierdas se detenía, porque lo trataba de tan cruel manera. Fue recostado por el pelinegro mientras lo besaba. Su lengua comenzó a viajar por todo su pecho, Saga sentía como en cada camino de saliva el otro soplaba para provocarle escalofríos. Bajaba y bajaba hasta que llego a su objetivo. Aquella pulsación se vio acorralada por la boca de Tora.

- Ahhh… ahhh mas….

Tora chupaba con ansiedad, enredaba su lengua en aquella glande, sus colmillos tallaban provocando escuchar su nombre en los gemidos del otro. Lo sentía tan dulce, sentía aquel líquido blanquecino tan delicioso. Su mirada se topó con la de Saga, este estaba tan deseoso tan excitado tanto que a él mismo le provocaba tentación. Saga llego al orgasmo dentro de la boca del otro.

- Tan delicioso…

Aquella eyaculación escurría por su miembro, Tora se relamía los labios mirando como todo aquello recorría todas aquellas partes del castaño. Bajo una vez más con la lengua, lamiendo completamente todo, pene, testículo hasta llegar a su entrada donde para sorpresa de Saga el pelinegro había metido la punta de la lengua.

- ¡Ahhh! No… no hagas eso…

Ni siquiera le tomo importancia a lo que el otro le decía, estaba tan entretenido jugando que ni se inmutaba de la cara de satisfacción del otro. Pero dejo de jugar, realmente él también lo necesitaba, necesitaba todo del castaño, necesitaba que gritara por más. Subió regalándole un giño mientras Saga se tensaba. Sus labios se juntaron mientras Tora tomaba y levantaba la pierna de Saga y sin preparación alguna entraba en una manera más que bestial, una donde el mismo Saga había gozado.

- Muévete… muévete de una vez…

- Esta seguro cariño, si te parto y sangras me excitaras más…

- Solo hazlo…

Se movió de una manera brusca, tocando sorprendentemente aquel punto donde Saga veía el cielo, donde Tora comenzó a envestir con rudeza para escuchar gritar al otro. Y como no gritar, si el pelinegro le hacía ver la gloria misma, le hacía sentir algo que nunca se paso por su cabeza, algo que nunca se imaginó recibiría. El mismo movió sus caderas cambiando posiciones con Tora.

-Takashi…

Saga se movía tan delicioso, su cuerpo era delicioso, lo tomaba por las caderas levantándolo para sentir ambos, Saga se había agachado rozando sus cabellos en el rostro del otro, mostrándole una imagen digna donde Tora por primera vez se sintió feliz. Se levantó, dejando al otro sentado en su glande, moviendo sus caderas hacia arriba sin ninguna complicación.

Saga llevo sus colmillos al cuello del otro mientras Tora hacia lo mismo.

- Si… si lo haces… serás mío… - dijo con dificultad sin dejar de moverse – si bebemos al mismo tiempo… ambos seremos del… otro -

- Ahhh… Juntos… nhhh…

- Te amo…

- Shinji…

Solo basto eso para que ambos aun conectados se mordieran en uno al otro, saciando su sed entre ellos mismos, separándose mientras aquel liquido recorría la comisura de sus labios, sus ojos estaban teñidos en un rojo hermoso, Saga llevo sus manos al rostro del otro besándolo sin dejar de mover sus caderas, besándolo mientras la sangre de ambos se mezclaba en ambas bocas.

- Mahhh… Shinji…

- Eso… di mi nombre… solo el mío

Las embestidas se hicieron cada vez más certeras, Saga con la ayuda de los hombros del pelinegro lo había recostado, girando lentamente en la cama para darle más espacio y abrir sus piernas. Tora siguió con su trabajo, haciendo retorcer al otro hasta que Saga llego al orgasmo, dejando toda su esencia sobre ambos cuerpo y Tora poco después en el interior del otro.

Saga llevo sus manos más debajo de la espalda del otro apretando sus glúteos, empujándolo para que no dejara de envestirle, Tora obedecía aquella ahora estreches y aquel espesor de su propio esperma, le incitaban a más, pero aun asi se detuvo, no quería que Saga siguiera haciendo de él lo que le placiera sin siquiera responder a aquellas palabras que le había dicho anteriormente.

Salió de su interior escuchando un melodioso gemido. Se recostó sobre su cuerpo.

- Yo… yo no sé qué decir…

Y era la verdad, Saga no sabía que decirle al otro, todo aquello había sido tan maravilloso, algo que no olvidaría nunca, algo que lo dejaría marcado, pero lo que más nervios le daba era que habían hecho un pacto uno donde juntaron su sangre, uno donde cada vampiro tenía que llevar a cabo.

- Sera mejor que descanses – dijo Tora - Ha salido el sol y no podemos movernos de aquí –

- ¿Descansar? Los vampiros no duermen, ¿o si? - su mirada se cruzó con la del otro. Se sonrojo.

- Te dije que veías mucha televisión, cariño – rio, de alguna manera la tensión de ambos se había ido – Los, bueno… alguien como nosotros puede descansar solo que en diferente horario, ¡digo!, para que me entiendas nosotros al no poder estar en el sol aprovechamos para de alguna manera descansar… - abrazo a Saga – en Teoría, podemos dormir por el día –

- Y el ajo, la estacas y la plata, ¿eso hace daño a nosotros?…

- Querido me da mucha risa todo lo que los humanos dicen – se acomodó sobre su cuerpo mientras repartía besos por su cuello – el ajo no nos daña y lo de las estacas pues, digamos que si perforan ciertas partes de tu cuerpo si pueden matarte, no somos inmortales pero tampoco mortales… podemos morir si solo alguien de nuestra misma especie nos daña, un humano ni siquiera puede hacernos cosquillas –

- La plata… ¿nos hace daño?

- Amo la joyería, no creo que eso sea problema.

- Son diferentes…

- Somos diferentes y ahora descansa… - se acomodó mientras Saga enredaba sus piernas con las suyas – descansa… -

Se sintió tan bien, Saga ni siquiera le había reprochado el que se hubiera acostado, ni siquiera le regañaba por haberle dicho cariño o porque lo abrazara. Esto decía que cada vez más estaba tomando la confianza del castaño y que al haberlo tomado sus sentimientos cambiarían y seria elegido.

Saga por su parte no tenía la más mínima intención de dejar ir a Tora a partir de este momento, todo lo que le había dicho el otro era algo razonable, ahora estarían juntos no? había quedado que no se separarían, pero y si eso lo había dicho Tora por simple excitación? Y si solo le había dicho para calentarse mas al momento de sentir la mordida.

Eso lo averiguaría más adelante…

Pero y ese “Te amo”, ¿eso había sido verdad? ¿de verdad esos eran sus sentimientos?

¿Los vampiros tenían sentimientos?

Porque si no era asi entonces él no lo era, porque a comparación de Tora el si los tenia y no cambiarían a partir de ahora, no por lo menos si el otro asi lo quería.

Era algo estresante quebrarse la cabeza con esos pensamientos, él sabía que ellos eran leales, los vampiros no jugarían con el amor de los demás porque de eso vivían, se realimentaban del cuerpo de su pareja, eran románticos y su mayor prioridad era proteger lo que les pertenecía, en este caso, Tora lo protegería, porque ya era de su pertenencia.

Sin querer cerro los ojos, abrazándose al cuerpo del otro descansando sus sentidos.

- Te quiero…

- Lo sé – sonrió con tristeza… tan… melancólicamente.




Gracias por siempre leerme...

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