Vampire Love II ~Capitulo 16~ FINAL
Capitulo 16
“Octava noche”
- No somos inmortales pero tampoco
simples mortales… si nos atacamos los unos a los otros entre mismas especies,
podemos morir…
Aquellas palabras se vinieron como rayo a la cabeza de Saga, en algún
momento las había escuchado viniendo del pelinegro, pero entonces, ¿porque
todos decían que los vampiros vivían por toda la eternidad? Sin lugar a dudas
Tora tenía razón, sin pensar, todas y cada una de aquellas mentiras las decían
los aparatejos esos llamados televisores.
El castaño, Shou, había dejado su amenaza de lado. El ver a Saga
retorcerse, tratando de aguantar el dolor que por supuesto él podía ver, le
provoco alarmarse, la herida había sido profunda y se daba cuenta de ello. Saga
solo había sentido que algo provocaba que su cuerpo se paralizara en esos
instantes sin dejarle mover, su vista se había nublado por instantes mientras
jadeaba cada vez más rápido. Shou estaba seguro que con ese ataque un humano no
hubiera logrado sobrevivir ni dos minutos.
Saga se trataba de levantar pero si se movía solo un poco su abdomen
comenzaba a arder, como si en la misma herida tuviera alcohol, como si aquella
daga hubiera dejado a su paso ponzoña en el interior de su adolorido cuerpo.
Uruha solo sonrió con gran felicidad, mostrando esa sensación placentera a
Tora, demostrándole con una simple mirada que él era el vencedor, que aunque
quisiera no había nada para dar vuelta atrás. Después de tantos años estaba tan
satisfecho que incluso la presión que Tora ejercía en su cuello no le afectaba
en lo mas mínimo.
- E-Estoy bien, so… - Saga abrió los ojos al instante, no había podido
controlar aquella sensación que le provoco toser.
- Ta… Takashi…
El aire tenía un delicioso olor a sangre que todos percibieron, Tora pudo
distinguir el aroma, aquel aroma que le traía completamente loco, y aun
manteniendo bien sujeto al otro castaño por el cuello giro a mirarle,
cruzándola con aquellos ojos grisáceos mirando con temor esos labios que le
mostraban por la comisura un delgado hilo de aquel liquido carmín. Quería
estrangular a Uruha, quería hacerle sufrir el dolor que en estos momentos el
pelinegro sentía, pero nada, no podía hacer absolutamente… nada.
Por primera vez en años, sintió un miedo inmenso…. Por primera vez en
tanto tiempo, necesito el apoyo de aquella persona que por supuesto hubiese
matado a todos.
Reita quien había llegado corriendo al ver los alarmado ojos de su
castaño, aquella mirada que le pedía ayuda, se acercó a hacerlo, con esfuerzos
presionaba la herida de Saga mientras su pareja le hablaba. Saga cada vez
escuchaba toda la habladuría de Shou como ecos, tan cercanas pero a la vez
lejanos con repetitivas veces, la pesadez llego.
Los ojos de Saga estaban apunto de cerrarse y Shou alarmado se lo impidió,
había cambiado su color de ojos a aquellos adorados rojos, tomando con fuerza
la cabeza del otro. Casi junto sus frentes siendo observado por Reita a cada
momento, ahora precisamente le mostraba su pasado, ¿Porque le mantenía
despierto con esos recuerdos de las noches pasadas? aquellas dos veces que
estuvo con el pelinegro fueron las primeras cintas
en sus pensamientos.
Shou con la ayuda de Reita podían mantenerle despierto, por lo menos
obligando que no cerrara los ojos,
pidiendo a todos los demonios y dioses que impidieran a que Saga dejara este
mundo por completo, que apagara ese brillo en sus claros ojos, esa pureza que
solo un humano podía tener, Shou no permitiría que dejaran a Tora una vez mas
solo.
- ¡Tora! ¡Maldición reacciona! - Reita gritaba pero el pelinegro seguía
perdido.
- N-No sabes lo satisfecho… que estoy… – dijo Uruha, apretando sus manos
sobre las de Tora, quitándolas sin esfuerzo alguno de alrededor de su cuello.
Uruha aprovecho todas las distracciones, el shock, los nervios, el miedo,
todo lo que le pudiera ayudar para terminar ahora con Tora. Le pateo, dejándole
tirado, subiéndose a su abdomen para no dejarle escapar. Tomo con una mano sus
mejillas y enderezo su cabeza. Tora aun no podía reaccionar, no entendía porque
su cuerpo no respondía si el pedía a su cerebro que se moviera. Trataba de
patalear para sacárselo de encima pero no lograba nada, Uruha era algo pesado
además de que hacia fuerza para no dejarle escapar.
- Eres tan estúpido, tan patético… – escupió Uruha – Si Saga no se quedaba
conmigo mucho menos lo haría con alguien como tu, Alguien tan asqueroso, tan…
solo querías utilizarlo ¿no? – chasqueo sus dientes.
Tora le miro esta vez con enojo, a pesar de que sus manos no querían
reaccionar de la mejor manera se aferro a las del castaña alto, enterrando sus
uñas mientras este hacia lo mismo. Tratando de mover su cuerpo para que Uruha
se quitara de encima.
- Porque… - articulo palabras – porque quieres a Takashi… -
- ¿Porque? – Rio irónico – porque no dejaría que tú fueras feliz cuando
ahora yo sigo sufriendo, cuando tú solo lo usarías como te utilizaron a ti –
acerco su rostro al del pelinegro – para hacerlo un perro como lo eres tú. –
Tora esta vez se aferro más fuerte, se levanto de golpe empujando al
castaño mientras le volvía a tomar por el cuello. Esta vez el asustado era
Uruha, podía notar todas aquellas intenciones que tenia el pelinegro de
asesinarle, aquel brillo enfermizo, ese toque que todos tenían cuando
necesitaban ver morir a alguien. Retrocedió unos pasos pero le fue imposible
escapar.
Tora gruño, mostrando sus colmillos mientras tomaba y arrojaba con fuerza
al suelo a Uruha provocándole quejarse, quedándose totalmente desorbitado y sin
saber que mas hacer corrió hacia Saga y le abrazo empujando a los otros dos, no
sabia precisamente que decirle, solo levanto su cabeza por la nuca con una mano
mientras levantaba parte de su cuerpo.
Shou a pesar de haber tenido una separación abrupta sintió un nudo en la
garganta. Tora veía al otro desfallecer, le veía perdido, con toda aquella
sangre regada por el suelo. Buscaba una manera de despertarlo, de que saliera
del trance en que lo había dejado su amigo, aquel que ahora mismo se sobaba la
cabeza.
