Vampire Love II ~Capitulo 10~
CAPITULO 10
“segunda noche…”
¿Y ahora que haría? No
había visto a Shou en más de una semana. Por supuesto que sabia que el castaño
se escondía de él, que no quería verle nunca mas en toda su jodida vida, pero,
porque no le dejaba explicarse, porque no le dejaba decirle realmente la
verdad. Como siempre alguna vez lo hizo, salió disparado hacia la casa de los
otros dos, necesitaba por lo menos saber si estaba bien, saber si el muy loco
no se había ido una vez más.
Sus pies dieron lo que
pudieron, aun no entendiendo porque diablos corría si aun era bastante
temprano, si aun la noche apenas aprecia. Se coló por los jardincitos que
pertenecían al lugar, y como siempre desde la lejanía comenzó a inspeccionar
como por fuera, como por las ventanas. Pero, estaba completamente obscuro, en
silencio, que no dudo en dar un brinco y entrar por la ventana trasera de la
habitación.
Su mirada por un momento
sintió cristalizarse, aquella habitación, aquella que el había cuidado por casi
un siglo estaba completamente destrozada como si un gran animal, como si dos o
mas leones hubiesen entrado a destruir todo. Cerro sus ojos agachándose,
levantando cualquier cosa que pudiera acomodar en el buro de la recamara,
levantando cada prenda, apretándola fuertemente con las manos. Si esto era algo
del enojo de Shou, no quería enterarse de como se sentía realmente.
Si tenia que buscarle lo
haría, realmente no le pensó mas de un minuto para salir en su búsqueda.
***********
Había mandado todo a la
mierda, sus recuerdos, esa hermosa y arreglada recamara, el olor, aquella
esencia amada del rubio, había mandado a la mierda hasta al mismo Tora.
Recordaba que este le había dicho que había adquirido los papeles de algún
lugar, que había hecho un trato con el dueño de un casino para invertir su
dinero y no desperdiciarlo, pero, como buen amigo, le había dicho un “vete a la
mierda” le había arrojado cualquier botella de colonia al rostro, cualquier zapato a su cuerpo y
hasta recordaba que aquellos arañazos que traía el pelinegro un día después él
lo había provocado.
Caminaba por las calles
buscando una presa, no precisamente de aquellas jóvenes que le encantaban,
simplemente quería saciar su hambre, simplemente quería matar al primero que se
le cruzaba enfrente, ya fuera hasta un niño o una mosca.
Tan sumiso en sus
pensamientos, tan entrado en sus recuerdos pero no por eso dejo pasar por
desapercibido a aquello o mejor dicho a aquel que desde hace día le venia
siguiendo.
-¿Has perdido algo? –
pregunto sin importancia, siguiendo con su camino sin siquiera voltear a
mirarle - si no es asi, no me jodas. –
- Quien putas te crees
para hablarme asi – dijo altanero – no sabes con quien esta hablando ¿verdad? –
- Ni me importa saberlo.
¿Saberlo? Shou no quería
saber quien era ese hijo de puta que le había quitado a su rubio, no quería ni
siquiera mirarle sabiendo que seria realmente asqueroso. Pero tuvo que hacerlo,
tuvo que mirar sus ojos verdes ante el ataque del otro, ante aquella mano que
paso por su cuello mas no le toco.
Shou le miro con en ceño
fruncido.
- ¿Quien te crees para
venir y hablarle a Ue-chan de esa manera?
- ¿Ue-chan? – Enarco una
ceja – ¿Asi es como le llamas a Reita? vaya estupidez. –
- No se quien eres… -
dijo molesto ante la burla del otro – y no me importa quien eres, pero te diré
una cosa y grábatela en tu puta cabeza. – le fulmino con la mirada – Reita es
mio, es mi pareja y por nada del mundo voy a dejar que alguien como tu, venga y
se adueñe de algo que no le pertenece ¡¡que ni siquiera conoce!!
