Vampire Love II ~Capitulo 5~

21:12 *Mony-san* 0 Comments

CAPITULO 5
“Cuarto encuentro ~segunda parte~

¿Quedarse en que forma? Dejarle estar consigo ¿Pero como? Shou no entendía del todo las palabras del otro y la verdad aunque entendiera trataría de acomodarlas en otro sentido. Reita le miraba, estaba claro que el castaño pensaba muy bien su respuesta y aunque el otro no quisiera se quedaría.

- Shou… – Le llamo, observando como era que el otro tenia su completa atención – lo que trato de decir es que… -

- Lo se… - susurro nervioso – se a que te refieres y me cuesta admitirlo pero… - desvió su mirada hacia el suelo, sonrojándose de sobremanera – también, te necesito… -

Nada podía ser mejor que esa revelación. Con toda y su sorpresa sonrió plácidamente, levantándose de la cama para acercarse y arrodillarse frente a Shou, tomando una de sus manos para besarla levemente y aunque el otro no le miraba podía notar en esa pálida y hermosa piel aquel color rojizo que le encantaba. Se levanto llevándose al otro consigo, pasando junto a aquella repisa a lado de la cama, donde con la yema de sus dedos al toca la parafina prendió las velas del pequeño candelabro.

Tomo a Shou por la cintura, juntando sus labios lentamente, sentándose y llevándoselo consigo. El castaño se sentía más que nervioso, estaba completamente tonto al sentir las manos y labios del otro. Se acomodó sobre las piernas del rubio, rodeando su cuello con los brazos, enredando sus dedos a su cabello.

Respiraba con dificultad, sus jadeos no le permitían llevar a cabo un beso del nivel que el rubio le pedía. Este giro despacio, recostándole sobre el colchón y subiéndose sobre su cuerpo. Sentía las manos de Reita por debajo de su camisa, masajeando sus caderas y parte de su abdomen, se retorcía, cada contacto se sentía tan frio, aquellos dedos le erizaban la piel.

- Reita… - jadeaba – Yo no… e-espera, nhhh… -

- Descuida, no hay nada de que preocuparse…

Desabrocho los botones de aquella camisa oscura, moviendo despacio su rodilla para despertar aquella parte que pronto necesitaría toda la atención. Adentro su lengua con lentitud a la cavidad bucal del otro, recibiendo la del castaño con la misma acción. Bajo a su cuello, delineando con sus labios cada parte hasta sus hombros, levantándole un poco para quitar su estorbosa camisa, arrojándola al suelo y regresando con su lengua, bajando a su pecho, llegando a los pezones para comenzar a succionar. La mano del rubio también bajó a su pantalón desabrochando el botón y bajando despacio el cierre. Solo sintiendo como Shou se aferraba a sus cabellos.

- Ahhh… espera…

¿Esperar? ¿Detenerse? No, esas palabras eran realmente desconocidas para el rubio en este momento. No dejaría que esta vez Shou se escapara, no dejaría de hacer lo quiso hacer desde el principio. Pero la verdad estaba algo asustado, asustado porque sabía que a partir de que terminara ese momento ninguno de los dos se vería las caras solo cuando la casualidad se cruzara, solo cuando Reita aprovechara una oportunidad y matara al pelinegro.

Shou seguía cegado, estaba reaccionando rápidamente ante los labios y lengua del otro al restregarlos sobre su cuerpo, a aquella mano que se adentraba al pantalón tan lento. Le busco con sus manos, jalándole hacia si para quitar la ropa del rubio, para ver ese cuerpo que desde hace mucho le traía loco. Reita correspondió sentándose sobre su abdomen quitando su propia ropa ante la mirada del otro. Como era que ambos podían llegarse a necesitar tanto, como era que con solo una mirada sentían derretirse.