- No te será tan fácil Tora. – Dijo una vez más Uruha – porque no aceptas
que esta vez gane, que te quite de igual manera algo que tú me habías quitado.
–
- Na…
- ¡Saga es tan parecido! – Interrumpió – Su carácter, su porte, su manera
de hablar, ese maldito olor embriagante… No entiendo maldición, ¡¿Porque te
escogió a ti?! – grito colérico.
- Yo le escogí, ¡Él me eligió!
- ¡¡Porque no le diste alternativa!!
Pero el pelinegro ya estaba harto de todo, de Uruha, de que Saga no
despertara y hasta de él mismo. Con ojos cristalinos se acercó tan rápido como
pudo a Uruha golpeándole el rostro y parte de su cuerpo. Quería que se callara
de una vez, que no dijera que Saga le había escogido cuando aun no tenia en
claro los sentimientos de este.
Uruha no se quedaba asi como asi. El reaccionaba de la misma manera
agresiva a la del pelinegro, golpeando y buscando una manera de matarle de una
vez por todas pero no encontraba esa pequeña ranura que le pudiera ayudar con su cometido asi que ambos
siguieron con una pelea a la par, terminando justo cuando el pelinegro penetro
con su mano derecha parte de su pecho, recibiendo un mismo golpe con la misma
intensidad por parte de Uruha.
Ambos gimieron sorprendidos, todo había sido tan coordinado el uno al otro
que su sorpresa y dolor fue inmenso. Uruha callo arrodillado y Tora de costado,
uno con ambas manos en el pecho y el otro tratando de levantarse estúpidamente,
a pesar de que el golpe hacia Tora no había sido de gravedad, perdía sangre, y
que decir de Uruha, si este no hacia algo ya, no libraría el salir vivo de
esta.
- ¡T-Tora! – Grito asustado – Akira ayúdame. – la desesperación de Shou
fue inmensa y mas cuando su pareja le resto importancia a su pedimento,
dejándole con ambos mientras él se
acercaba a Uruha.
Shou no pudo evitar rabiar, que el rubio prefiriera a Uruha le hizo perder
la razón, ponerse tan colérico que incluso sus preciosos ojos se coloraron
obscuros, pero después los cerro lentamente dejándose caer una vez más al
suelo. Por lo visto Reita no le iba a traicionar.
Reita sonrió satisfecho, con una felicidad que ni el mismo pudo explicar,
por lo visto Tora había dado un golpe bastante fuerte pero Uruha seguía con
vida. Se acercó al que decía ser su amigo, arrodillándose, ayudándole a
enderezarse para que ambos se miraran. El rubio le abrazo mientras Uruha hacia
lo mismo. ¿Le dolía? Por supuesto que no, pero la manera en que el otro le
miraba, le causaba cierta tristeza.
- Rei-chan… siempre supe que no estabas en mi contra… – Uruha le miro
justo cuando la mano de Reita se posiciono en su herida apretando, haciéndole
pensar que trataba de detener la hemorragia – necesito sangre, sanara si tomo
solo un poco… - jadeo.
Pero aquellas palabras, tan blandas, tan necesitadas, aquella manera de
hablar no provocaba que el rubio pudiera doblegar, que le ayudara, pero Reita no
podía, no ahora, si lo hacia estaba seguro Shou no se lo perdonaría y Uruha,
sintiéndose recuperado volvería a atacar.
- ¿Me lo estas ordenando? – susurro con cierto enojo el rubio.
- No, solo ayúdame…
- ¿Y porque debería de ayudarte?
Uruha le miro sorprendido. Ese no era el fiel compañero Reita que le
seguía para todos lados, sus palabras no habían sido dichas sin ninguna
importancia como siempre, estas eran frías y con cierta indignación, no era el
mismo Reita que cumplía sus caprichos innecesarios, su voz estaba cambiada en
un tono asquerosamente desconocido al hablar. Solo una sonrisa fue la que
apareció en sus labios pero desapareció a los instantes.
Una fuerte punzada le hizo ver la realidad.
- Reita tu…
Esto seria una de las cosas que nunca volvería a hacer. Aprovecharse de
una situación tan similar, nunca, pediría perdón si, pero ahora lo que mas
importaba era terminar de una vez por todas con lo que el mismo había comenzado.
Suspiro para sus adentros, tragando saliva trabajosamente y como pudo, sin
dejar de cambiar su expresión en el rostro, introdujo su mano sádicamente en la
herida ya hecha, girándola dentro para que actuara mas rápido.
- Ya no te necesito, gracias a ti pude conocer a Kohara más rápidamente. –
Dijo firme – Deberías de comprender la situación, Uruha… – la mirada de este
era de completo dolor, asombro - ¿Ahora entiendes lo que es ser usado por
alguien más? ¿Ahora entiendes que yo te utilice tal y como Aoi lo hacia con
Tora? No debiste de haber hablado, tu solo necesitabas aprender que esa
tontería de matarle era eso, una simple estupidez. Nada te regresaría a Hiroto,
ni la misma muerte de ellos. –
¡Uruha no se la creía! ¿Reita había estado actuando todos estos malditos
años solo por el capricho de acercarse a Shou? ¿Por el simple hecho de poder
hablarle? ¡Estupideces! Él no podía haberlo usado solo para eso, ¿entonces el
apoyo donde quedaba? Todo lo que habían hecho, ¿todo lo que habían matado ambos
solo era fingido? ¡No! Uruha se negaba a reconocerlo, negaba el reconocer que
había sido una pequeña marioneta tal cual como Tora, tal cual como aquel que
siempre le asqueaba, tal cual como lo que siempre odio.
Pero en efecto algo había de eso, Reita lo había utilizado pero no desde
el comienzo en que ambos se habían conocido. Todo había sido años después cuando
vio a Shou con Aoi ¿no?, cuando le había robado a su presa ¿verdad? cuando
pensó que esos dos tenían algo y había jurado separarlos por un simple
capricho, algo que se hizo más fuerte mucho después. Todo lo que había en Reita
ahora mismo no era más que simple diversión, porque el verle casi moribundo le
causaba una sensación de satisfacción ¿no?
- Gracias… - y con esa sonrisa aun en sus labios, se despidió Reita,
mordiendo el cuello blanco y frio del castaño, succionando ese líquido vital
que siempre quiso probar, mientras su mano perforaba mucho más hasta salir por
la espalda.
