Vampire Love II ~Capitulo 7~
CAPITULO 7
“Sexto encuentro…” ~Primera parte~
Si pudiera, lo abría tomado ahí mismo,
lo habría tumbado al suelo con el simple hecho de arremeter su cuerpo, pero,
era mas que obvio el que el otro pelinegro no quisiera, el que interpusiera sus
manos sobre su pecho para detenerle. Trataba de recorrer a cada momento su
cuello con la lengua, de querer por lo menos seguir bajando.
Pero no, Tora no le dejaba, el mismo le
detenía, se aferraba a su cintura con tal de no permitirle quitar la ropa, se
dejaba besar, besaba a la par esos deliciosos labios pero aun seguía con la
terquedad de no dejarle ir mas haya.
- Tora… - jadeo – déjame… -
Necesitaba tocar, necesitaba bajar sus
manos y tocar todo de su cuerpo, de desvestirle de una vez por todas para mirar
esa hermosa y bien formada piel. Tora, aun asi, seguía terco, deteniendo sus
manos cada vez que querían bajar, luchándole por que se detuviera, provocándole
algo de fastidio.
- Aoi, no, espera… entremos…
- No. – Le apego con rudeza, provocando
que los ojos de Tora se cerraran fuertemente al sentir su entrepierna pegada
con la otra – quiero tenerte aquí… -
Tora le miro sorprendido. Como diablos
se le antojaba hacer eso en un sitio como en el que estaban, en aquel que hace
tan solo unos momentos Reita y Shou se habían ido. Estaban fuera de la casa, en
la entrada prácticamente y ahora venia a pedirle tal cosa. Negó rápidamente con
la cabeza.
Lo jalo, arrastrándolo por las afueras
de la casa a aquel jardín trasero, acorralándolo una vez mas pero esta vez
entre su cuerpo y la pared, fuera de aquella habitación que alguna vez fue
utilizada para guardar cosas de jardinería. Guio las manos del otro a su
cuello, bajando el la suyas desde su cintura hasta mas debajo de sus caderas,
bajándolas hasta sus piernas y subirlas una vez mas, una a su notoria erección
y la otra a sus nalgas.
- Yuu, vayamos a la casa… - pidió con
los labios entre abiertos, aferrándose a su cuello, casi tratando de suplicarle
a que se fueran.
- No. – Repitió – déjame hacerlo esta
única vez, aquí… -
- Porque te ensañas tanto ahhh… a
hacerlo de esta manera…
- Porque será divertido mirar como te
pones mas nerviosos de lo que estas…
- Pe…
- …y de estar mirando hacia todos lados
fijándote de que nadie nos vea. – sonrió, interrumpiéndole, besando su barbilla
repetidas veces, lamiendo sus labios para atraparlos rápidamente.
- Pero pronto amanecerá…
- Eso me excitara más…
Quiso decirle una vez más que se
detuviera, rogarle por que fueran a la casa y entraran a la habitación, pero
aun no podía lidiar con la terquedad de Aoi y mucho menos aun podía siquiera no
sentir aquella excitación y calentura que sus manos le provocaban. Cedió,
llevando sus manos a la camisa de Aoi, desabrochándola despacio mientras se
dejaba hacer. Mirando de momento aquella sonrisa triunfal en los labios de su
pareja.
Se sentía asfixiado al no serle
permitido siquiera aspirar algo de aire, Aoi estaba a nada de terminar de
quitarle la camisa y él no podía siquiera responder de la misma manera ni mucho
menos intentar hacer otra cosa cuando sintió sus manos tocar sus caderas tan delicadamente
pero con firmeza.
Sus miradas chocaron cuando Tora sintió
que el otro se detenía.
- Tócame. – pidió con una sonrisa
acercándose mas, haciendo que la espalda de Tora chocara mas con la pared,
pegando su miembro al de él, y tomando su mano para guiarla a su sexo – Tócame
Shinji… -
Acepto con algo de nervios sin despegar
su mirada de la ajena. Movía su mano sobre el pantalón del otro teniendo la
otra aferrada a su camisa. Aoi le sonreía, se dejaba hacer riendo por sus
adentros a causa del comportamiento del otro. Se acercó despacio para no
tensarle, besando su mejilla para seguir hasta su oído soplándole despacio,
adentrando su lengua para repetir la acción.
Tora se comenzaba a tensar mucho mas
cuando los labios de Aoi se empeñaban en dejar marcado su cuello, cuando desde
este mismo bajaba tocando con la yema de los dedos hasta el cierre de su
pantalón. Sintió sus mano subir lento mientras comenzaban a temblarle avisando
que de alguna manera u otra disfrutaba de como le tocaba. Bajo el cierre del
pantalón rápidamente, adentrando su mano bajo la ropa interior y sin dejar de
mirarle y pedir sus labios con los suyo dejo al descubierto su miembro,
acariciando, apretando son su mano aquella dureza.
- Ahh Yuu…
No pudo reprimir el gemido al sentir
los largos colmillos de Aoi atravesando y saliendo de su cuello, su lengua
saborearle. Provocando que su mano aumentara el ritmo.
- Hoy lo haremos diferente… - susurro
girándole, obligándole a que de un jalón soltara su miembro – quiero terminar
dentro… - beso desde su nuca hasta su espalda, tocando parte de su pecho,
bajándole el pantalón y ropa interior dejándole un rastro de besos al bajar –
Necesito tenerte ya… -
Tora se giro despacio no recibiendo
ningún regaño. Bajo el pantalón del otro y tomándolo por la cintura le apego a
su cuerpo enredando una de sus piernas a las ajenas, moviendo insinuantemente
sus caderas hacia adelante. Se aferro con una mano de los cabellos largos de
Aoi, ladeándole el rostro para darse espacio. Succionándole y dejando pequeñas
marcas rojas.
Aoi busco la dureza del otro, tanteando
hasta lograr bombearla con rudeza, haciendo retorcer al otro, sintiendo sus
uñas sobre su espalda al aferrarse. Tora pegaba su frente a la suya jadeando,
gimiendo cuando aumento el ritmo. No tardo para cuando Tora estaba a punto de
llegar al orgasmo, para cuando se detuvo en seco recibiendo una mirada asesina.
- Quiero jugar… - susurro lamiendo tres
de sus dedos, llevándolos a los labios de Tora un momento después – quiero que
lo goces… -
- ¡Ahhh! Aoi…
Dos de sus dedos se enterraron a su
entrada moviéndolos bruscamente hacia adelante. Aoi busco sus labios sin dejar
de chocar su hombría contra la otra, adentrando su lengua a la boca de Tora
casi atragantándolo. Su beso se hizo rudo casi dejando extasiado con solo eso
al otro, chocando su lengua vulgarmente después, fuera de su cavidad bucal.
Mantuvieron los ojos completamente cerrados hasta que el contacto en sus labios
se desvaneció lentamente, dejando un beso suave tras otro, adentrando aun mas
sus ahora tres dedos obligándole a pegarse mas, a darle placer al seguir
chocando sus duras excitaciones.
- Nhhh…
- Me necesitabas, niégame que no lo
hacías
Las manos de Tora viajaron hacia sus
nalgas, apretando y pegándole más a su cuerpo. Subió sus manos lentamente
llevándolas bajo aquella camisa que aun llevaba el mas alto, tocando su abdomen
con tal lentitud con la que pudo apreciar sus jadeos dentro del nuevo beso.
- Yuu…
Aoi le nalgueo despacio provocándole un
brinquito. Sus cabellos se vieron jalados hacia adelante permitiéndoles un beso
totalmente asfixiante y delicioso. Adentro su lengua despacio.
- Estas ensañado con mis labios – dijo
entre el beso.
- C-Claro que no… - Elevo sus manos
para abrazarle por el cuello mientras el otro negaba con una sonrisa divertida.
– Métela de una vez… -
Aoi sonrió cuando un suspiro afligido
salió de los labios del pelinegro. Toco su pecho sacando sus dedos, excitándole
al aferrarse a jugar su lengua en sus pezones. Y Tora solo jadeaba, solo movía
sus piernas abiertas de un lado a otro reprimiendo todo lo que quería salir de
sus labios.
Aoi tocaba todo lo que sus manos
alcanzaran. Aquellas piernas, sus caderas, su cintura, su pecho, moviendo sus
manos por debajo de su cuerpo para apretar sus nalgas. Su lengua seguía
jugando, lamiendo como si toda aquella suave piel fuera como una paleta, tan
deliciosa, tan dulce.
- Estas desesperado…
- Si, no… nhhh… no lo estoy…
- Entonces lo hacemos rápido y
regresamos a casa… - subió mas la pierna de Tora, tallando con su sexo aquella
parte sensible del otro, juntando sus labios a los suyos, hablando sobre ellos
sin ningún espacio de por medio – Disfrútame Shinji… - y como si fuera una
orden, las manos de Tora comenzaron a moverse - No me toques asi, que me
prendes…
- Entonces muévete y métela ya…
Tora cambio posiciones tumbando al más
alto sobre el césped poniéndose sobre él, jugando con su lengua hasta la parte
mas baja de su abdomen. No espero ninguna milésima de segundo para cuando sus
dedos jugaban con su glande tomándole con suma delicadeza. Para Aoi esta era
una de las cosas que amaba de Tora, le encantaba aquella manera delicada de
tocarle, de hablarle, de verle sonreír. Sus pensamientos ocupaban solo aquello
para cuando se vio interrumpido por si mismo, por aquel gemido tan ronco que
había gritado cuando la lengua del otro jugaba contra su sexo. Su vista se
nublo al instante, dejándose llevar por las succiones, por los gemidos ahogados
que el otro daba sobre su miembro y para cuando reacciono, Tora ya se
encontraba lamiendo sus labios de manera sensual.
- Yo aun no termino…
Jugueteo. Su manera de hablar le
prendió mucho mas, girándolo sobre el suelo, ganándose un golpecito en el
hombro al haber sido bastante tosco. Le miro con lujuria, riendo bajo al ver el
sonrojo de su pareja.
- Nadie dijo que podías tocarte cuando
me la estuvieras chupando. – el otro solo frunció los labios. Una mano se movía
tan rápidamente bombeándole, y la otra tocando su bajo abdomen. Se relamía los
labios, necesitaba estar dentro ya, necesitaba hacerlo gritar de locura,
escuchar su nombre entre los jadeos que aquellos labios le regalaban cada
noche. Jugo con el, con su cuerpo, llevando su lengua a cualquier parte
caliente que Tora tuviera en esos momentos.
- Ahhh…
Tora mordía su muñeca, había tratando
de ocultar su rostro de la mirada persistente que el otro le regalaba, ahogando
sus gemidos en su propia piel para retener el orgasmo cercano. ¿Cuánto había
sido la resistencia? Ciertamente no lo sabia, para cuando trato de sacar una
conclusión aquel orgasmo esperado había llegado provocándole correrse sobre la
lengua y mano del otro.
- Métela duro… te necesito tanto…
Como decirle no. Como negarse a un
pedimento de esos que avergonzaban al propio Tora. Se movió despacio subiéndose
una vez mas a su cuerpo, levantándole sus piernas para poder acomodarse entre
ellas. Adentrando rudamente su duro miembro hasta tocar esa parte de su
interior que sabia de sobremanera le provocaría delirar.
Tora a cada nueva estocada gemía con desesperación,
perforando leve con las uñas la espalda del otro, quejándose por los tallones
que el césped y tierra le provocaban a su espalda propia. Le abrazaba por el
cuello, besando como le fuera posible sus mejillas, sus labios, su barbilla, su
cuello, dejando entre cada contacto un suspiro sobre la piel ajena. Sentía que
en poco tiempo explotaría, su próstata era tocada a cada momento, a cada
penetración que su pareja y amante le daba.
Al momento en que su último gemido se
sincronizaría ambos habían arqueado la espalda terminando cansados. Tora había
cambiado posiciones aun tembloroso al haber caído el otro sobre su cuerpo.
Besaba sus labios con lentitud mientras era abrazado por la cintura, sonreía al
dejar plantados fugaces besos sobre su barbilla o comisura de los mismos y el
otro solo tratando de atraparle para fundirse en uno de esos besos que ellos
solos podían darse.
- Apenas estoy comenzando… - Anuncio,
mirando como el otro entrecerraba los ojos preocupado – Lo disfrutaras, yo lo
se… –
Sentía que sus manos recorrían cada
parte de su cuerpo hasta la más oculta piel. Aoi le había levantado y arrojo a
la pared, con cautela le abrió las piernas con la rodilla, besando sus hombros
y parte de su pecho, su lengua recorrió todo aquello.
Tora sentía que si el otro seguía
tocándole terminaría de inmediato corriéndose una vez más en su mano. Pero era
insoportable, aquella agilidad de su pareja era esplendida. Su espalda sintió
aquella corriente y su bajo vientre solo alcanzo a contraerse para cuando el
orgasmo estaba llegado. Gimió despacio para cuando Aoi lamia sus dedos con
sensualidad.
Su mirada se había cruzado, con aquella
tierna y lujuriosa del más alto. Tora solo se recargo de sus hombros jalándole
hacia si levantando y abriendo sus piernas alzando un poco los brazos para que
el otro se acercara mas y de una vez por todas entrara a su interior.
- Como me encanta este lado tuyo…
Pegando al otro en la pared entro a su
interior de una sola estocada. Tora había ahogado el grito de dolor mordiéndose
el labio fuertemente. Sus manos estaban presas por sobre su cabeza, siendo
detenida por una del mas alto.
Su espalda pegaba rudamente a la pared,
aquellas estocadas precisas le provocaban un delirio siempre nuevo. Experimento
una vez más esa corriente por su bajo abdomen.
Aoi le tomo por las mejillas al soltar
sus manos, quería que le mirara y lo primero que vio fueron sus ojos cerrados
con fuerza, con esa mueca que le decía que estaba reteniendo el orgasmo. Sin
salir de su interior le tomo fuertemente por la cintura arremetiéndole mientras
el otro se aferraba a su cuello. Comenzó a moverse rápidamente penetrándole
hasta llegar por fin a eyacular en su interior y el otro sobre sus vientres
soltando un sonoro gemido. Después de regularizar su respiración ambos se
miraron.
- Eres tan maldito… - dijo en un
susurro manteniéndolo abrazado sin dejarle salir de su interior, repartiendo unos
de los tantos besos fugaces.
- Asi me amas...
- No lo hago… - Tora fingió una mueca
de desagrado con enojo, susurrando sobre sus labios y tomándole de los cabellos
con fuerza.
- Pero yo si, te amo…
- Tan vergonzoso…
Ambos con una sonrisa tonta comenzaron
a besarse, adentrando lentamente su lengua a la cavidad del otro. Repetían
aquellas dos simples palabras cuando trataban de tomar algo de oxigeno,
comenzando a mover una vez mas sus caderas y terminar con ese pequeño juego que
habían empezado, llevando minutos o tal vez horas repitiéndolo sin descansó.
[21/10/1822]
Una hora sin importancia en un lugar
igualmente sin mucha importancia. Veía desde un poco lejos como ambos yacían
sentados bajo un roble con las manos entrelazadas, había pasado poco más de un
año desde que Aoi se había presentado aquella noche ante Tora, aquella a la
cual él había estado presente. Y ahora escuchaba una de las tantas
conversaciones de los otros dos.
- ¿Has quedado satisfecho con la cena?
– pregunto ladeando su cabeza, relamiendo sus labios para no perder la
sensación que la sangre adquirida le dejaba.
- Si…
- ¿Algo te aflige cariño? ¿Te has
hartado de mí en tan poco tiempo? – bromeo.
- No seas idiota, solo que aun no puedo
creer lo que he hecho.
- Han pasado tres año de eso, lo hice
porque quería estar contigo y era la manera mas fácil, si no lo hacíamos seria fastidioso
el que hicieran preguntas al que no quisieras salir por las tardes y te quedaras
encerrado es problemático.
- Eso es cierto… - interfirió
acercándose.
- No a las conversaciones ajenas, Shou.
– Dijo Aoi – Además, que les dirías cuando se dieran cuenta que no envejeces
para nada, ¡solo mírate! Eres perfecto.
- No había necesidad de matarles y
aunque no me hayan querido lo suficiente aun asi eran mis padres… - negó con la
cabeza suspirando – Me haces hacer cosas estúpidas. –
- Claro que no. – Se defendió – Tus
instintos son iguales a los míos y era de esperarse un comportamiento tan
parecido… eres una parte de mi, tal y como lo es Shou y eso no puedes
cambiarlo, amor… - dio un beso fugaz a
sus labios – mientras sigas conmigo seguirás siendo como eres porque eso me
encanta de ti. –
- Aoi, tu estas verdaderamente enfermo.
– Dijo el castaño – estas convirtiendo a un pequeño cordero en algo feroz,
justo a tu imagen y semejanza ¡Míralo! Ni un remordimiento tiene al haber
matado a la persona que lo engendro – entrecerró los ojos.
- Cállate Shou, en fin, como si tú no
fuera igual. ¡Mírate! eres incluso mas salvaje que Tora ¡incluso puedes llegar
a serlo mas que yo! en algún momento tenían que morir y tu mas que nadie sabe
de eso.
- ¡Era su sangre! – Miro a Tora - Eran partes
de tu…
- ¡Tora tiene ahora mi sangre! – Dijo
furioso Aoi – Ahora es por mí por el que se debe de preocupar. – le fulmino con
la mirada – Solo debe de pensar en mi y en nada mas, entiéndelo y tu mas que
nadie sabe que eso es verdad, o acaso tu no lo hacer por el otro ma… -
- Eso es muy distinto. – Interrumpió
serio – no somos iguales a ustedes. –
- Un día entenderás…- dijo el otro
pelinegro.
- Pero Tora~ ¿tu hubieras hecho lo
mismo por estar con Aoi? y Tu Aoi ¿lo hubieras permitido?
- ¡SI! – contestaron al mismo tiempo
con una rapidez inimaginable.
- Demonios, a donde vine a caer… -
ironizo.
- Por eso te dije que vinieras conmigo…
Aquella última voz les había
sobresaltado provocando que Aoi se levantara al instante intimidando a aquel
que les había sorprendido, apareciendo frente a su cuerpo para tomarle del
cuello y levantándolo impidiendo que sus pies tocaran el suelo, relamiéndose el
labio al saborearse aquella expresión.
- Pero si eres tú… - sonrió con
desinterés fingido.
- Bájame si no quieres morir… -
amenazo.
- Crees poder ser capaz de eso, Reita…
- lo arrojo al suelo.
- Crees que me intimidaras con esa pose
de ¿maldito? – rio con ironía – Vaya imbécil que puedes llegar a ser si te lo
propones. -
- Cuantas veces te he dicho que midas
tus palabras, además de que no quiero matarte delante de Shou, le seria un poco
traumático, ¿sabes? Además de que podría hacer algo en mi contra y no quiero
pasar por eso. – Shou solo desviaba la mirada no tomándoles importancia.
Shou solo seguía, disimuladamente,
observando como los otros deseaban la muerte del ser al frente suyo,
perdiéndose en todas aquellas palabras de su pareja las cuales como siempre no
se veían del todo fingidas, suspirando con pesadez al no encontrar nada divertido
en la pelea decidió girar hacia donde el otro pelinegro. Viéndole como al
divagar tanto era sorprendido por una personita en especial, trato de ponerse
en guardia.
- Tora… un gusto volver a verte – Tora
se levanto cambiando el color de sus ojos por instinto – Oh vamos, que vengo en
son de paz. –
- Aléjate de él Uruha, ni se te ocurra
tocarle.
- Que parte de “Paz” no entiendes, Aoi.
- Ninguna viniendo de ti.
La atmosfera se había tornado en algo
bastante pesada, una donde los deseos de matar se hacían presentes en Aoi y donde
algo parecido se desprendía de Uruha, ambos se miraban amenazantes, comiéndose
–literalmente- con la mirada, mientras Reita al no tener nada que ver solo
retrocedía pasos hacia atrás, Shou hacia lo mismo y Tora solo los miraba. Pero
todo había pasado tan rápido para Shou, una donde Uruha había tumbado a Tora y
amenazaba con matarle si Aoi se acercaba. Buscaba una manera donde se pudiera
acercar, donde pudiera sacar a Aoi de ese trance para que atacara, pero
simplemente se había bloqueado
- Vamos acércate. - se burlaba – ¿Tanto
amor le tienes a este como para querer impedir que le mate?... Que el gran Aoi
le tome importancia a la vida de alguien mas es una verdadera sorpresa. –
encajo la larga navaja en la curvatura de entre el cuello y hombros de Tora,
dejándole escurrir un poco de sangre.
- Tu… Tu te atreves a tocarle… – Sonrió
furioso – y date por muerto… - Aoi trato de correr para lanzarse a Uruha pero
rápidamente se vio obligado a detenerse, pues una pequeña daga se había
incrustado en sus espalda dejándolo caer de rodillas. Era como para burlarse
pero un humano había sido su agresor.
- ¡Aoi! ¿Estás bien? – Preocupado, Shou
en ese momento sintió la necesidad de matarles, de acabar con ese estúpido que había
herido a Aoi pero se detuvo por la negativa de Reita, por aquellos ojos rojos
que le miraban con reproche, con furia, con un enojo inimaginable. Tora empujo
a Uruha y como pudo corrió a un lado de Aoi.
-
Estoy bien, tonto, solo me tomo por sorpresa. - Aoi sonría de lo tonto que
podía llegar a ser Tora, ¿morir en manos de un humano? Eso era estúpido.
- Realmente… ¿te encuentras bien? –
pregunto preocupado ayudándole a levantarse.
- Estoy bien amor… solo mátalo.
¿Dudarlo? No, para nada. Shou como Aoi
para sus adentros sonreían, de alguna manera u otra Reita lo había hecho por
igual, los otros dos por diversión, y el rubio como simple beneficio, sabia que
si intentaban algo les odiaría.
No fue necesario que Aoi se lo
repitiera dos veces como para que Tora le obedeciera, este
había corrido empujando a Uruha una vez mas dándole un rasguño a su pálido
rostro, tomando a aquel humano por el cuello, apretando su mano observando con
una sonrisa como este suplicaba por que se detuviera, viendo como Uruha era
detenido del cabello por Aoi.
- ¿Ultimas palabras? – y poco antes que
el chico pudiera decir una sola palabra Tora ya le había estrangulado y mordido
para devorándole lentamente.
Aoi estaba maravillado, había creado a
un ser a su imagen y semejanza haciéndolo ver perfecto, tanto asi que no se dio
cuenta cuando Uruha había caído al suelo derrotado sin saber que hacer mientras
sus ojos se inundaban de lágrimas. Reita había intentado para disimular ante
Uruha el correr para detener a Tora pero Shou se había interpuesto en su camino
con el entrecejo fruncido, mostrándole sus colmillos. No hizo otra más que
llevarse a Uruha no sin antes este haberles declarado una guerra a muerte.
- ¡¡Es suficiente Tora!! – Grito
furioso Shou obligando que el mencionado se detuviera – Lo has hecho,
¡¡maldición!! Aoi te dije que no… - comenzó a ponerse histérico, gritando con
furia - …te dije que no. –
Aoi le sonrió con dulzura, acercándose
y acariciando su rostro con delicadeza, pegando su frente a la suya para que le
mirara directo a los ojos, tres segundo, tres fueron los suficientes para que
Shou soltara un quejido y Aoi una sonrisa preocupada.
- No lo hagas… - suplico despacio – No podre
solo… -
- Solo cuídale… - susurro.
- Yuu…
- Déjalo asi cariño – dijo Aoi
separándose, girando a mirar al otro pelinegro - no hagamos enojar a Shou mejor
vayamos a otro lugar… -
- Da lo mismo… esto es asqueroso. –
chasqueo los dientes.
- Los gustos de Uruha son asquerosos,
mira que mantener a un humano consigo por tanto tiempo es… - hizo una mueca de
asco – …repúgnate, pero le guardare un poco de respeto, porque mira que para
atacarme debió de estar loco. – frunció el seño – estropeó mi camisa. -
- Ustedes están enfermos – repitió Shou
con la cabeza gacha, cerrando fuertemente sus ojos tratando de que su pesar no
se escuchara – me voy a casa primero, asi que por mi pueden irse al diablo… -
- Cuídate… - y a pesar de que la voz de
Aoi se escuchaba normal, sabia que entre cada frase sus palabras le dolían
hasta el fondo de su ser.
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