- ¿Qué no lo conozco? –
bufo rodando los ojos – Incluso lo conozco mas que tu… tu que solo eres un… -
- ¿Un que? – Interrumpió
– ¿vas a venir a decirme que tú eres algo superior a mí? ¿Alguien que acaba de
llegar de quien sabe donde sin saber quien manda en estos dominios? Recuérdalo,
recuerda que estuviste hablando conmigo, ¡Con Ruki! y que por más que quieras
un lugar aquí nunca lo obtendrás, nunca dejare incluso que te acerques a Reita,
nunca dejare que él se te acerque, que incluso aspire el mismo aire que tu, asi
tenga que sacarte a patadas de aquí… –
- ¿Terminaste?
Aquel castaño de ojos
verdes, bajo de estatura pero con una voz dominante y porte intimidante le miro
con odio. Shou odiaba a aquellas que hablaban y hablaban, aquellas que se
creían la gran mierda cuando realmente no lo era, ese pequeño, ¿ese maldito
estúpido con aires de diva le venia a decir que hacer? Bufo cuando los
colmillos del otro se asomaron por sobre sus labios.
El color de ojos de aquel
chiquillo cambio a uno rojo, uno tan brilloso que podía llegar a tornarse
morado. Sus movimientos eran rápidos, incluso Ruki había alcanzado a pescarle
por el cuello apretando con sus dedos buscando ese bloqueo en el otro para
poder perforarlo con las uñas y dedos. Los ojos de Shou se tornaron en ese maravilloso
carmín, provocando que el agarre en el otro se hiciera mas suave.
-Quieres morir ¿cierto?
¿O es que acaso quieres demostrar algo que jamás vas a lograr ser? – las labios
de Shou se curvearon en una sonrisa sádica, relamiendo y mostrando sus colmillos
aun mas largos que los del otro – te doy cinco segundo para retractarte y para
que me sueltes. –
¿Soltarle?
¡¿Retractarse?! Ni que estuviera loco. Hizo su agarre mas firme, logrando que
sus uñas le hicieran daño al otro al ver recorrer sangre por su blanquecino
cuello. Shou seguía con su sonrisa, seguía mirándole con sorna y burla. ¿Quien
diablos era el? Porque esos ojos le daban miedo al mas bajo, como si alguna vez
les hubiese visto, como si alguna vez hubiese escuchado algo sobre esos ojos
color carmín mucho mas rojos que los del propio Reita.
- Cinco…
En un abrir y cerrad de
ojos el mas bajo ya se encontraba casi arrestándose en el suelo. Shou le había
tomado por sorpresa, sus movimientos habían sido casi invisibles para cuando su
cuello había sido preso en un fuerte y asfixiante agarre. Le arrastro hasta que
llegaron a aquella pared donde el castaño de ojos grandes le arrojo fuertemente
a la pared, cuando sintió como su espina dorsal solo con aquello hacia un
fuerte ruido al ser roto su hueso. Me miro asustado, aterrado cuando Shou se
acercó a su rostro, cuando delineo con su lengua su mejilla y parte de su
cuello.
-¿Sabias que por tu culpa
no e podido descansar en una semana? – susurro Shou por sobre su oído,
deteniéndole aun del cuello, haciendo aquella presión certera con la que
asfixiaba - ¿Sabias que por tu culpa estuve pensando en como arreglármelas para
encontrarte y matarte? – el chico abrió los ojos inmensamente.
- Su-Suel…
- ¡¡Pero me la hiciste
fácil!! – Interrumpió con un grito haciendo que el otro reaccionara cerrando
sus ojos – pero antes de cumplir con mi capricho, te hare saber algo… - Shou se
apegó a su oído una vez mas, saboreando su cuello mientras aquel cuerpo se
enternecía - Reita fue y seguirá siendo mio, por mi es por quien el muere, por
mi es por quien él te dejo esa vez para alcanzarme ¡¡para ir corriendo y
rogarme que le escuchara!! Y escúchame tu, asi como esta vez lo hare... matare
a quien se le acerque, matare a quien tenga las intenciones de adueñarse de lo
que me pertenece. –
El mas bajo trataba de
forcejear, aquellos ojos del más alto le causaban terror, sus ojos, esos ojos
que se tornaban aun más oscuros, aun más rojos de lo que ya estaban. Trago
saliva como pudo incluso tosiendo al atragantarse, no quería morir, no quería
hacerlo en manos de ese loco. Su cuello comenzaba atronar de a poco, estaba
teniendo una fractura por la fuerza del otro, le dolía, ¡demonios! sentía que
sus lagrimas saldrían en cualquier momento.
-E-Esta bien… - articulo
palabra como pudo, ganando una ventaja en el agarre.
Trato de zafarse,
empujando lográndolo unos cuantos milímetro, extendió la palma de su mano
derecha, estampándola lo mas fuerte posible en el rostro del mas alto. Le había
rasguñado, había volteado y dejado sus uñas marcadas y bastante enterradas,
sangraba, Shou solo atino a burlarse por el acto.
- ¡¡Eres estúpido!! –
gruño con la misma sonrisa.
Apretó su manos
escuchando el mismo como sus huesos tronaban, enterrando sus dedos dejando que
aquella sangre escurriera por ellos al haberlo elevado unos centímetro del
suelo. Mostro sus colmillos ante el moribundo cuerpo, pero, cuando estuvo a
punto de enterrarlos, se detuvo.
- Para por favor…
Shou ladeo su cabeza
tétricamente, cruzando su mirada con aquella otra. Sintió algo que le decía que
tenía que detenerse y correr a aquel que le pedía que se detuviera, que le
abrazara para que su coraje se esfumara, pero no, ¡no señor! Shou ya no era el
mismo, Shou no tenia porque escuchar a aquel mentiroso que estaba a unos metros
de acercarse. Se rio, se burlo por su maldita presencia.
- ¿Te duele que lo mate?
¡¿Te duele que mate al maldito que me quito lo mio?!
- Me duele verte asi…
cariño, suéltalo.
- ¡Vete al infierno!
No lo dudo, no lo
dudaría, tan fríamente ladeo la cabeza de aquel llamado Ruki, enterró sus
colmillos sin ninguna delicadeza, se zaceo, se asqueo hasta tomar la última
gota de sangre. Sus manos seguían aferradas, trabadas, no pode evitar no sentir
tanto coraje cuando aquellas manos le jalaban hacia atrás, cuando trataban de
separarlo del ya cuerpo moribundo del mas bajo.
Le rodeo de la cintura,
besaba su cuello con delicadeza para aflojar el agarre, estaba utilizando ese
punto que hacia estremecer a Shou, estaba besándole como siempre lo había
hecho. Sus manos le jalaron hacia atrás pegándole a su cuerpo con brusquedad,
pero, no escucho ningún jadeo, ningún gemido como siempre los había escuchado
anteriormente. Ese no era su Shou, ese era el Shou que aun no conocía.
- ¡Esta muerto! Detente
por favor… - suplico – Shou, detente… -
- Para que… - dijo con
voz ahogada - ¿Para que me restriegues que mate a quien te frecuento todos
estos años?, a quien me quito el lugar que me per… -
- ¡¡Es tu lugar Shou!! –
Interrumpió jalándole, provocando que botara al suelo a Ruki, que girara a
mirarle con los ojos completamente teñidos en ese color carmín, cristalinos,
como los recordaba - ¡No tenia nada que ver con el! – Le tomo por los hombros –
Escúchame bien… ¡¡Tu eres el único!! –
- ¡¡Si soy el único,
porque estabas con el!! ¡Porque le besabas! ¡Porque… porque…!
Si, este era su Shou.
Reita le abraso, le dejo que se desahogara, que le abrasara, que incluso hasta
golpeara su pecho. Una vez más se odiaba, una vez mas le había hecho llorar, no
había cumplido con su promesa. Shou, solo se dejo llevar, Reita estaba
equivocado si creía que con esto regresarían, estaba equivocado si pensaba le
daría una oportunidad, pero entonces porque le abrasaba, porque tenia la
necesidad de buscar sus labios y lo calmara como hace muchos años atrás.
Su ira, su furia era su
peor enemiga, nunca se podía controlar cuando comenzaba, nunca calmaba esa
sensación de satisfacción cuando mataba a una persona. Lo recordaba, siempre le
había ayudado a esto, Tora había hecho lo mismo hasta tal punto de ayudarle a
que controlara sus sentimientos, pero Reita tenia que llegar a frustrarlo, ese
maldito mal parido de Ruki lo había venido a sacar de sus casillas.
- Suélteme…
- ¿Shou? – otra vez esa
maldita manera de llamarle.
- No quiero verlo.
- Pero…
- ¡No quiero que se me
acerque!
- Maldición Shou ¡Escúchame!
Le jaloneo, le tomo de
ambos brazos jalándole hacia si. Shou sintió en ese momento que hasta el enojo
se le espantaba, que sus intentos de querer zafarse se desvanecían. Las manos
de Reita se posaron firmemente en sus caderas, aprisionándolo. Sintiendo como
su respiración se posaba por sobre sus labios, Shou mantenía la mirada gacha,
con sus manos entre el pecho del otro. Reita sentía la necesidad de besarlo, de
juntar sus labios y saborearle como siempre lo hacia. Pero aun el castaño le
rehuía.
- Shou… por lo menos,
déjame besarte…
- N-No…
- Te necesito, cariño, te
necesito tanto…
- ¡Pero yo no, maldición!
Reita se quedo
boquiabierto, la mano de Shou se había impactado en su mejilla, con fuerza,
pero temblando, ¡Dios! Sabia que hasta su mismo castaño de ojos grandes le
necesitaba, pero porque se comportaba asi, porque si ya había matado al otro
aun no le dejaba explicarse, aun no le dejaba siquiera darle un maldito beso.
- Si no quieres estar
conmigo, ¿Por qué le mataste? – pregunto serio.
- Y-Yo…
- ¡Porque si no quieres
que este contigo casi le arrancas la cabeza! ¡¡Mírame Shou, mírame y dime
porque si no me necesitas estas mirándome al borde de las lagrimas!!
- Re… Reita yo…
Y era verdad, no era nada
más que la jodida verdad. Shou estaba con los ojos aguados, tan cristalinos que
pareciese que rompería en llanto en cualquier momento. Y si tenia intenciones
de hacerlo, de hacer un puto drama si Reita seguía haciendo esas preguntas tan
obvias. ¡Le había matado porque Reita era suyo! Porque el rubio no tenia el
derecho de estar con nadie mas que no fuera el. ¡¡Porque tenia que darse cuanta
que un maldito engaño, su engaño le había dolido!!
- Te lo diré una vez mas…
- hablo el rubio abrazándole por la cintura – te amo, y te daré el tiempo que
tu desees, si ya no quieres saber de mi, lo respetare, si no quieres que me
acerque lo hare, pero si no te decides pronto, ten por seguro que yo mismo te
provocare, incluso si te llevo conmigo estaría bien. Piénsalo Shou, te daré el
tiempo suficiente para que te decidas… -
- Pero Rei…
- ¡No quiero saber nada!
– elevo la voz, pegando sus labios con los del otro.
¡Demonios! malditos
labios los que se movían al compas de los suyos. Aquella sensación que pensó
nunca mas probar ahora realmente le esta atontando. Reita le besaba tan
cariñosa pero con desespero, su lengua solo jugaba un momento con la suya para
después succionar su labio inferior. Nunca pensó que un beso como estos le
volviera loco, no dudo, elevo sus manos rápidamente a la nuca del otro,
jalándole, pegándolo mas para apreciar el sabor, para sentir su cuerpo, para
olfatear ese aroma que le encantaba.
Su beso duro lo
suficiente como para quedar completamente jadeantes, abriendo sus ojos
lentamente para cruzarlos con los ajenos. El cuerpo de Shou sentía aquellos
latidos en su pecho, aquella sensación re-confortable y cálida cuando el otro
le abrazaba cada vez más fuerte.
- Dime cuantas veces
tengo que dejarte ir… - Shou simplemente no contesto nada – Eres como un niño
¿sabes? Eres como esa parte infantil que debería de estar aquí conmigo. –
Shou solo le miraba, solo
mantenía contacto con aquellos ojos rojos que le miraban atento. Busco sus
labios el mismo, le beso despacio antes de alejarse y de un movimiento darle la
espalda y comenzar a caminar.
Reita solo le miro, solo
obtuvo por agachar la cabeza y cerrar fuertemente sus ojos. De antemano sabia
que por el, por si mismo no dejaría que Shou se alejara, el si pelearía hasta
tenerlo a su lado y si eso significaba una pelea a muerte con el mismo Shou o
Tora, se arriesgaría.
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Como siempre termino casi
por optar en correr hasta la casa, por ir tallando sus ojos para que Tora no se
diera cuenta de nada, pero vamos, como no darse cuenta, como no hacerlo si el
mismo pelinegro le esperaba en la puerta de la casa, moviendo su pie con
desesperación, con lo brazos cruzados y el ceño fruncido. Quiso sonreír, pero
había sido imposible.
- K-Kohara ¿Qué sucedió?
- Yo… Tora yo…
No le dio incluso un
segundo para que le mintiera, para que sacara cualquier escusa de la manga para
quitar su próximo interrogatorio, pero al contrario, Tora se había lanzado a
abrasarle protectoramente.
- Que ha pasado Shou. –
Susurro – debiste de decirme que te acompañara, ¿Aun no puedes controlarte? No
salgas solo, puedes pedirme ayuda la próxima vez. –
- Gracias pero no es
necesario Shinji… supongo.
- Bueno, no importa
Trato de sonreír y
dejarle en claro que su sonrisa era de lo más sincera y al parecer lo había
logrado. Tora le había soltado, y había comenzado a hacer ademanes para que
entraran a casa y tomaran asiento. Lo hizo, se acomodó entre el sillón y el
cuerpo del pelinegro, apoyando su cabeza en su pecho.
- He invertido en el
casino de aquella vez. – Shou fruncio el ceño.
- ¿Cual casino?
- El que te dije hace
unos días. – Tora le miro con enfado – No estabas escuchándome ¿Verdad? Shou te
dije que seguí a una presa y me gusto el lugar, solo eso. –
- ¿Que tipo de presa?
- Bueno, en realidad solo
pensé que seria una buena presa.
- Engáñame.
- Es la verdad. – Desvió
la mirada – pero quiero divertirme un rato, solo eso… -
- Okey, no preguntare
más. – Se levanto del lugar – iré a descansar, ¿Puedo quedarme contigo? –
- Por supuesto.
- Entonces, señor
diversión vayamos a descansar, entrare en tu cabeza y veré el tipo de diversión
que quieres…
- No trates de hacerte el
fuerte, Shou, sé que algo sucedió haya afuera. ¿Quieres hablarlo conmigo?
¿Qué acaso era tan
evidente? No, es que realmente Tora le conocía lo suficiente como para saber
que el cansancio que tenía no era normal, que aquella sonrisa apagada no era
digna de sus labios, que aquella manera de hablar, tan lenta y silenciosa, no
eran del verdadero Shou. Negó con una sonrisa, dándole a entender un “Son cosas
mías”.
- No te preocupes por mí.
– Sonrió de la mejor manera posible - ¿Vamos? –
Tora le siguió
rápidamente, negando a las espaldas del otro, lo conocía, y por qué lo hacia
sabia que lago andaba mal. Ahora tendría que esperar por unos días y decirle el
porqué de su inversión en el casino, ahora solo se dedicaría a descubrir porque
al llegar a la recamara Shou le abrazaba con fuerza, hundiendo su rostro a su
pecho, llorando lentamente en un ahogado silencio. Eso era lo que realmente tenía
importancia en estos momentos.
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