Shou aun seguía parpadeando, sentado recobrándose por la intromisión del
pelinegro al empujarle. Podía ver a Akira, no con claridad pero si estaba
consiente de todo aquello que aquel hablaba. No podía creer que Reita se
hubiese acercado a “su amigo” solo por cuestiones como aquellas y no por
territoriales. Estaba tan alagado, tan estúpidamente contento que incluso no se
inmuto la tristeza de su mismo amigo.
Reita dejaba el cuerpo de Uruha sobre el suelo una vez más, con tanta
delicadeza provocando que Shou chasquera los dientes, que extendiera una mano y
le pidiera ayuda para reincorporarse. Una sonrisa tonta se dibujo en sus labios
cuando los de Reita hacían presión con los suyos, cuando compartía ese
delicioso líquido que aun mantenían sus labios.
Estaban siendo insensibles no importándoles que Tora o Saga estuviesen
sufriendo. Shou a pesar de todo trataba de separase pero simplemente aquellas
manos que rodeaban su cuerpo no le dejaban ni girar a mirarles.
- No me dejes Takashi… - suplico. Tora sintió como algo dentro de su
cuerpo dio un vuelco al ver aquellos ojos mirarle.
- S-Shinji… N-No soy nada tuyo, ¿recuerdas?… - susurro despacio el castaño
– Tu mismo lo has dicho… no soy como él. -
- No te fuerces en hablar, solo no cierres los ojos, quédate conmigo…
Todo se vino abajo en ese momento, Tora sintió como un nudo en su garganta
amenazaba con estrangularle. Porque Saga seguía con mencionar a Aoi, porque él
era todo el problema si ya no estaba y su muerte había sido superada. Porque
Saga no entendía que todo esto lo hacia por su promesa y no porque aun le
doliera lo que había pasado. Porque demonios no se daba cuenta que su prioridad
ahora era precisamente él… Takashi.
- No quería igualarte – dijo Tora – no quería exponerte a esto… todo lo
que hice es porque no puedo faltar a mi palabra, porque lo jure y nada mas que
eso. –
- Pero aun sigue aquí… - Saga había puesto su mano en el pecho de Tora,
justo donde debería estar su corazón – y aquí… - esta vez señalo su frente
deslizando la yema de sus dedos por las mejillas del pelinegro – No puedo
competir con eso… -
- No es competencia Takashi, quédate conmigo, te necesito… ya no podría
estar mas tiempo sin ti.
- Te amo…
- ¡No lo digas! No ahora…
Y justo cuando Saga iba a decir algo mas su mano que seguía acariciando
parte del rostro del pelinegro callo en seco a un costado. Saga estaba hasta el
límite de ambas líneas, vivir o morir no era una fácil decisión.
- Hey Takashi… - Tora se sobresalto comenzándole a zarandear - ¡Takashi
no! ¡¡No cierres los malditos ojos!! – Sus ojos se cristalizaron al instante
recorriendo los castaños cabellos con desesperación - ¡¡No me dejes!! ¡¡Despierta
maldita sea!! -
Tora mordió su propia muñeca, para después de hacer un corte acercarla a
Saga, pero este no tenia ni las fuerzas de beber y Tora cada vez perdía mas
sangre.
- ¡¡Takashi despierta!! – Sorprendentemente las lágrimas salieron de los
ojos del pelinegro, cayendo sobre el rostro del castaño y deslizándose por sus
mejillas – No me dejes… - Hipo.
- Tora ya dejémoslo…
- ¿Porque lo que amo se va, Shou? Porque me dejan solo una vez más… - Tora
negaba, sus manos apretaban con fuerza el cuerpo del castaño- Lo amo… No quiero
que me deje, yo… - Una fuerte bofetada por parte de Shou le paro en seco.
- No estas solo maldición. – Tora pudo ver que Reita se encontraba a una
distancia prudente del castaño, con los brazos cruzados sonriendo con burla - Me
tienes a mi… -
Shou cada ves se estaba estresando mas, le desesperaba el ver que Saga no
reaccionara y tal vez no reaccionaria jamás. Que Tora siguiera comportándose de
esa manera sin hacer nada. Pero Tora no entendía. ¿Porque todo le quitaban?
¿Acaso era condena? ¿Acaso tenia que sufrir la eternidad por algo como esto? Si
Saga moría él le seguiría hasta el infierno.
Reita por supuesto que había retrocedido unos pasos soltando la cintura de su pareja.
Cuando este había elevado la mano abierta supo al instante que debería de
retirarse si no quería que el golpe también fuera para el, pero cuando Shou la
estampo en la mejilla del pelinegro se acercó una vez mas. Podía notar que a
pesar del fastidio y enojo de Shou también había algo de impotencia, tristeza y
no tuvo más remedio que borrar aquella miradita suya.
- Aun se puede hacer algo – Dijo de repente - lo he hecho con Uruha, solo
déjamelo a mí – Tora aun con ojos llorosos le miro desconfiado – Saga no puede
morir asi, es algo tan estúpido pensar que moriría tan fácil con solo ese
ataque. –
-¿De verdad? – Shou le miro ilusionado abrazándose a él cuando el rubio
había asentido con una sonrisa.
- ¿Como sé que no harás nada? – Interrogo el pelinegro - ¿Como sé que tú
también no me lo quitaras? -
- ¿Y ensuciarme las manos de nuevo? – Sonrió con asco – No gracias, además
no tenemos tanto tiempo como para darte el lujo a desconfiar. –
Shou toco su hombro, pidiendo que confiara y asi lo hizo, que mas podía
pasar si sabia que Saga ya no volvería, que ya no regresaría con esa
prepotencia que le caracterizaba. Dejo su cuerpo al cargo de Reita mientras
Shou le ayudaba a levantarse. Su Saga ya no regresaría aunque pidiera a dios
una oportunidad. Reita había salido casi disparado dentro de la gran casa que
anteriormente compartía con su amigo castaño. Tora estaba detrás de él,
cuidando el cuerpo de Saga que el rubio mantenía cargado de forma nupcial,
desconfiando más aun solo de ver ese pequeño acto.
Shou los seguía a paso lento, él a comparación de Tora, confiaba
totalmente. Llegaron a la casa y Reita con una patada mando a volar la mesa de
centro, acostó a Saga sobre la alfombra, se acomodó junto a su cuerpo y arranco
la camisa que le impedía el paso para ver la herida. Reita a comparación de los
otros dos, al haber nacido asi como era, un vampiro, sabía que había una
solución, una que los otros dos a su corta
edad y desinterés ni siquiera se imaginaban existía.
- ¡¿Que haces?! – grito, si algo odiaba era que alguien mas tocara de esa
forma a Saga, de la forma como Reita lo hacia.
- ¿Quieres que se levanto, no? – Dijo en rubio - Asi que, no interfieras.
-
Porque decir que Shou no sintió un coraje inmenso al ver como Reita
despojaba de la camisa a Saga, de ver como sus dos largos dedos tocaban parte
de su pecho y vientre. Quiso en ese momento gritar, decirle al rubio que dejara
de tocarle, pero todo aquello desapareció en cuestión de segundos. Aquella
sonrisa de Reita le había hecho sentirse mas relajado, aquellos ojos color
carmín del rubio le dijeron que todo estaría bien, que solo lo hacia por
ayudar.
Reita sabia que Saga aun estaba vivo, era tan igual a como cuando herían a
Uruha y este recurría rápidamente a él para que le ayudara a ponerse de pie, siempre
buscando un punto vital donde pudiera alimentar
a su amigo castaño. Siempre batallando con Uruha por no tener pulso alguno,
pero esta vez era más diferente, mucho más distinto. Saga al haber sido
convertido hace tan poco tiempo aun mantenía eso distinto que los vampiros convertidos perdían con el paso del
tiempo.
- Creo que aquí esta bien… - hablo para si mismo el rubio.
- ¿Que harás? – ignorado.
Reita había dejado sus colmillos al descubierto, mordiendo tan solo unos
centímetros a lado de donde estaba la herida con profundidad. No succionaba o
saboreaba la sangre, no tenia el interés de probarle cuando de alguna manera
Uruha le había dejado satisfecho.
- ¡Suéltalo maldito! – Tora estuvo a punto de lanzarse. ¡Lo sabia! Sabia
que Reita solo aprovecharía las circunstancias para alimentarse de la sangre de
su castaño, para zacear el hambre que tenia, para terminar de arrebatarle lo
poco que tenia aun de Saga. Grito, tratando de zafarse del agarre de Shou - ¡¡Suéltalo
o te mato!! –
- ¡Tranquilízate Tora! – Grito Shou jaloneándole - ¡Si no te tranquilizas,
seré yo quien te mate! – Tora paro en seco, aquel gruñido de Shou había sido
algo que jamás imagino, esa faceta furiosa de su amigo y compañero nunca la
había visto desde aquella ultima vez donde precisamente se había comportado de
la misma manera.
- ¿No vez lo que esta haciendo? -
volvió hablar el castaño ante el shock del otro - ¿No te das cuenta que solo te
esta ayudando? – Tora bajo la mirada – No puedes seguir asi, si dice que puede
haber una solución debes de creer en él, no puedes seguir tan desconfiado, yo
sé que Reita no es igual a Uruha, y si yo lo digo deberías de confiar por lo
menos en mi. –
- Pero es que no soporto que siga dándome ilusiones, ¡No quiero que me
diga después que no se puede hacer nada!
- ¡Escúchame bien! Te lo dije aquella vez ¿no? Te dije que estarían juntos
pasara lo que pasara ¡Nunca me equivoco! ¡Mis premoniciones siempre son
asertivas!
Y si, exactamente como Shou lo decía era verdad. Cada que veía algo o cada
que sentía algo era como una señal, siempre indagando por ver el futuro de los
demás, siempre tratando de ayudar cuando algo saldría mal, ¿y ahora Tora venia
con esto? Si algo tenía Shou era el saber enfadarse cuando sabia que todo lo
que decía era verdad y los demás no confiaban en él.
Reita seguía con su labor, tan calmado que si alguien le viera diría que
le importaba lo mas mínimo si aquel ser en sus pies moría. Pero no era asi,
sino, que Reita tomaba todo con calma, sin alterarse, sin estresarse para que
todo diera resultado. Incluso se sentía algo divertido, era la primera vez que
veía gritar a su pareja de aquella manera.
Con una sonrisa aun en los labios mordió su muñeca, probando su propia
sangre al separarla de ellos. Acerco rápidamente su propia herida algo separada
de Saga, dejando que su sangre escurriera exactamente en el lugar donde habida
mordido. Algo realmente raro sucedió en ese momento, justamente la herida
absorbía todo aquel liquido vital con facilidad, algo que provoco que los otros
dos abrieran los ojos expectantes.
- ¿A-Akira?
Reita le miro curioso, no entendiendo porque era que estaban tan
sorprendidos.
- Descuida, es algo normal… - tranquilizo al otro – esto es algo que hacia
cuando Uruha salía herido de cualquier pelea – explico – la primera vez que le
vi tan mal aparte de hoy fue cuando peleo con Aoi, mucho antes de que estuviera
Tora. Esa vez pensé que moriría pero me pidió que hiciera esto – rio divertido
– no entiendo como es que algo tan importante y que se supone deberían saber,
no lo saben… lo entiendo por Tora pero tu Kohara, has vivido bastante. –
- Si pero… - Reita solo sonrió de medio lado.
Shou se sonrojo un poco por la vergüenza, Reita tenia toda la razón, pero
es que él no había tenido que hacer algo como esto, incluso tal vez Aoi lo
menciono pero no como debería de haber sido sino él lo recordaría claramente,
además de que Aoi nunca había necesitado de hacer algo asi ya que era tan
cuidadoso en peleas y nunca salía herido de gravedad.
- Nunca tuve la necesidad de hacer algo como esto… - dijo avergonzado.
- Lo se. – Respondió el rubio – Aoi nunca haría algo que te preocupara y
Tora es igual ¿verdad? A pesar de ser tan malditos, ambos tenían sentimientos.
-
Tora no sabia si esto era burla solo para molestarle o lo había dicho
seriamente, aunque claro, hasta el mismo pelinegro pensaba ahora de la misma
manera. Antes todo su alrededor le decía con letras mayúsculas “Aoi” y ahora
después de tanto tiempo era bastante diferente, Shou le preocupaba, hacia todo
lo posible para no hacerle preocupar y Saga, este estaba en todo a cuestión de
su castaño, si hablaba o si se movía e incluso ahora sentía un gran
agradecimiento hacia Reita.
El rubio quien a pesar de estar manteniendo una platica, estaba también al
tanto de su propia sangre, sabia la cantidad necesaria que podía regalarle al
castaño asi que al haber bebido de Uruha, podía por lo menos darle mas de lo
necesario sin que le dejara cansado o sofocado.
Se levanto y lamio su propia herida mirando como a los pocos segundos esta
cicatrizaba rápidamente. Desvió su mirada hacia los otros dos y con una sonrisa
extendió su mano moviéndola hacia si para que Shou se acercara. Este
rápidamente le hizo caso siendo abrazado al instante mientras él le daba un
golpe en el brazo con fuerza.
- ¿Oye porque me pegas? – Rio despacio sobando parte de su hombro y brazo
– tienes la mano pesada. –
- Ya hablaremos después sobre Uruha. – Susurro despacio cerca del oído de
Reita mientras le abrazaba por la cintura – Dijiste que no te meterías y
dejarías que Tora se encargara. –
- Digamos que Uruha me la debía desde hace mucho, ¡Además! - grito esto último mirando de reojo a Tora –
creo que merezco un ¡Gracias! Por parte de ¡Alguien! ¿No lo crees amor? –
Tora quien ya se encontraba hincado junto a Saga, escucho todo, lo de
Uruha y por supuesto los grititos que daba la pareja de su amigo. Giro a
mirarle sin soltar la mano del castaño, la cual había sostenido desde que se
acercó.
- Reita – Dijo el pelinegro enojado relajando sus facciones cuando los
otros dos le miraron – Gracias… - agacho la cabeza.
- Vez como hay veces… que puedes llegar a ser tan lindo…
Aquella vocecita delicada hizo que la felicidad de Tora regresara, Reita
sonrió y Shou a su oído le agradeció, por Tora, por Saga y por el mismo, por
ayudarles a aquellos que eran sus amigo. Reita solo le dio un corto beso
regalándole un giño. Negando lentamente con la cabeza.
- ¿T-Takashi estas bien? – pregunto desesperado.
- Estoy bien… no pasa nada, ¿si? – Saga se enderezo un poco mirándose sin
camisa, sin la herida que debería de tener – Pero como se curo… -
- Con poco de magia – dijo el rubio con sarcasmo, recibiendo un codazo por
parte de Shou – Ya, esta bien. – Rodo los ojos – solo hice lo que debería,
déjalo asi. –
- Supongo que… gracias. – Saga agacho un poco la cabeza en forma de
agradecimiento.
- No te des tanta importancia, Shou me lo pidió…
- Oye, yo no te pedí nada.
- No lo digas… – le apretó a su cuerpo – Solo que Shou estaba preocupado…
– el nombrado le miro mal – Ya bien, ¡Bien! Solo quería ayudar y antes de que
digan algo yo mejor me voy – tomo la mano de Shou – tengo que despedir a Uruha
como se debe además de que perdí sangre y tengo hambre y quiero estar ¡A solas!
con Kohara –
Tora alzo una ceja, Reita hablaba tan rápido que no había entendido nada
mas que aquel “A solas” que había gritado para aspirar aire. Les vio irse o mas
bien Reita arrastrar a Shou fuera de la casa mientras este gritaba un “Me
alegro que estés bien Saga” para desaparecer por la puerta.
Shou llevaba una sonrisa en sus labios mientras se dejaba guiar por el
rubio, abrazándose a su brazo sin que ninguno dijera algo. Solo pudo ver como a
la lejanía el cuerpo de Uruha seguía intacto, sin moverse, con la piel algo más
oscura de lo normal. Shou no pudo evitar sentirse un verdadero estúpido cuando
se había quedado parado, cuando Reita se había sentado en el suelo junto a
Uruha.
- ¿Le extrañaras? – Pregunto observando con detenimiento al rubio.
- No… - sonrió divertido al ver la mueca en los labios del otro. Extendió
su mano y jalo a Shou hacia si sentándolo sobre sus piernas – Solo extrañare
pelearme con el. -
- Eres un tonto. – sonrió dejando salir un suspiro, agachando la cabeza
algo avergonzado – Por un momento pensé que le ayudarías a el… -
- Si hubiera sido asi, ¿que me harías?
- Te mataría…
Shou sonrió acercándose a sus labios, depositando beso tras beso mientras
la sonrisa de ambos se convirtió en risitas traviesas. Reita por supuesto que
no le dejaría escapar esta vez. Se aferro a sus caderas acomodándole mejor,
haciendo que Shou le abrasara por la cintura con sus propias piernas. Una
mierda lo que pudieran decir, aunque claro estaba que nadie diría nada. El
rubio comenzó a mover sus caderas hacia arriba provocando que aquella erección
la cual se endurecería mas, chocara con el trasero del otro. Shou gimió
despacio separándose de aquel beso que mantenía entre los dos.
- ¿Qué pasa? – pregunto despacio sin dejar de mover su cuerpo, sin dejar
de arremeter sobre la tela.
- Estamos frente a un cadáver…
- Arreglémoslo entonces…
Reita extendió una mano hacia la punta de la gabardina que mantenía Uruha.
En su mente le regalo una inmensidad de “gracias”, por cada momento, por cada
minuto de peleas, enojos, de cosas que ambos compartieron. Si Reita tenia algo
era que precisamente sabía agradecer todo. Y con un movimiento en sus manos
sobre Uruha al tronar sus dedos comenzó a encender fuego sobre el. “Disfruta de
Hiroto por la eternidad” habían sido sus últimos pensamientos antes de mirarle
por ultima vez. Antes de ser tumbado por su castaño y ser besado como nunca.
Sintiendo su cuerpo restregándose, escuchando palabras en su oído que le
provocaron volverse loco.
* * * * * * * * * *
La noche anterior había sido una de las que Reita no olvidaría en toda su
jodida existencia. Shou tan provocativo, tan no dejándole hacer absolutamente
nada. El mismo con una personalidad más que enferma, perversa, le había hecho
de todo a Reita, haciéndose de todo con aquel cuerpo que solo supo disfrutar y
para joderle, y no borrar la vergüenza que Shou mantenía en estos momentos, lo
había echo en el maldito jardín frente a las cenizas de Uruha
Ambos parejas estaban en la sala de la casa que pertenecía a Tora y por
supuesto a Shou. Tora sentada de perfil con su pie derecho arriba del sofá,
abrazando por la cintura al castaño que permanecía sentado entre sus piernas.
Reita manteniendo a Shou en una pose algo parecida, solo que el castaño
mantenía aun su cara completamente roja y cruzado de piernas. Todos o mejor
dicho el Rubio y pelinegro platicaban y debatían sobre un problema en especial.
- Nadie saldrá de aquí. – Dijo demandante – Es mi última palabra. -
- ¿Acaso necesito pedirle permiso a alguien como tu? – Alzo una ceja - Yo
dije que quería quedarme con Shou en mi casa. -
- No te estoy corriendo pero si te quieres largar la puerta esta demasiado
grande como para que no puedas pasar por ella. – Contesto el pelinegro – Solo
que si sales no te llevas a Shou. –
- ¿Eh? ¡¡Que!! – Hablo finalmente Shou – Eso es algo por lo que yo solo
puedo decidir. -
- Vamos Shou – dijo Saga – Tora no habla enserio. –
- Estoy hablando muy enserio. – Dijo firme – Ha estado por mucho tiempo
conmigo como para que se vaya asi como asi. –
- Pero no dije que me quedaría contigo para siempre, además ya tienes a
Saga asi que yo puedo irme con…
- ¡No te vas!
Shou frunció el ceño con molestia, quien diablos se creía Tora como para que
no le dejara irse con Reita ¿porque ahora se ponía asi? Pero pensándolo bien
Tora era asi, siempre esperando por él, preocupándose y estando a su lado, era
como un hermano mayor aunque claro aquí el mayor era Shou, pero aun asi parecía
el más pequeño.
- Eres tan insoportable. – Bufo el rubio – Asi que queda prohibido
espiarnos cuando hagamos nuestras cosas. –
- Ni quien quiera espiarlos, maldito imbécil.
- No se podrá vivir en paz aquí con este estúpido de mierda. – Contesto
Reita – Vamos Shou, busquemos un puto cuarto donde podamos estar. – se levanto
jalando al mencionado dándole una nalgada haciéndole avanzar – Domestícalo Saga
que alguien como él me castra. –
Antes de que Tora se levantara a golpearle el rubio huyo con una sonrisa. Shou
respondió con una risita, caminando por delante. Ambos subieron las escaleras y
una vez dar vuelta hacia donde las recamaras sintió los brazos del rubio
empujarle hacia la pared chocando de frente, sintiendo aquellos labios en su
nuca provocándole retorcer. Reita por supuesto que le necesitaba y le importaba
una mierda si la noche anterior además de caliente y maravillosa hubiese sido
la mas prendida de su vida.
- Te quiero… - susurro el rubio - y sé que tu me amas… - Shou solo sonrió
como podía – dímelo… -
- E-Es vergonzoso…
Shou jadeaba, con tan pocas caricias, besos, con tan poco que Reita
pudiera hacerle le prendía de sobremanera. Las manos del Rubio masajearon sus
piernas, sus glúteos, guiándolas hasta el botón de sus pantalones el cual
desabrocho bajando el cierre con rapidez. Sintió sus manos colarse dentro,
masajeándole con desesperación y rudeza.
- ¿Follamos aquí o en la recamara? – pregunto Reita lesivo, lamiendo con
lentitud el oído del castaño.
- Q-Que te parece si lo hacemos en el jardín…
Reita sonrió girando el cuerpo del otro, jalándole hacia si mientras un
grabe gemido de Shou le provoco un estremecimiento. Le beso mientras sus manos
bajaban desde su pecho, nalgueándole una vez más al castaño para que de un
brinco ágil cargarle.
- El jardín es buena idea… - Reita comenzó a caminar mientras Shou se
aferraba con sus piernas a su cintura – pero prefiero hacerlo después, ahora,
necesito hacer lo que yo quiera, ¿recuerdas? – Una sonrisa se dibujo en ambos.
- ¿Lo que quieras? – Reita asintió abriendo la puerta de la habitación del
castaño – No recuerdo haber estado de acuerdo en algo como eso… -
- ¿Ah, no?
Y como si eso hubiese sido un reto, el rubio le lanzo sobre el colchón,
subiéndose encima de su cuerpo, tomándole de las manos para posicionarlas sobre
su cabeza. Por supuesto que a Shou le encantaba eso de “provocarle” y con una
mirada llena de placer se relamió los labios, para con sus mismas piernas
aferrase a sus caderas tumbándole encima. Sus labios le buscaron dándole solo
besos cortos, su lengua dibujo un corto camino en su cuello antes de que el
rubio se lo impidiera.
- Hoy las cosas se hacen a mi manera… - susurro sobre sus labios haciendo
mas presión sobre las muñecas del castaño – Dime Shou, ¿alguna vez hicimos el
amor con los ojos cubiertos? –
- No cariño, pero incluso si quieres que juguemos a algo sádico, sabes que
sabré cuales son tus movimientos, a donde guiaras tus manos e incluso leeré
cada una de tus expresiones aun teniendo una tela cubriendo mis ojos… - sonrió
con autosuficiencia.
- ¿Lo crees? - Shou estuvo a punto de asentir para cuando se vio
completamente solo sobre la cama, pero cuando estuvo a punto de levantarse una
vez mas el cuerpo del rubio, ahora sentado sobre su vientre se lo impidió – ¿A
donde ibas? – una sonrisa sádica se dibujo en sus labios.
- ¿Q-Que haces?
- Oh vamos, tu lo has dicho, no tienes por qué preocuparte si conoces
absolutamente todos mis movimientos…
Shou había abierto los ojos, tratando de zafarse del ahora amarre que
Reita estaba imponiendo en sus muñecas. Tenia que estar loco, ¿de donde diablos
había sacado aquellos pedazos de tela? Sabía que los movimientos del rubio eran
bastante rápidos, pero de eso a que él no se diera cuenta que había roto parte
de la cortina, era mucho. De un momento a otro se vio atorado, sus manos
simplemente habían sido amarras con fuerza con aquellas telas de terciopelo
grueso. Reita tenía que esta completamente loco.
- Suéltame Akira. – casi rogo pero fue imposible, cuando quiso levantarse
se vio en la situación mas estúpida de su vida. Sus manos además de estar amarradas,
estaban unida con otra la cual rodeaba parte de la cabecera de la cama,
amarrada en aquellos delicados y elegantes barrotes solidos. Le miro con miedo
– Akira, amor de verdad, suéltame… -
- No lo hare… - fue lo único que contesto antes de bajar con su boca
dejando besos por todo su pecho
Sus manos viajaban por aquel cuerpo que prácticamente no podía moverse y
solo pataleaba, movió sus dedos desde su cuello hasta sus piernas. Bajando
ambas y deshacerse del maldito pantalón. ¿Shou se quejaba? Porque diablos lo
hacia si se encontraba mas duro que un jodido palo. Reita no podía evitar
pensar que lo que veía era realmente maravilloso, que prácticamente aquello,
era lo que iba a degustar por toda la noche.
Shou se retorcía, trataba de mover sus manos pero la tención, las
caricias, y aquella manera en mover la lengua del rubio no se lo permitía, solo
haciendo jalones que no solucionarían ese nudo en sus manos. Sintió como Reita
le acaricia las piernas, como las levantaba para que le abrazara con ellas. Sus
pernas prácticamente se encontraron sobre los hombros del otro.
-M-Maldición…
Shou mordió sus labios haciéndolos sangrar, Reita besaba su entrepierna
justo como si le estuviera besando, le mordía tan levemente que una corriente
es sus ingles le hacían sentir un placer extremo. Reita le miraba, cada
expresión, cada movimiento que Shou hacia con su lengua sobre sus labios.
Gemía, jadeaba cada que le hacia lo mismo, sus piernas se levantaban, se
aferraban a su cuello casi asfixiándolo.
- ¿Te gusta? – Lamio con lentitud - ¿O quiere que quite esta estorbosa y
maldita tela? –
- Quítala amor… nhhh, quítala ya… ¡Ahhh Akira…! –
Gimió una vez mas casi gritando,
arqueando la espalda al haber sido desprendido de aquella prenda con
brusquedad, provocando que su erección chocara sobre su propia pelvis. Su
gemido le había causado una vergüenza extrema, y más cuando aquella dureza se
movía y palpitaba.
Reita se relamía los labios, seguía
moviendo su mano con desenfreno, jadeaba, necesitaba que Shou sintiera todo
aquello a flor de piel. Le tocara cada vez mas, le besara, subía su cuerpo
provocando que toda su ropa rozara con el desnudo del otro, y a pesar de que el
castaño aun seguía con camisa, no se reprimió en morderle, e dejar marcas
bastante rojas en pecho y cuello. Y Shou, este no podía moverse, no podía
tocarle, y vaya que necesitaba hacerlo, besarle, morderle, transmitirle aquel
delirio que Reita le regalaba.
- Estas bastante necesitado, Shou.
- E-Estas jodidamente lento, Akira…
quítate la ropa, no quiero ser el único asi…
Reita sonrió al ver el sonrojo del castaño. Guio sus manos a sus caderas
levantándolas con brusquedad gimiendo ambos ante el contacto. Shou estaba
sufriendo, Reita tocaba todo menos la parte que el quería que tocara. Estaba
sintiéndose tan tonto, tan necesitado tal y como el otro lo había hecho pero no
quería decirlo tan directamente solo hacia señas con sus ojos pero Reita se
burlaba.
Pero Reita entendía, sabia sus necesidades, sus miradas, sus suplicas en
pensamientos asi que levantándose y dejando al otro completamente desorbitado
comenzó a desvestirse con lentitud, ante aquellos ojos que prácticamente le
ayudaban a desvestirse. Y otra sonrisa se dibujo casi de oreja a oreja, Shou
estaba rojo, completamente, y su cuerpo reaccionaba ante lo que veía, por su
puesto que el castaño había notado su gran excitación, que esta igual o incluso
mas necesitado que él.
Uno de los dedos de Reita comenzaron a hacer haciendo círculos en la punta
de su propio miembro, lo delineaba por completo y él otro solo se mordía el
labio tratando de reprimir sus gemidos ante lo que veía. Shou cerró los ojos
fuertemente no queriendo mirarle más. y a los pocos segundos sintió como algo
húmedo bajo por su pecho, su vientre y entrepierna, bajando mas hasta llegar a
su entrada justo donde dejo salir un pequeño suspiro. ¡Era su lengua! Dios,
aquella que penetraba lentamente su entrada era la lengua del rubio y su mano,
esta tocaba su extensión de arriba abajo, masturbándole tan lento como su
lengua jugara. Sintió una mordida en sus glúteos antes de gemir tan
ahogadamente cuando sus labios se apoderaron de su sexo.
Reita succionaba como desquiciado, casi tratando de que a los segundos
de aquello Shou dejara cualquier cosa en su boca.
- Ahhh… mas rápido… Akira más…
Obedecía, lo que Shou quisiera lo haría. Pero esta no era la idea
principal, quería hacerle gozar si, agradecerle por la noche pasada, si, pero,
porque no experimentar con todo lo que se le viniera a la mente, porque no
aprovechar el que Shou le haría lo que quisiese aumento la velocidad en
definitiva no podía desaprovechar esta oportunidad. Se acomodó, llevando sus
rodillas a los hombros de Shou, quedando encima, dejándole una vista que
provoco que Shou sintiera un placer inmenso.
-Chúpalo…
Esa postura, esa mirada que Reita le daba le volvieron loco, no le importo
estar amarrado, no poder tocarle, no poder siquiera meterlo el mismo a la boca.
Solo con la ayuda del rubio quien bajo sus caderas pudo degustarse de aquella
dureza como un vivo dulce, succionando, mordiéndole mientras es otro
prácticamente hacia lo mismo. Esta vez Reita succiono mas deprisa, adentrando
todo aquel pedazo de carne a la boca por completo, sintiendo las arcadas de
Shou cuando el suyo entraba hasta su garganta, mordiendo levemente, sintiendo
aquel liquido amargo que comenzaba a chorear dentro. Ambos se volvieron locos,
Reita lo hacia el mejor sexo oral como un loco y Shou, este hacia lo posible
por complacerle aunque no pudiera tocarle.
- D-Déjalo ya… aghhh… ¡Esto es demasiado! Ahhh…
- Espera... – dijo lamiendo su hombría, suspirando y gimiendo sobre ella.
- R-Rápido…
Reita succiono por última vez, con fuerza, enredando su lengua hasta que
un gemido por parte del otro recibió su esencia en su boca, se acomodó
rápidamente, observando los ojos llorosos del otro, su manera de rogarle con la
mirada. Tomo su palpitante erección y le penetro de una estocada, no
importándole si Shou estaba preparado o no, verle gritar, gemir, suspirar ante
aquello, fue lo mas excitante. Se pego a su cuerpo penetrándole mas, despacio y
llevando sus manos a las del otro, le desato.
- Eres un completo animal… - suspiro regularizando su respiración,
aferrándose al cuello del otro con una mano, apoyándose con la otra para
levantarse y quedar sentado sobre el rubio. Y con una sonrisa sádica, elevo su
mano estampándola contra la mejilla del otro.
- ¿Q-Que te pasa? – sus sorpresa fue inmensa mucho mas cuando Shou comenzó
a besarle con desenfreno, moviéndose de arriba-abajo auto penetrándose el
mismo.
- Por qué demonios… me amarras… dios…
Reita movió sus caderas hacia arriba cuando Shou bajaba, llevando un
camino cada uno a su manera. Shou le besaba y Reita le correspondía con hambre,
adentrando su lengua, jugando con la ajena como si de ello dependiese todo el
valor de su vida, cada suspiro dado. Shou se aferraba, moviéndose aunque dolía,
aunque sentía romperse. Pero era Reita, su Reita era quien le arremetía con
delicia, quien estaba a punto de partirle en cuatro.
- Mas rápido… ¡Ahh mas!...
- ¿Me lo estas ordenando? – Susurro sobre sus labios mordiéndolos después.
Odiaba que le ordenasen, que le dijeran que hacer pero…
- ¡T-Te lo estoy ordenando maldición…!
- Como tú digas mi amor…
Por fin sus brazos y manos descansaron, Reita le había tumbado al colchón,
posicionándose entre sus piernas, envistiéndole con una rudeza excepcional. Sus
gemidos y los rechinidos de la cama se unieron, aquellos gruñidos que Reita
daba eran tan prendidos, tan maravillosos que sentía explotar, aquella glande
le llenaba por completo no tocando su próstata sin ningún esfuerzo. Le hacia
ver el cielo, llevando al infierno mismo, tan caliente, tan prendido que no
podía evitar retorcerse.
El rubio le penetro una vez más por varios minutos cuando el castaño le abrazaba
con las piernas, empujándole hacia delante de manera bestial. Aferrándose a sus
cabellos casi queriéndoselos arrancar. De un gemido fuerte, grave, con un
estruendo de la misma cama, Shou termino entre ambos vientres no pudiendo
aguatar mas como Reita le seguía arremetiendo a su cuerpo.
- Eres tan… dios Shou me vuelves loco…
- Re-Reita… te amo, maldición… como te amo….
Unas fuertes envestidas más tocando aquel punto y el éxtasis en ambos
aumento, Reita estaba en shock, pero tan excitado que no pudo detenerse. Se
incluso cuando en otro contraía deliciosamente su entrada, sabia que era mucho
pero tenia que aguantar más, pero aun asi, finalmente se corrió en su interior.
Por milésima vez en esa noche se besaron, uno largo, tierno y a la vez tan
rudo, con aquella calidez que a ambos les encantaba. Aquellos ojos grisáceos de
Shou se cruzaron con los suyos, tan hermoso, tan grandes como verdaderas joyas.
- Te amo… - dijo Reita – Tanto maldición… -
- N-No, no espera. ¿Qué pasa? – se alarmo, por supuesto que lo hizo. Reita
se había aferrado a su cuello, suspirando, susurrando cosas que prácticamente
no entendió. Su cuerpo se tensó cuando un gemido ahogado se apodero del otro, ¿estaba
soñando verdad? Reita, él no estaba llorando ¿verdad? – Akira, mírame… - y solo
trago saliva, tratando de no hacer sentir mal al otro, le tomo por la mejillas
- ¿Qué pasa amor? -
- ¿S-Sabes cuanto espere por esto? – Negó rápidamente – Shou, no, Kohara… ¿sabes
cuanto tiempo necesite escucharte decir aquello? Desde que te vi, tus ojos
color miel, tu cuerpo tan frágil, tu, un simple mortal. – Shou solo le miraba
atento, con los ojos completamente cristalinos – No supe que hacer, como
actuar, tu tenias algo porque yo no hubiera dudado tanto para matarte, pero me
detuve maldición, no lo hice porque no pude, porque no quise… -
- No… no sigas. – interrumpió.
- No Kohara, quiero que me escuches. Si jugué con todos, si los utilice,
quise matar a cada uno de los que se te acercaban, a Aoi a Tora, a Uruha. No
podía dejar que se quedaran contigo, que tú no me dieras la mínima atención.
Yo, un tiempo después de que te fueras con Aoi supe que había algo en ti que me
llamaba, que poco después me entere de que estaba enamorado de ti…
- Akira…
Shou se aferro a su cuerpo dejando salir su lado sentimental, largándose a
llorar solo con las palabras que el otro había dicho. Ya no le importaba si
toda la culpa hubiese sido de Reita, no le importaba incluso que les hubiese
querido matar, le amaba maldición y nada de lo anterior le haría cambiar de
opinión. Y Reita, este estaba que se moría, que un gran peso de encima se había
esfumado dejándole mas que satisfecho, ahora verle llorar le daba a entender
que había momentos en los cuales las promesas se podían romper, en los cuales
era necesario romperlas.
- Prometí nunca hacerte llorar… - hecho una risita el rubio escuchando una
por parte del otro.
- Y yo prometí nunca hacerlo por ti… - ambos se quedaron callados por un
momento, solo besándose despacio, mirándose en momentos y sonriéndose como
verdaderos bobos – Prométeme algo que si podamos cumplir juntos. -
- Estaré contigo por siempre, cuidándote y siempre haciéndote sonreír…
- Y yo estaré contigo hasta la eternidad, matando a cualquiera que se te
acerque, que intente quitarme lo mio y que intente alejarte de mi…
- Eso se escucha tan hermoso Kohara. – se burlo el rubio recibiendo un
golpecito en la frente – Pero sabes una cosa cariño, si me vuelves a dejar, te
mato… -
- Si es que puedes hacerlo…
- Demonios, me encanta que me retes a cada momento… - lo tomo por las
caderas pegándose a su cuerpo – Eres tan maldito… -
- Espero se acostumbre… - busco sus labios en un beso tierno, sintiendo
aquello que siempre le hacia sentir, aquella opresión que desde hace siglos no
desaparecía.
Reita gruño divertido, tumbando al otro una vez mas sobre el colchón,
peleando como dos tonto niños, haciendo que Shou de una manera u otra se
sintiera como hace mucho no lo hacia, mortal, divirtiéndolo, haciéndolo sonreír
como lo había prometido, solos, con aquel vampiro del que siempre había estado
enamorado.
~ F I N ~
◄ [Capitulo 15]
Hola!! tu fic es excelente!!no lo puedo criticar x ninguna parte.Me encanto este asi como todos los que haz escritos.Tienes un don nato para la escritura. Que bien que Tora ya esta con Saga y que este se haya dado cuenta que lo ama.Saga y su orgullo XD.Reita sorprendio cuando mato a Uruha,creo que nadie se lo esperaba.Y bien asi es,Uruha ahora ya esta con Hiroto.
ResponderEliminarReita y Shou por fin juntos,despues de haber pasado muchas cosas juntos.Su amor duro a pesar que estuvieron separados.
Gracias Mony por este excelente fic.
SAYO!!! tu seguidora @Elah_visualkei