El rubio comenzó a quitar el pantalón del otro llevándose con el toda aquella prenda que le impidiera el paso a sus ojos el ver ese perfecto cuerpo, dejándolo desnudo tal cual como ahora él se encontraba. Se recostó sobre él, abriendo las piernas del otro para posicionarse entre ellas, pegándose a su pecho y delineando con su lengua aquel cuello tan delicioso.

- Reita…. ahhh… Rei-ta…

Las envestidas suaves que sentía sobre su miembro, aquella manera vergonzosa en la que se comenzaba a comporta al apretar las nalgas del otro. Sus dedos delinearon su espalda lentamente dejando aquellos rasguños finos ante cada rose entre ambas entre-piernas. Le tomo por las mejillas pidiendo algo de atención para que le mirase, topándose con lo más sexy, con aquella expresión tan lujuriosa que jamás pensó ver en el rubio, aquella manera de relamer sus labios, de mostrar sus colmillos al pasar su lengua, aquella manera en que esos ojos brillosos le miraban provocando un espasmo en su espalda, algo realmente indescifrable. Le beso con aquella efusividad, con aquella pasión con la que siempre quiso hacerlo.

- No me dejes… - rogo entre el beso sin dejar mover sus caderas, sin dejar de escuchar esos ligeros gemidos sobre sus labios – Te quie… -

- No lo digas… N-No quiero oírlo…

Se detuvo, dejo de corresponder a ese delicado beso. Le miro suplicante, tratando de separarse de aquel abrazo con el que el castaño le detenía. Porque no lo dejaba que terminara, porque no dejaba que le dijera sus verdaderas intenciones, que le dijera que en realidad le quería y que todo esto no lo hacia solo por querer hacerlo sino por que en realidad necesitaba todo de él.

- ¿Reita…? – le llamo asustado.

- Asi, no puedo seguir, no me detendré y no te dejare ir… - se sentó sobre el colchón dejando completamente decepcionado al otro – no podre soportar irme después y no volver a buscarte, a sentirte… -

Comprendió todo, maldición, Reita estaba en lo correcto con aquellas palabras y Shou lo sabia de sobremanera, el tampoco sabría que hacer cuando Reita se fuera, el sabia que después de esto le necesitaría cada vez mas, le querría cada vez mas, pero ahora nada le detenía, ahora si podía hacer de su larga vida lo que quisiera, Aoi ya no estaría solo, ya tenia por quien velar, ya tenia todo lo necesario para de alguna manera ser feliz, entonces, ¿Por qué no podía?

Cierto. Reita seguía siendo aun el enemigo. Un enemigo bastante astuto, tan elegante, sexy, maravilloso, comprensivo, tan jodidamente engañoso, porque como engañaba a Uruha le engañaba a él, Shou no era estúpido y sabia de sobremanera cuales eran las intenciones del rubio. Aun asi, no podía dejarle ir.

- Reita…

Le llamo y al segundo de que el rubio atendiera a su llamado, se subió por completo a su cuerpo, dejándolo recostado sobre la cama. Si Reita no haría nada entonces Shou no se quedaría asi, no dejaría que esa calentura en su cuerpo quedara asi como asi. Ahora le importaba una mierda si después tenia que decirle todo y estar con el, de no dejarle ir y permitir que Reita se quedara consigo.

Respondió rápidamente al beso que el otro le daba, sintiendo como comenzaba a cabalgar sobre su sexo, como con sus nalgas hacia una presión deliciosa al no permitir a su pene levantarse, estaba duro y le dolía, pero el dolor lo amaba, aquella manera ruda del otro al estar enzima sin haberle penetrado era realmente la misma gloria. Las uñas del castaño le rasguñaron parte de su abdomen, parte de su pecho sintiendo como poco de su sangre comenzaba a recorrerle.

Pudo ver por unos segundos aquellos ojos color carmín del otro, como con la lengua limpiaba cada parte de sus heridas, saboreando esa esencia metálica, bajando sus manos hasta sentirlas sobre su miembro presionándole.

- Hazlo… - pidió el rubio – succiónalo todo… - se relamía, necesitaba estar ya dentro de su cuerpo, hasta que se vio obligado a gemir tan alto que se sonrojo de sobremanera.

