Vampire Love ~Capitulo 9~
CAPITULO 9
“Comenzando con el plan…”
¿Uruha lo tenía? Como era posible que él
lo tuviera si solo hacia tan poco tiempo que Saga había escapado, Pero porque? Porque Saga no lo dejo explicarse mejor,
porque no le dio el tiempo de decirle que no había sido él sino su rabia al no
haberlo podido tener, al no podido controlar su hambre y ese maldito instinto
asesino.
Camino lo más rápido que pudo junto a
Shou, caminando hasta las afueras justo donde este se había encontrado con el
rubio, observando con detenimiento como Reita esperaba recargado en un árbol
mirando la luna, esperando pacientemente.
Shou sonrió y Tora se puso en guardia.
- No tengo intenciones de pelear
contigo, Tora – giro para mirarle extendiendo una mano hacia Shou para que se
acercara – Parece ser que Shou no te conto nada… -
- Que es lo que no me conto? – alzo un
ceja – ¿crees que yo te voy a creer? –
- No es cuestión de creer o no, yo no
creo tampoco en nada ni en nadie… ni en el mismo Uruha – contesto sereno – Yo
solo le prometí a Shou que los llevaría y eso are, no lo hago por ti, sino por
él –
Esta vez al terminar Reita con su
comentario apunto a Shou, jalándolo para abrazarle mirando con aquella sonrisa
socarrona a Tora, aquella que el mismo pelinegro odiaba. Pero, que sucedía con
esos dos, Tora sabía muy bien los sentimientos
de Shou pero nunca supo los de Reita y pensaba que este se aprovechaba de ellos
para poder manejarlo, entonces, si eso era asi, porque los veía tan unidos,
porque Shou no le llamaba Reita como debería de ser?
No entendía, pero tampoco le importaba.
Lo único importante para él era Saga.
- Confiemos en él, Tora… si algo sucede
yo me are responsable…
- No es eso Shou, no es cuestión de que
alguien se haga responsable o no, por mi puede mentirnos pero sabes cuales
serían las consecuencias… Si él me engaña, lo mato.
- Como sea, si no te apuras amanecerá…
Reita rodo los ojos, sabia y le daban
ganas de tener una pequeña pelea con Tora, todos los que los conocían hablaban
de él afirmando su sangre fría, su manera tan brutal de matar, y eso de cierta
forma excitaba al rubio. Pero Shou,
ahora su prioridad era él, ahora no podía divertirse tanto sabiendo que de alguna
manera le haría preocuparse.
Pero si para no preocuparle tenia que
ayudar a Tora, lo haría con gusto, ayudaría en lo que fuera necesario con tal
de también ver hundido a Uruha, amigos o no, Reita haría lo que era su propia
conveniencia. Era traicionero… solo con el castaño.
- Akira… tenemos que sacarlo antes de
que salga el sol.
- Lo se Shou… – lo jalo para abrazarlo
- solo déjenmelo a mi, es tan fácil convencer a Uruha cuando se le conoce –
- No confió para nada en ti. – Tora
seguía con la misma actitud.
- Ni pido que lo hagas, ¿nos vamos?
Tora a querer o no, lo siguió, siguió a
aquellos que prácticamente para los humanos corrían pero para un simple vampiro
solo eran pequeños pasos, salieron a las afueras de la ciudad encontrándose con
una casa bastante grande, una tal vez mas grande que la del propio Tora,
aquella que tenia una fachada algo
antañera, una que tenia siglos
sin poder caer. Ahora entendía el porque
Reita se detuvo justo antes de llegar a
la puerta y señalo una ventana a lo alto.
- Escucha con atención, Tora – advirtió
– Tu olor es insoportable y Uruha te descubrirá, quiero que entres a esa
habitación, y esperes ahí.
- Me estas diciendo que yo ape…
- ¡TORA! No es hora para pelear, ve a
donde te dijo Reita yo te alcanzare… - dijo Shou y el pelinegro gruño.
- Eso no se va a poder. – Intervino el
rubio – Tu no te separas de mi, no sabemos si Uruha ya sabe que estamos aquí…
Shou tu vienes conmigo y será mas fácil engañarlo.
- Pero…
- Esta bien Shou – hablo Tora – ve con él
y yo esperare a que ustedes regresen, no tenemos tiempo.
Reita asintió llevándose a Shou al
interior de la gran casa, Tora se había quedado por un momento visualizando la
situación. Era mejor que Reita no hiciera algo estúpido porque lamentaría que
Shou se quedara sin un compañero y
hasta lamentaría tener que terminar con su propio amigo si este interfería.
De un brinco llego a aquella ventana.
………………………………………………….......
Saga había seguido a Uruha, habían
llegado a una casa muy grande, bastante para su gusto. Cuando entraron se quedo
sorprendido por todo lo que había a su alrededor, todo era en un toque
Aristócrata, todo era bastante elegante, tanto que no podía creer que alguien
tuviera ese tipo de gustos en estos años.
- ¿Te gusta? – pregunto de la nada
sorprendiéndole un poco. – A él le
encantaban este tipo de cosas… -
- ¿Él?…
- Si, aquel quien me quito Tora… él era
un humano, no me atrevía a convertirlo, era tan especial para mí…
- Es por eso que…
- Si, Tora pagara por todo eso… -
Sonrió amargamente – Pero Takashi, no estamos aquí para platicarte algo que no
debería de importarte. – Uruha camino hacia una sala grande palmeando a su lado
– Lo único que importa es que yo te ayudare, y tu me ayudaras, Tora debe pagar
por lo que hizo, además de que tu te quedaras conmigo, ¿verdad?...
Como mentirle, no podía decirle que si
porque en verdad no quería eso, a pesar de todo aquello que había hecho Tora
seguía siendo suyo, y juro, se juro nunca dejarlo porque… lo amaba, porque Tora
al igual que él se necesitaban, porque de alguna manera ambos se había tomado
un cariño sorprendente, ambos habían estado juntos, y Saga lo necesitaba una vez
mas.
Pero Uruha lo saco de sus pensamientos,
se había abrazado a su cintura mientras que con su lengua recorría su cuello.
Uruha se estaba extasiando de aquel aroma aun humano que Saga transmitía, a
pesar de su transformación aquel olor era difícil de desaparecer. Pero justo
cuando iba a clavar sus caninos Saga le detuvo.
- No lo hagas… - Uruha lo miro molesto.
- ¿Acaso no quieres estar conmigo? Saga…
Tu eres el único que puede ayudarme, eres el único al quien escogí…
- Pero… Tora él…
- ¡TORA NO TIENE NADA QUE VER YA
CONTIGO!
- ¡Él me convirtió!
- ¡Puedo revertirlo!… solo tómame, bebe
de mi sangre.
- No puedo….
- ¡LARGATE A DORMIR ENTONCES! Me
frustras… ¡LARGO! – Grito Furioso – ¡TU donde demonios estabas Imbécil!
En ese momento Saga vio como el rubio tomaba
la mano del que se suponía era amigo de Tora. No creía que este lo hubiera
traicionado, que hubiera preferido seguir al otro solo para que Tora estuviera
solo. Pero un momento, ¿porque se preocupaba
de aquel asesino? ¿porque se preocupada de Tora? Se lo merecía, se merecía
pudrirse solo, solo como la basura que era.
Aun asi, en el fondo estaba preocupado…
- Tenía cosas que hacer, no eres el
único que puede salir a buscar carne.
– contesto.
- Entonces ibas enserio con ese… ¿niño?
– Aquel gesto de asco hizo enojar a Shou.
- ¡Oye! – Grito ofendido pero Reita
apretó su mano.
- No eres el único que puede
divertirse, Uruha. – Reita tomo a Shou por la cintura acercándose a él y
abrazándolo susurro algo a su oído, algo que solamente el mismo Shou escucho. –
Si me disculpas, nosotros nos vamos. –
- Tu que esperas aquí ¡Lárgate hasta
que cambies de opinión!
Uruha le había gritado a Saga, había apuntado hacia aquellas grandes
escaleras ordenándole que se fuera, que buscara cualquier cuarto con tal de que
desapareciera de su vista. Estaba colérico, como era posible que Saga se
resistiera, que le evitara, que le descartara un pedimento a “Vamos a
acostarnos” porque eso era, Uruha quería eso, solamente asi –según él- Saga
seria suyo y Tora perdería.
En el momento de que Reita observo como
Saga miraba hacia todos lados sonrió, Uruha se había quedado sentado con las
piernas cruzadas tragándose su coraje, y entonces esta era su oportunidad, esta
era la oportunidad de por lo menos ayudarle a escapar.
Pero no había tiempo, el sol estaba a
tan solo minutos de salir y Tora estaba encerrado.
- Te llevare a alguna habitación – dijo
Reita sintiendo la mirada de Uruha a sus espaldas escuchando todo – Y te
quedaras ahí hasta que Uruha te permita salir. –
- Pero…
- Yo no repito las cosas dos veces –
Reita a pesar de hablarle serio tenia una sonrisa en su rostro – Sígueme… -
En ese momento Uruha se dejo caer en el
grande sofá, mirando como los otros tres subían las escaleras y se perdían en
las penumbras. Reita aprovecho para incomodar un poco mas a Shou, lo había
abrazado por la espalda recargando su mentón a su hombro mientras caminaban,
podía sentir la mirada de Saga pero aun asi este no era capaz de producir
alguna palabra.
- Saga… ¿estas bien? – pregunto.
- No creo que ahora te importe…
- No estamos en tu contra – hablo el
rubio – Tu no puedes seguir con Uruha, yo solo te ayudare a salir de aquí, tu
no perteneces al ambiente de Uruha –
asi de simple era.
- Porque me ayudarías, además yo no me
quiero ir…
- No te ayudo porque quiera, te ayudo
por Kohara, además, de que me es interesante ver a Tora en acción.
- ¡Tora que tiene que ver con esto!
- Si vuelves a gritar hazte a la idea
que de aquí sales muerto.
Saga trago saliva, aquel rostro
enfadado del rubio le había asustado, estaba totalmente intimidado,
sorprendiéndose del porque Shou no había ni siquiera saltado de sorpresa al
casi haberlo dicho cerca de su oído. Lo que no entendía era que hacia Shou con
Reita y porque aquel cariño entre
ambos, porque se veían tan bien juntos.
- Perdónalo… - dijo de la nada Shou –
él es diferente, no puede controlarse, no es como nosotros… -
- No sé de que hablas y no me importa –
contesto Saga.
- Él no entenderá hasta que el mismo
Tora lo explique – Reita intervino – no insistas y ahora, entra en esa
habitación y no se te ocurra salir, si es que no quieres morir calcinado a
causa del sol –
Saga obedeció, no quería llevarle la
contraria a al rubio, aquellos ojos rojo de verdad le intimidaban y cada que
escuchaba muerte era tan parecido a las palabras de Tora, lo decían con aquel
fervor de felicidad que simplemente a él no le gustaba. Asustándose de sobre
manera cuando alguien le jalaba dentro de la habitación.
- No me vuelvas a asustar de esta manera…
no te vayas.
- ¿Tora? - Pero antes de decir o
recibir una respuesta, sus labios fueron atrapado por los del otro en aquella
habitación completamente en penumbras.
[Capitulo 8] ::: [Capitulo 10]
0 comentarios: