Vampire Love ~Capitulo 8~
CAPITULO 8
“Un amor, Un aliado”
Saga había corrido a ninguna dirección,
en verdad no sabía ni para dónde diablos se dirigía, sus ojos no le dejaban ver
a causa de las lágrimas, se sentía tan idiota, porque si Tora según lo amaba
porque hacia esto, porque le quitaba lo más importante. Siguió pero esta vez
caminando, no quería hacer nada, solo morir, que alguien lo matara y asi acabar
con todo de una vez por todas. Sintió unos brazos detenerle por los hombros.
Iba a girar con las intenciones de
matar a quien le detenía, pensando que tal vez sería el pelinegro, pero su olor
no era el mismo.
- Oye, Oye, no te haré nada – levanto
las manos – parece ser que Tora te ha dicho todo –
- Tu…
- No, el “Tu” se escucha bastante mal…
dime Uruha – Saga lo miro desconfiado – Oh vamos, no muerdo – sonrió mostrando
sus largos caninos. – ¿Necesitas ayuda? –
- No necesito la ayuda de nadie –
restregó sus ojos – Ya no la necesito –
- No soy igual que Tora, yo puedo contestar
a todo lo que quieras… ¿Sabes? Yo tenía las intenciones de convertirte, pero ese
maldito me arruina todo. –
Era posible que un vampiro pudiera comportarse
tan infantilmente? Porque Saga estaba presenciando un pequeño berrinche en el
castaño alto, aquellas muecas le causaban algo de gracia pero no dejaría que el
otro se diera cuenta. Le dio la espalda.
- ¿Ya has calmado tu sed? – Pregunto
Uruha – ¿necesitas que te ayude a buscar algo? –
- No lo necesito.
- ¿Te han dicho que eres bastante terco?
Déjame ayudarte a partir de ahora… puedo contarte lo que verdaderamente hizo
Tora con tus padre – lo abrazo por el cuello posicionándose delante de el – yo lo
vi todo… -
Aquel aproximamiento con Uruha no le
había causado nada e incluso cuando este le plantaba un beso en los labios
realmente le asqueo pero no dijo nada, solo había algo que le gustaba de Uruha
y eso era su olor, aquella esencia que este tenía era embriagadora no más que
la del pelinegro pero aun asi le embriagaba.
- No te acerques tanto, ¿vale?... odio
la cercanía – chasqueo los dientes
- Y eso porque… acaso Tora no trataba
de acercarse para, bueno tu sabes… hasta yo mismo te deseo… puede ser que yo… -
metió su mano bajo la camisa del otro – sea el primero que tome todo esto que
tienes escondido… - relamió sus labios.
- Nadie, ni tu ni Tora harán de mi lo
que les plazca… ninguno.
- Entonces Tora no te ha tocado – hecho
una carcajada – eso me… sorprende. No lo puedo creer… Hasta yo mismo desearía
estar con él. – dijo sin entender.
Pero lo que no sabía y nunca sabría es
que efectivamente Tora había estado con Saga y este no se lo diría, no por
vergüenza sino porque en verdad a Uruha no le importaba lo que pasara entre
ellos dos. Y para Uruha también era sorpresivo, no podía creer que Tora no le
hiciera nada, que no tratara de marcar
a Saga sabiendo que cualquiera podía ir por él, pero eso era lo que quería,
porque en verdad él haría todo lo que estuviera en sus manos para que el mismo
Saga lo tomara como bestia, que hiciera con él lo que quisiera con tal de
restregarle a Tora que él había ganado.
- Porque no vamos a platicar a casa. –
dijo Uruha – te platicare todo lo que se –
En verdad lo único que quería era poner
a Saga en contra del pelinegro, claro que sabía lo que había pasado porque en
realidad Tora no los había matado, habían quedado con vida y el único asesino
era Uruha ya que él fue el que les dio la muerte dolorosa, en pocas palabras el
dio el golpe de gracia.
- No necesito ir contigo.
- Si no lo haces te llevare a la fuerza
– gruño – odio que me contradigan –
- No, iré…
- Saldrá el sol y no dejare que mueras
por algo tan tonto… no me importa si tengo que usar mi fuerza, ¡tú vienes y me
escuchas!
Saga trago saliva, aun no podía
defenderse muy bien y necesitaba que alguien le ayudara a despertar sus
poderes, necesitaba aliarse a alguien a partir de ahora y que mejor que con el
enemigo de Tora, nadie mejor que le ayudara a acabar con él de una vez por
todas. Su cabeza le decía que fuera con Uruha y matara a Tora pero sus
pensamientos y su poco corazón humano le decía que no podía hacerlo.
Si, lo amaba, pero eso no quitaría que
Tora le hubiera hecho daño.
- Está bien iré contigo…
- No sabes lo feliz que me haces
Takashi…
*******
Shou seguía tendido en el pasto y Reita
no dejaba de besarlo. Por más que quisiera quitarse al rubio no podía, pero
porque, porque no podía detenerse ni el mismo.
Como había querido esto desde hace
tantos años, como había querido sentir aquellos labios sobre los suyos. Y para
Reita también era algo excepcional, Shou le correspondía y eso era lo
maravilloso, lo quería pero sabía ocultarlo bastante bien, solo necesitaba
saber hasta qué grado podía Shou ocultar también sus sentimientos.
- Akira… - dijo Reita.
- ¿Eh?
- Mi nombre era Akira Suzuki…
- No… porque me lo dices a mi… yo no…
- Se lo que sientes Shou… y sabes que
siento lo mismo…
Shou no cabía en su asombro, un vampiro
como ellos solo le decía su nombre completo a aquel que quería que asi le
llamase, a aquel con el cual quería pasar su existencia. Porque eso quería
Reita, quería pasar todos los siglos que le quedaban con Shou, él era el
indicado, le encantaba todo de él.
- Te quiero Shou…
- Yo no… no puedo… nhhh…
Reita había mordido su cuello, se
saciaba del sabor del otro, mientras Shou solo suspiraba. Pero entonces porque
si Shou no quería no le detenía, porque no detenía a aquel rubio que succionaba
su sangre tan deliciosamente.
Gimió.
- ¿Acaso tu no sientes lo mismo? – Se
relamió sus labio limpiando la sangre – Vamos te prometí que te llevaría con tu
amigo –
Reita se levantó llevándose consigo a
Shou, ambos caminaron a una distancia considerable uno del otro. Shou sí que se
sentía nervioso, el ambiente para él era bastante tenso más sin en cambio solo
observaba como el rubio caminada como si nada con una sonrisa en sus labios.
La mano de Reita choco con la de Shou
atrapándola para entrelazar sus dedos.
- Dime Shou, porque tanto interés en
ese chico… - apretó su mano.
- Eh yo… bueno es que Tora lo está
buscando…
- ¿Y te ha mandado a ti? Se supone que
él es el que lo debería de buscar, no tú…
- Yo solo hago un favor… - agacho su
mirada.
- Entonces hazme un favor a mí y no te
acerques a Uruha… Él no te dejara que te lo lleves tan fácil, y si te hace algo
no me gustaría hacerle algo yo a él…
- ¿Uruha?… yo no haré algo que a usted le
cause problemas, solo quiero saber dónde está.
- Y dije que te llevaría y eso hago,
solo no te acerques mucho, ¿ok? No me gustaría perderte tan pronto.
Se detuvo por un momento, acariciando
la mejilla de Shou, porque no se daba cuenta que no quería exponerlo hacia su
amigo castaño, porque aunque Uruha se viera algo débil en verdad no lo era.
Shou solo cerró los ojos y por un momento iba a suspirar el nombre del causante
de sus suspiros pero se apartó bruscamente.
- Porque hace esto… soy su enemigo, no
debería de ayudarme ni mucho menos pensar en hacerlo, usted es aliado de Uruha
y como diría Tora, ustedes deben de ser iguales.
- Eso no tiene nada que ver conmigo, él
quiere cosas diferentes a mí, si él mata a mí no me importa y si lo matan sería
un placer presenciarlo… porque no lo entiendes, solo necesitaba encontrarte una
vez más…
- No me mienta…
- Si te mintiera ¿tú crees que te
llevaría a nuestro escondite? No seas estúpido Shou, y deja de llamarme de esa
manera, me llamo Akira, A-KI-RA… ¿tan difícil es hablar de tu?
- Lo siento… - agacho su mirada –
disculpa no pensé que fuera de esa manera…
- Terminemos de una vez por todas, te
ayudare si es que lo quieres, saquemos al chico y deja que Tora se encargue de
lo demás – Shou lo miro ilusionado – No será fácil pero lo haré por ti… solo
quiero que después de esto tu vengas conmigo, porque sé que así también lo
quieres.
- Eso no sería justo… te arriesgarías
por alguien como yo ¿solo para que vaya a donde tú quieras? Eso no tiene
sentido.
- Lo tiene para mí… te quiero conmigo,
no quiero que alguien más venga y te lleve…
- Eso no sería posible – dijo sonrojado.
- ¿No? – sonrió tomándolo por las
caderas, era tan fácil leer sus expresiones – ¿porque? ¿Has elegido ya? – Shou
asintió – A quien debo matar para volver a ser el único –
- Solo que mates a… a Akira…
Su vida regresaría en este mismo
instante si es que se pudiera, por fin lo había dicho, por fin Reita se había
salido con la suya, tanto tiempo que Shou quiso decirle pero nunca pudo por
estar Uruha de por medio, nunca pudo por temor a enterarse que Reita fuera
igual al otro, por eso necesito saber más, por eso había hecho que el otro se
sincerara y le hiciera confiar, para asi darle la oportunidad que ambos
querían.
Reita lo elevo cargándolo mientras
chocaban sus labios, Shou solo se aferró a él.
- Ve a buscar a Tora, te esperare aquí
– su sonrisa era deslumbrante – solo no tardes mucho, Uruha me espera y no lo
aremos esperar –
- Gracias, de verdad gracias… Akira
Reita solo le sonrió antes de darle un
último beso para verle partir en busca de su amigo, todo salía tal cual su
plan, ¡Su plan!, aquí lo único que importaba a Reita era Shou y dejar de una
vez por todas a Uruha, pero ahora que lo pensaba ayudaría a Tora, no solo
porque el otro se lo pidiera sino por su propia conveniencia, asi él no se
ensuciaría las manos con Uruha. En fin, su plan era obtener a Shou, y nada más...
-¡Ah! – Grito Shou unos metros después
– No me digas Shou… soy Kohara Kazamasa – y con una sonrisa sincera desapareció
en la oscuridad.
- Solo no tardes… cariño.
Antes de que Shou pudiera escuchar esto
último el ya llevaba unos metros avanzados, tenía que encontrar rápido a Tora
antes de que Uruha le lavara la cabeza a Saga con estupideces y lo pusiera más
en contra. Pero también confiaba en que sus visiones fueran asertivas y Uruha
no las alterara porque siendo asi, Tora podía perderlo y él no le ayudaría para
nada y solo arriesgaría a Reita. Todo el esfuerzo de todos tenía que valer la
pena, no? Algo muy alejado pudo divisar al pelinegro hincando en el suelo
mirando al cielo, en ese momento se sintió tan tonto al no poder hacer nada
para detenerle.
- ¡Tora!
- Shou… ¡¿Shou lo encontraste?!
Shou negó con la cabeza lentamente y en
ese preciso momento Tora tomo a aquella chica que mantenía en sus brazos
jalándole el cabello, arrancando su cabeza mientras un gruñido salía con
desesperación. Llevo sus manos a su rostro cubriendo la molestia y tristeza por
ninguno haberlo encontrado. Shou se acercó lentamente, conocía bastante bien a
su amigo para darse cuenta que sus instinto solo los podía causar la rabia y el
desespero, lo tomo de las manos.
- ¿No crees que si sigues haciendo esto,
Saga se enojaría? – Tora lo miro enojado – Vamos, hay alguien que nos llevara
con él, date prisa, Uruha lo tiene…
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