Shou había tallado con sus colmillos aquella dureza, había succionado la punta con una fuerza enorme que le provoco jadear a si mismo, aquel gemido había sido maravilloso, aquella manera con la que el rubio cubría su rostro era totalmente delirante. Jugo con su lengua toda aquella extensión, besándola como si fueran los labios del otro. Guiando su mirada hacia el rubio con tal lujuria.

- Ahh Shou… ahhh maldición…

Succionaba, ahora había adentrado por completo su miembro a la boca, sentía que llegaba casi prácticamente hasta su garganta. Había enredado sus piernas al cuerpo de Shou, moviéndolo y llevando su mano a sus cabellos. El castaño se movía tan rápido, succionaba como si tuviera una experiencia magnifica. Sentía que se corría, ¡Diablos! El mismo sentía que comenzaba a chorrear dentro de la boca del otro.

Se levanto despacio relamiendo sus labios, limpiando parte de aquel esperma que comenzaba a deslizarse por la comisura. Tan delicioso tal como se lo había imaginado. Se vio obligado a caer sobre el colchón cuando el otro le había jalado, había sido tan rudo consigo que jadeo de la excitación, Reita le había arrojado a por encima de las almohadas, dejándolo completamente sentado.

Shou sonrió tan juguetonamente, llamando al rubio con su dedo índice, moviéndolo hacia si, mordiéndose el labio en una manera sensual. Los movimientos agiles del rubio le sorprendieron, en un abrir y cerrar de ojos, lo tenia prácticamente entre sus piernas tomándole por el cabello para besarle. El castaño lamio aquellos labios tan descaradamente, chocando con la lengua del otro fuera de sus bocas.

- Me vas a volver loco… - mordió el labio del otro haciéndolo sangrar.

- Tú me volverás loco a mí… Reita… - bajo sus manos a la cintura del otro, empujándolo hacia si para pegarse mas a su cuerpo – Métela, maldición… -

Solo vio su sonrisa traviesa, solo observo como Reita negaba con la cabeza. ¡Maldición! Si no lo sentía ya, estaba seguro explotaría de excitación. Miro los labios del rubio con una sonrisa, pidiendo solo con esa mirada que le besara. Reita obedeció, besando tan suciamente al otro hasta que sintió su miembro presionado una vez mas por las manos del castaño, predijo lo que el otro trataba de hacer cuando su cuerpo experimento el levantar del otro, cuando aquella sensación tan asfixiante envolvió por completo su miembro.

- ¡Ahhh! – tan grave, tan sensual aquella voz.

- Tan delicioso…

No espero a que el otro se acostumbrara de su propia intromisión, no aguantaba más, necesitaba hacerlo suyo de una vez por todas. Comenzó a moverse tan fuertemente, a envestirle con una rudeza delirante. Shou sentía que en cualquier momento moriría del dolor y del placer, que en poco tiempo terminaría partido en dos, le dolía, su propia y tonta intromisión le dolía, pero el éxtasis en los ojos del otro le hacían olvidarse por completo de todo, aquellos leves y largos gemidos que Reita daba al envestirle eran tan provocativos.

Empujaba hasta lo mas fondo que su cuerpo le permitiera, sintiendo como a cada estocada aquel cuerpo delgado del castaño, temblaba. Sus labios entre abiertos y esos ojos entre cerrados eran lo mejor que pudo haber visto en siglos. Besaba cada parte de su pecho y cuello, envestía provocando que los fuertes rechinidos de la cama se escucharan en toda la habitación.

- Métela más… diablos Reita… más rápido.

- No… No conocía este lado de ti…

- ¡Ahhh! Maldición… más rápido.

Le empujaba el mismo hacia adelante ¡Diablos! Reita alcanzaba aquella parte de su próstata donde le provocaba delirar. Podía escuchar claramente como las uñas del rubio rasguñaban parte de la cabecera de la cama, como aquel rechinido inundaba sus oídos provocando un escalofrió. Sintió como aquella conocida corriente se apodero de su espalda, como viajaba hasta su hombría provocándole el mejor orgasmo de su vida.

Pero Reita no estaba tranquilo, a él aun le quedaban fuerzas, a pesar de que Shou había llegado al orgasmo el rubio no tenia pensado terminar tan rápido. Se detuvo a petición del otro, siendo guiado ahora él a recargarse y a recibir al castaño sobre sus piernas, auto penetrándose una vez mas y cabalgando tan fuertemente. Le beso mientras era abrazado. Succiono sus pezones cuando el otro movía sus caderas.

No supo como fue que el mismo aumento el ritmo al tomarle por las caderas, como escuchaba que Shou prácticamente comenzaba a gritar por tener cerca una segunda eyaculación, como sorprendentemente terminaban juntos, él en su interior y el otro una vez más sobre ambos vientres. Shou se quedo asi por un momento sin dejar que el otro saliera de su cuerpo, abrazado a su cuello dejando pequeños besos en sus labios, Reita solo seguía masajeando sus caderas.

- Shou…

- Déjame descansar un momento. – susurro dulce separándose lentamente del rubio, acomodándose de costado y dándole la espalda al otro.

Porque le evitaba, porque Shou no le daba unos segundos para que hablara o para que por lo menos se pudiera despedir de él. Se recostó junto al castaño, pegando su pecho a su espalda, delineando con uno de sus dedos el hombro y brazo, aquel cuerpo aun aperlado por el sudor y además de desnudo era simplemente hermoso. Beso su cabello y cuello, subiendo hasta su oído. Susurro.

- No me evites, que es torturante.

- No te estoy evitando… - suspiro por las caricias del otro.

¿Qué no le evitaba? ¡Entonces por que no le daba la cara! Si bien Reita podía llegar a ser el más paciente pero no ahora, después de tantos años simplemente no podía dejar esto a la ligera. Le tomo por el hombro para girarle hacia si, chocando con su mirada.

- ¿Por qué no me dejas hablarte con la verdad? Yo no quiero que malinterpretes lo que acaba de pasar.

- ¿La verdad? – le miro con una sonrisa ladina, tomándolo por las mejillas y pegando su frente a la del rubio – La verdad no me la dirás… - corrió su mano con lentitud a sus cortos cabellos – y no te preocupes por lo que acaba de suceder, se perfectamente lo que sientes. –

- Entonces por que tu no…

- No hay entonces. – Interrumpió – solo quédate por esta vez, ¿si? –

Reita sonrió, como era posible que Shou pensara que le dejaría solo después de como se lo habían pasado, había sido tan maravilloso, una sensación que nunca olvidaría. Le rodeo por la cintura, mirándole con una sonrisa, besándole lenta y pausadamente que podía hacer notar aquel sonrojo en el castaño.

- ¿Shou…?

- Hmm…

- ¿Te has dado cuenta que en este tiempo me hablas de tu?

- L-Lo siento.

- No, no, esta bien... – Le abrazo mas fuerte – Shou, bueno… como decirlo. – Chasqueo los dientes observando la mirada confusa del otro – Podemos, digo, sé que no quieres venir conmigo y que tal vez te esté presionando pero, ¿puedo frecuentarte mas? me conformo con solo estar unos momentos contigo. Claro si es que tu lo… -

- Si.

- ¿Enserio? – El otro asintió despacio – Yo de verdad prometo que esperare a que estés consiente de que en realidad me quieres, porque yo lo se, sé que de alguna manera te gusto y que… -

Rayos, Shou a comparación de Reita no era nada paciente y solo para que el otro ya no hablara mas le callo con un beso, uno que fue recibido con gusto, uno que se intensifico con el pasar de los segundos. Los dos se habían separado jadeantes y mirándose con aquellos ojos enamoradizos. Shou se abrazó a él por la cintura hundiendo su rostro en el pecho del otro, cerrando los ojos para que aquella sensación no se esfumara.

**********

Habían pasado horas en los cuales ninguno de los dos había dicho nada, en el cual solo se limitaron a abrazarse. Ahora mismo estaban dentro de aquella tina perteneciente a la recamara del castaño. Reita delineaba cada parte de su espalda con su dedo índice mientras el otro solo sonreía. Tal vez ahora mismo no llevaban una plática interesante pero si la necesaria para saber un poco más de cada uno, entre charlas platicando y besando parte del cuerpo desnudo del otro.

- ¿Me dirás quien es quien llego ayer con ustedes? – insistió una vez mas.

- Ya dije que nadie importante.

- Pero lo a traído Aoi ¿No es asi? No tiene nada que ver contigo ¿Verdad?

- No. – Contesto con una risita – Pero me encargare de él por un tiempo, solo hasta que este mas confiado a Aoi. – Termino de decir cuando el rubio se detuvo rápidamente dejando las caricias a su espalda – Que pasa… -

- ¿Y tu porque? – Le miro dudoso arqueando una ceja – Él es de Aoi y tu no deberías de preocuparte por él, no puedes… -

- Y según tu, porque no puedo… - levanto una ceja burlistamente, cruzando sus brazos bajo el agua – Yo no tengo ningún problema con ayudarles. –

- ¡Pero te encariñaras con él!

- Y que hay de problema en eso…

- Que le harás mas caso a él… - reclamo en susurro, bufando por lo bajo mientras hacia una mueca con los labios desviando la mirada.

Para Shou esto comenzaba a ser divertido, a pesar de que el rubio había dicho aquellas ultimas palabras por lo bajo, casi pensándolas, las había escuchado. La verdad no creía que el rubio le celara, ¡porque le estaba celando! Y más con alguien que prácticamente el castaño aun ni conocía. Pero le era tan tierno ver el comportamiento de Reita, ver como seguía maldiciendo a todos los santos por haber metido a Tora en el camino, y a decir verdad esto ultimo a pesar de haberlo escuchado, no entendió para nada el sentido en lo más mínimo.

Y Reita estaba seguro que se ganaría a un enemigo más si seguía tan protector con su castaño. Sabia perfectamente que este se encariñaría con el otro y que serian amigos tal cual lo era ahora con Aoi, pero no quería eso, vaya, Reita no quería que nadie se le acercara a Shou en lo mas mínimo.

- Solo no te le acerques tanto. – ordeno, jalándole hacia si para besarle con delicadeza.

Shou solo se dejo hacer. Cuanto había necesitado de este tipo de cariño y más que se lo diera este engañoso rubio que ahora mismo tenia que cargar con su peso al tenerlo completamente sobre sus piernas, sentado de frente. Shou sonrió y el rubio regreso el gesto por igual.

Pero después de un corto rato, se vieron obligados a salir de la tina, a cambiar su ropa y salir lo más rápido de ahí. Shou no se preocupaba para nada el hecho de que el rubio se quedara el tiempo que quisiera pero para Reita si había un pequeño impedimento y ese se llamaba Uruha, que al no verle regresar pronto estaba más que seguro era capas de salir a buscarle a cualquier lugar. Resignado permitió que Shou le fuera a despedir a la puerta de la casa.

Bajaron lentamente las escaleras de la casa, Shou delante del rubio y este observado con total desprecio a aquellos que se encontraban en el grande sofá. Era más que obvio el que Aoi odiara que el enemigo entrara asi como asi a su casa, asi que levantándose rápidamente y casi empujando un poco al otro pelinegro que estaba a un lado de él platicándole sabe que cosas, encaro a Shou.

- Que hace este en mi casa. – pregunto enojado con aquella manera fría con la que miraba a cualquiera.

- Vino conmigo, solo eso.

- Sabes que el enemigo no puede estar en casa ¡Lo sacas o lo saco!

- No es simplemente tu casa. – Dijo en rubio con los brazos cruzados – Debería de estar de acuerdo con sus decisiones. -

- Te permití que salieras y lo dejaras fuera… - comento Aoi, ignorando olímpicamente las palabras del rubio – pero nunca te permití que lo dejaras pasar. –

Su mirada era totalmente fría y Shou sabía que Aoi comenzaba a enfadarse, así que, tomo al otro de la mano, pasando junto al pelinegro que le miraba con aquellas rojizas pupilas. Claro estaba que Reita internamente se burlaba de la furia del otro, de que no le pudiera hacer a Shou nada simplemente porque le apreciaba, pero nunca se imagino que Aoi actuara tan extrañamente, nunca se imagino que incluso la mirada de Shou fuera mucho más amenazante que la del propio pelinegro.

- ¡La puta madre Shou, aun no termino de hablar contigo! – gruño mostrando sus colmillos, jalándole bruscamente por la muñeca.

Reita había girado por completo su cuerpo, teniendo todas las intenciones de matar a Aoi en ese preciso momento por haber jalado de aquella manera brusca a su castaño.
Pero no entendió como es que aquellos dos eran mucho mas agiles, como en un abrir y cerrar de ojos Shou tenia al pelinegro acorralado entre sus manos, como con aquella sonrisa desconocida le tenia bien sujeto por el cuello y a simple vista Aoi lo estaba pasando mal.

- ¿L-Le estas defendiendo? – pregunto con aquella sonrisa tan cínica, tan odiada por el rubio – No te sulfures Shou, que no quiero pasarla mal… -

- ¿C-Chicos? – Aquella voz algo preocupada, perteneciente al otro pelinegro, provoco el  que Shou aumentara la fuerza en el cuello de Aoi – No veo por qué deban pele… -

- No te acerques Tora… - contesto Aoi mas bien interrumpiéndole – Vamos Shou, ellos no tienen por qué ver esto. –

Shou seguía importándole una mierda lo que Aoi le dijera o lo que los otros mirasen, Aoi en veces podía sacarlo por completo de sus casillas con tan solo aquella protección y restricciones que le imponía. Pero de alguna manera sentía aquella necesidad de detenerse, de no dejar al descubierto aquella faceta tan sádica que mantenía en su interior. Solo aquel miedo que reflejaban los ojos y mente de Tora le provoco un corto en sus neuronas dejándolo caer en sí.

- Lo siento… - se disculpó bajando la mirada, refiriéndose a aquel primerizo llamado Tora – No quería asustarte… -

Levanto su mirada dejando al descubierto su arrepentimiento, sonriendo de la mejor manera posible al otro pelinegro, tomando la mano de Aoi para que de alguna manera le perdonase por lo que acababa de hacer. Pero ¿Por qué pedirle perdón a Aoi? Porque él era prácticamente desde aquella ves y hasta estos momentos, su salvador.

Shou tomo la mano del rubio separándose del pelinegro, acompañándole a que ambos salieran de la casa. Pudo sentir la sorpresa que tal vez Reita tenía, pero había percibido un poco de preocupación en sus pensamientos. Se acercó él una vez fuera, abrazándole por el cuello y de un corto beso en los labios le despidió

- ¿Shou? – porque decir que no estaba sorprendido al ver la furia de su castaño, porque decir que aquel comportamiento era tan como Aoi.

- Sera mejor que te vayas, Uruha te debe de estar buscando… ¿Nos vemos luego?

Era increíble lo que Reita veía en estos momentos, aquel Shou de ahora no era igual al anterior, este le sonreía cálidamente, con cariño y el anterior… simplemente le daba algo de miedo. Sintió como el castaño le beso por última vez tomándole por las mejillas y como al segundo de haber abierto sus ojos solo se escuchó el portazo que había dado,  aquel fuerte gruñido que llego con fervor a sus oídos, sorprendiéndose del golpe que provoco a las ventanas retumbar y después, completamente nada.





Gracias por siempre leerme...

0 comentarios: